Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la inocuidad de los alimentos se refiere a la ausencia de sustancias tóxicas o agentes infecciosos en los alimentos que puedan dañar la salud de los consumidores, o a su presencia en niveles seguros y aceptables. Ejemplos de estas sustancias incluyen microorganismos como bacterias, virus, hongos, además de residuos como pesticidas, toxinas naturales, metales pesados, entre otros, que pueden ser transmitidos a través de los alimentos que ingerimos.