Día del Médico
El Día del Médico es una fecha que honra a quienes dedican su vida a la profesión médica, personas cuyo trabajo es vital para la salud y el bienestar de la sociedad. En México, se celebra el 23 de octubre, en recuerdo del Dr. Valentín Gómez Farías, quien en 1833 inauguró el Establecimiento de Ciencias Médicas, una de las primeras instituciones formales de enseñanza médica en el país. Esta celebración busca reconocer el arduo trabajo de los médicos, y resaltar el impacto de la medicina en el progreso de la humanidad. El médico tiene un papel ético y moral en la sociedad, el juramento hipocrático establece que los médicos deben anteponer el bienestar de sus pacientes y actuar siempre de manera honesta y responsable.
La figura del médico, desde tiempos antiguos, ha sido un símbolo de conocimiento, empatía y servicio. Además del saber técnico, los médicos han sido reconocidos por su capacidad de escuchar, consolar y acompañar a sus pacientes, desempeñando un papel integral en sus comunidades. A lo largo de la historia han sido responsables de guiar a la sociedad en momentos de crisis, como las pandemias, y han implementado medidas de salud pública que han salvado innumerables vidas.
En los últimos dos siglos la ciencia y tecnología asociada a la medicina ha evolucionado a un ritmo sin precedentes, la inteligencia artificial, la robótica, la telemedicina están transformando la manera en que se hace diagnóstico y el tratamiento. Por lo que la esencia del quehacer médico enfrenta a un desafío único, mantenerse al día con las innovaciones tecnológicas, y aprender a utilizarlas de manera que enriquezcan y complementen su labor, sin dejar que la tecnología desplace su capacidad de empatizar y conectar con los pacientes en sus momentos de mayor vulnerabilidad. La medicina debe seguir siendo una ciencia humana, donde las emociones, el contexto y las experiencias de vida de los pacientes sean tan importantes como los datos clínicos. Agregando a todo esto que ahora la información médica es accesible para todos, por lo que los médicos deben convertirse en orientadores de los pacientes en un mar de información que no siempre es fiable.
Los médicos del futuro están destinados a trabajar en una dualidad entre lo humano y lo tecnológico, deben ser expertos en ciencia y tecnología, pero mantener ese toque humano, de la empatía y la comprensión, y en este punto se encuentra la verdadera complejidad de la medicina moderna: un campo que avanza hacia el futuro, pero que nunca puede olvidar su pasado ni su esencia profundamente humana. No se debe olvidar que el vínculo humano entre el médico y el paciente ha sido, sigue siendo y será el pilar fundamental de la práctica médica.
Dra. Elena Soto Vega
Docente de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Anáhuac Puebla