El Cono de la Experiencia
Edgar Dale fue un pedagogo norteamericano que se volvió experto en entender el aprendizaje de las personas. Dale diseñó el llamado “Cono de la Experiencia” que representa la profundidad del aprendizaje realizado con la ayuda de diversos medios.
Dale señala que existen dos tipos de aprendizaje: el pasivo y el activo. El aprendizaje de tipo pasivo se obtiene ante la representación de símbolos orales y visuales, así como a través de representaciones fijas como películas o exposiciones.
Es decir, el aprendizaje pasivo viene a través de lo que leemos, escuchamos o leemos- escuchamos. Lo máximo que podemos aprender a través de estos tres canales de aprendizaje es un 50 por ciento. En particular, cuando escuchamos algo por parte otra persona, podemos recordar como máximo 20 por ciento de lo dicho después de dos semanas.
En una conferencia, una mamá se acercó muy angustiada y preguntó: “¿Cómo le hago para que mi hijo me escuche? Es que ya me cansé. Yo le digo y le digo y le digo y le digo y simplemente no me escucha”.
La respuesta del experto en orientación vocacional fue: “Ya no le diga y le diga y le diga que le digas, porque lo máximo que le va escuchar es el 20 por ciento”.
Si aún no ha quedado claro, decirle qué hacer a tu hijo o alumno no sirve de nada, ya que el aprendizaje sigue siendo de tipo pasivo. Lo que necesitamos es entender el aprendizaje activo y este se logra a través de la experiencia personal.
Las dramatizaciones, visitas, excursiones, demostraciones o el hecho de vivir una experiencia de forma simulada directamente pueden lograr que recordemos entre 70 y 90 por ciento, después dos semanas.
Reflexionemos: “De nada sirve que juzgues a tus hijos o alumnos, mucho menos que les digas qué hacer, porque solamente se les quedará entre 10 y 30 por ciento de la experiencia que les transmitas, ya que no la han vivido en carne propia”.