El tabaco no solo rompe corazones
Reportes acerca de los efectos nocivos para la salud causados por el tabaquismo se vienen informando desde 1964, aumentando a lo largo de los años de manera exponencial y según estadísticas de la OMS causa la muerte de una persona cada 10 segundos, mata cada año a más de 8 millones de personas, menoscabando no solo la salud del ser humano, sino, destruyendo además el medio ambiente como consecuencia de la contaminación por parte de las empresas tabacaleras.
¿Pero cómo es que el tabaco daña nuestro organismo? Se lo debemos principalmente al monóxido de carbono, a la nicotina y el alquitrán que pasan a la sangre a través de los pulmones, generando daños en el sistema vascular, disminución del transporte del oxígeno a las células, ocasionando inflamación y daño de la vía respiratoria, afectando el movimiento de los cilios que son pequeñas escobas que ayudan a eliminar el moco, por lo tanto este se irá acumulando dentro de los pulmones, aumentando el riesgo de padecer infecciones y daños en la estructura de la vía respiratoria, siendo las manifestaciones clínicas más habituales: presencia de tos con expectoración y aparición de fatiga; incrementando además no solo el riesgo de cáncer pulmonar sino de otros muchos tipos de cáncer.
Por otro lado, la nicotina, no actúa solamente sobre áreas del cerebro que inducen dependencia, también genera cambios a nivel del sistema cardiovascular ocasionando taquicardia e incrementando el riesgo de aparición de arritmias, eleva la viscosidad de la sangre y estimula incrementos en los niveles de triglicéridos y colesterol. Sin olvidar el alquitrán, que contiene tanto arsénico como cianuro y estos se van acumulando de manera lenta pero segura en los pulmones y desde ahí se transportan por la sangre al resto del organismo. Los efectos claro están: Son devastadores.
Es importante mencionar que el “vapear” o usar cigarrillos electrónicos es igual que fumar, e incluso más peligroso ya que contienen sustancias químicas dañinas y elementos psicoactivos más tóxicos y al igual que el tabaco producen inflamación severa de las vías respiratorias.
Finalmente, como todos sabemos, el tabaco no solo daña al individuo que fuma, también propicia daños a las personas a su alrededor y al planeta, por lo tanto, deberíamos tomar en cuenta las palabras de Rousseau “La libertad de uno, termina cuando comienza la libertad del otro”, veamos más allá de nosotros mismos y procuremos entonces mantener una profunda responsabilidad ante los problemas sociales.
Dra. Indira Hernández Reinoso
Docente de la cátedra de Neumología, Universidad Anáhuac, Puebla