México y la segunda presidencia de Donald Trump
Comenzando el 20 de enero de 2025, y por los siguientes 3 años 10 meses, pasando por una elección estadounidense intermedia que ocurrirá en noviembre del próximo año, con una diferencia en la cámara de representantes de 218 republicanos contra 213 demócratas, y con un porcentaje de desaprobación de Donald Trump del 51% en encuestas a la población (New York Times, marzo 2025), México se enfrenta ahora a las decisiones disruptivas y unilaterales de este presidente en relación con nuestro comercio exterior, movilidad de personas, inversión extranjera y política de combate a la delincuencia, entre otros varios.
Cabe plantearse la medida en la que nuestro país será afectado en menor o en mayor grado por el nuevo gobierno de nuestro vecino del norte, o si la historia reciente, geografía, posición comercial de México y finalmente ser aliado comercial del país más desarrollado prevalecerán y amortiguarán las decisiones abruptas de Donald Trump.
El derecho internacional público, mediante el más antiguo de sus principios Pacta Sunt Servanda, plantea que los acuerdos deben mantenerse. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá establece la prohibición de aranceles en el área de América del Norte, si los productos tienen un contenido regional de al menos 60% y 75% en el sector automotriz; incrementar dichos aranceles significa una violación al tratado y al derecho internacional público.
Por lo anterior, Canadá ya ha presentado una reclamación formal ante la Organización Mundial del Comercio (WTO announcement, March 5, 2025). México puede seguir la misma ruta y ha presentado al menos 10 reclamaciones a Estados Unidos en el pasado. En cuestión de medidas retaliatorias (aranceles en reciprocidad a productos estadounidenses, así como medidas no arancelarias) México también ha utilizado ese recurso y lo puede implementar nuevamente.
A pesar de eso, la integración comercial entre EUA y México alcanza niveles muy elevados; primer socio comercial de EUA, exportaciones a México por 322 mil millones de dólares en 2023, y México siendo la segunda fuente mundial de petróleo crudo a ese país (United States Department of State, Enero 20, 2025).
A nivel global, y en materia de inversión extranjera, México ocupaba en 2023 el lugar número 9 en el ranking mundial en recepción de inversión extranjera directa (World Investment Report 2024).
México goza de una red de 14 tratados de libre comercio con 52 naciones, 30 acuerdos bilaterales de inversión y 9 acuerdos económicos de alcance limitado en Latinoamérica, por no mencionar ser miembro activo de la citada Organización Mundial del Comercio y de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos. Adicionalmente, en términos de economías emergentes, México alcanza ahora categoría BRIC (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), en términos combinados de población, alcance geográfico, nivel de industrialización, fuerza laboral, recursos naturales, red de tratados comerciales y de inversión, entre otros, a pesar de haber rechazado invitaciones formales de dicho grupo.
Los anteriores factores hablan sobre algunos de los fundamentos de la economía de nuestro país, para determinar si México podrá sobrellevar 3 años y 10 meses más de la actual presidencia de Estados Unidos, si en ese plazo la integración económica de ambos países en efecto se desmantelará, y que tienen que decir al respecto dos importantes grupos: los consumidores estadounidenses impactados por las nuevas políticas, y sus empresas multinacionales, que ven mermadas sus utilidades que se benefician de las economías de escala.
Por el Dr. Gerardo Badillo
Docente de la Escuela de Derecho
Acerca de Gerardo Badillo Hermoso
Doctor en Derecho por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, con especialización en tratados fiscales México-EUA. Realizó estudios de maestría en derecho internacional y comparativo por las universidades George Washington y Georgetown, ambas en la ciudad de Washington, DC, Estados Unidos. Dicha experiencia académica le permitió exposición directa a cursos y actualizaciones de organismos internacionales como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y Fondo Monetario Internacional. Después de graduarse de la maestría, trabajó en firmas de abogados norteamericanas practicando litigio internacional en materia energética y corporativa en Washington, DC. Actualmente se desempeña en la academia y como consultor legal internacional.