¿Qué tipo de comunicador/a eres?
Hoy en día, muchos de los problemas que se presentan entre personas, ya sea en labores empresariales, amistades, relación de pareja, con nuestros hijos, entre otros, son debido a dificultades que se presentan al comunicarnos. Existe la comunicación: “asertiva y no asertiva”. Es muy importante poder identificar todas las características para poder minimizar la probabilidad de conflictos.
Generar una comunicación asertiva permite expresar sentimientos positivos y negativos, ideas y opiniones; te enseña a saber decir “no” sin sentir culpas, pero lo más importante, aprendes a construir y mejorar las relaciones con los demás con respeto y, sobre todo, sin herirlos.
Comunicar de manera asertiva aumenta la confianza en la persona y mejora el manejo de los conflictos.
Si hablamos de evitar conflictos, juzgar y culpar a las personas al momento de comunicarse, disculparse constantemente por temor a ser rechazada@, y no expresar lo que sientes, piensas o crees sintiendo culpa, definitivamente nos referimos a la comunicación no asertiva.
¿Qué pasa si creamos una comunicación no asertiva?
Debemos de enfocarnos en qué momentos usamos la comunicación no asertiva ya que podemos caer en comunicación agresiva o comunicación pasiva.
La primera (comunicación agresiva) se refiere a aquellas emociones que a veces no controlamos y podemos lastimar a otros, o cuando somos percibidos como agresivos y no sabemos escuchar. Es importante tratar de evitar el transmitir superioridad, exigencias y autoridad, ya que puede provocar un mayor problema con los demás.
La segunda (comunicación pasiva) se da cuando no expresamos lo que sentimos o pensamos por el miedo que nos da el enfrentar a los demás, y por lo general no se establece contacto visual y podemos llegar a ser muy indecisos.
Quiero compartirte algunos puntos esenciales para ayudarte a utilizar una comunicación asertiva:
- No asumir hechos sin antes conocer el punto de vista de la otra parte.
- Decir al inicio la acción que te molestó, frustró, decepcionó, seguido del cómo te sientes.
- Evitar a cualquier costa el juzgar o generalizar. (Es común tratar de descalificar a la otra persona, pero lo único que logramos es que se pongan a la defensiva)
- Describir las acciones que hizo la otra persona, seguido de las consecuencias, ayuda a establecer una comunicación abierta.
- No dar por hecho los sentimientos ajenos, ya que no sabes como se siente la otra parte en realidad.
- Eliminar todas las palabras que generalicen y hablar de situaciones específicas.
- El cuerpo “nunca miente”. Transmitir el lenguaje verbal y corporal de acuerdo con: tono de voz, gesticulaciones faciales, movimientos de manos y brazos.
- Evitar hablar demasiado rápido y buscar equilibrio. (Como tip: que el tono de voz se escuche firme, pero calmado)
- Respirar profundo antes de hablar ayuda bastante.
- Tener disposición, tiempo y energía durante la comunicación. El ‘Timing’ es un factor fundamental, asegúrate que las dos partes no presenten cansancio, enojo o tristeza.
Perfil:
María Guadalupe Anaya, o Pita, como la conocen, se ha desarrollado en el campo de la comunicación organizacional, literatura y educación.
Es autora del libro, ¿Princesa, yo? / ¿Y mi Príncipe?, enfocado en la formación integral de niñas y adolescentes.
Actualmente es conferencista nacional e internacional de temas como: sexualidad, amor, autoestima, comunicación, entre otros.
Puedes contactarla en: anayapita@gmail.com