Pasar al contenido principal
malas-noticias-PIB-Anáhuac

¿Se acercan malas noticias?

A finales de 2024 el rumor de pasillo comenzó a repercutir en todos los medios sobre lo mal que habían terminado las cosas, un último trimestre con crecimiento negativo del PIB, lo cual, sumado a un contexto internacional más que complicado generaron expectativas a la baja para este indicador, para 2025. A mayo del presente año, el Banco de México volvió a ajustar su pronóstico para el crecimiento del PIB de 0.6% a 0.1%, en un contexto donde no teníamos datos oficiales de estos resultados. La atención se centró en los resultados para el primer trimestre de 2025, pues los rumores eras similares a los de diciembre, sin embargo, INEGI presentaría las cifras oficiales para mediados de mayo de un crecimiento del 0.2%, impulsado por el sector primario, superior al valor anual proyectado por Banxico ese mismo mes. 
 

Esta incertidumbre sigue presente sobre los resultados del segundo trimestre, de acuerdo con el portal ¿cómo vamos México? el crecimiento se encuentra en semáforo naranja lo cual representa una tendencia a la baja. Banxico elabora encuestas sobre las expectativas con base a especialistas en economía del sector privado, para este periodo estiman un crecimiento positivo de 0.2%, con una probabilidad de ocurrencia del 44.53%. La pregunta es si el camino a la recesión es inevitable o nos encaminamos a un proceso de recuperación. Recordando que una recesión técnica es el resultado de dos trimestres con crecimiento negativo en el PIB. 
 

Existen algunos elementos que se pueden evaluar y que sirven como termómetro para saber en qué proceso podríamos estar situados, utilizando el análisis de diversos indicadores que son, aumento del desempleo, reducción de la inversión empresarial, menor nivel de consumo, problemas en pagos que pueden evidenciarse con el incremento de las tasas de morosidad en el sector financiero y contracción en la oferta de financiamiento. Finalmente, no podemos completar esta lectura sin incorporar el escenario internacional complicado, el cual impacta en los flujos de comercio, tasas de interés, tipos de cambio y sobre todo las expectativas empresariales. 
 

Considerando los últimos cambios en las políticas migratorias, de acuerdo con INEGI en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), con datos de abril, tenemos 61 millones de personas catalogadas como PEA, con una tasa de desocupación constante que se ha mantenido en niveles bajos de 2.6% desde 2024, sin embargo, la tasa de informalidad laboral se ha mantenido en 55%. Con respecto a la inversión que representa el ritmo en que las empresas adquieren capital fijo para incrementar su producción/productividad, en los últimos dos años ha mostrado picos en el último trimestre del año de 25% del PIB, sin embargo, este valor solo se presenta en este trimestre y para el primer trimestre de 2025 se sitúa en 23% (2 puntos por debajo del pico). En términos de crecimiento se observa una marcada tendencia negativa desde el tercer trimestre de 2023 y para el primer trimestre de 2025, en el caso privado y público, creció en -4.4% y -24.4% respectivamente.
 

La capacidad de gasto que realizan los hogares se mide con la variable consumo privado, que indirectamente evalúa la capacidad de generar ingresos disponibles (ingresos recibidos menos impuestos), para ello, INEGI cuenta con una variable conocida como Indicador Mensual del Consumo Privado (IMCP), su variación porcentual anual al primer trimestre fue de -1.2%, recuperándose para abril en 0.7%, como primer valor positivo en 2025. Mientras que el reporte de estabilidad financiera de Banxico, a junio 2025, indica que el crédito con respecto al PIB se encuentra a niveles de 2016, es decir, que no ha mostrado un crecimiento histórico significativo. Otro indicador es la brecha de financiamiento o el capital faltante para financiar a los demandantes de fondos, este valor se mantiene en niveles de 2006, previos a la crisis financiera internacional de 2008, por ende, no se esperan grandes cambios en la morosidad de las carteras.

 

El repaso anterior nos muestra que el desempleo no ha crecido, pero también se mantiene una alta tasa de informalidad laboral, la inversión sigue rezagada afectando la productividad de las empresas, de esta manera, el consumo no ha definido su tendencia a un alza sostenida, mientras que la oferta de financiamiento se remonta a niveles de hace 9 años. Estos resultados no necesariamente indican una medición de todo el espectro de la economía, por lo tanto, no son indicadores de malas noticias, nos dan señales para adaptarnos en liderar acciones a nuevos retos de nuestra realidad, que no sean responsabilidad de algunos grupos específicos, sino de todos, en búsqueda del bien común que nos encaminen a indicadores que reflejen mejores condiciones para vivir. 
 

Proverbios 14:23: "En toda labor hay fruto; más las vanas palabras de los labios empobrecen".


Por el Dr. Manuel Tregear

Docente Investigador de la Escuela de Economía y Negocios