Por el Mtro. Miguel Muñoz Cruz
Académico y docente de la Facultad de Negocios en la Universidad Anáhuac Oaxaca
Recuerdo que cuando entré a la Universidad por el año 2000 conocí los archivos en formato PDF. Un par de años más tarde algunos libros en PDF comenzaron a distribuirse y con el paso del tiempo se popularizaron entre los lectores. Mis amigos y yo discutíamos sobre el futuro del libro impreso; coincidíamos en que probablemente ya no se imprimirían más. Sin embargo, hasta ahora todo sigue igual. Las razones son simples:
No es el formato como se vende el libro (tamaño, tipos de hoja, con figuras o sin ellas, etc.), es el hábito de la lectura que a muchos de nosotros nos hace falta.
Lo mismo sucede con las plataformas virtuales de aprendizaje o también llamado entornos virtuales; por ejemplo, podemos realizar una búsqueda en internet con respecto a plataformas e-learning, b-learning, administradores digitales de conocimiento, etcétera, y el buscador nos recomienda un número limitado pero significante de plataformas de acceso gratuito o algunas con algún método de pago. Existen plataformas para la gestión digital en el aula del que podemos darle usos didácticos, pero si no somos responsables con el manejo de estas herramientas, posiblemente tenga un efecto negativo en el aprendizaje de los estudiantes. Para evitarlo, los docentes debemos adquirir nuevas competencias digitales como aprender a gestionar bien los contenidos, tomarse el tiempo necesario para revisar los disfrutes académicos subidos en la plataforma y saber diseñar de manera adecuada el medio virtual, es decir, alfabetizarnos digitalmente. Algunas plataformas más utilizadas por su flexibilidad, fiabilidad y porque han sido revisadas bajo estándares de calidad son: Moodle, Blackboard, e-educativa, Dokeos, entre otros.
Me toca ser protagonista como facilitador es en matemáticas y la mayoría de los entornos virtuales de aprendizaje no están adecuados para esta área. No obstante, tenemos que buscar maneras de aprovechar todo lo que la tecnología digital ofrece para fines didácticos.
Tenemos que ser conscientes que para la modalidad e-learning la selección del entorno virtual es importante y que requiere de un diseño y gestión de contenidos completamente amplios para atrapar a los estudiantes y así contagiarles la pasión de aprender, de ofrecerles lo que realmente ellos buscan, dicho en otras palabras, ofrecerles lo mismo que en la modalidad presencial. Para la modalidad b-learning los entornos virtuales son un apoyo para el aprendizaje y, por tanto, debemos sacar provecho para cambiar la perspectiva actual de nuestros estudiantes, sin tener que abusar de estas herramientas tecnológicas que obviamente también pueden provocar enfado.