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Soy psicólogo, ¿por qué debo saber sobre el cerebro?



Soy psicólogo, ¿por qué debo saber sobre el cerebro?

Presentamos un texto en el que se aborda la importancia de las neurociencias para el psicólogo.

Los psicólogos somos profesionales científicos que estudiamos la conducta humana, sea esta expresada en acciones francas como conversar o reír, o en acciones cognitivas como recordar o imaginar, lo que solemos entender como la mente. Mucho se ha debatido en la historia de la psicología sobre si debemos ocuparnos de la mente o no, en tanto no podemos observarla de manera directa. En el quehacer profesional cotidiano, no obstante, los psicólogos no tenemos problema en hablar de procesos mentales o de salud mental, asumimos que la existencia de la mente es útil para entender la conducta humana.

Una actualización de este debate pudiera hacerse a partir del auge de las neurociencias, especialmente en la formación de psicólogos. En los programas de universidades a lo largo del mundo puede observarse un mayor énfasis en los aspectos cerebrales que están detrás de la conducta (Parada & Chaffe, 2021). Asimismo, las publicaciones científicas prestan mucha atención a investigaciones que, además de analizar información conductual, levantan datos con algún procedimiento de neuroimagen o neurofisiológico (Cobb, 2020).

Pero ¿es realmente necesario que los psicólogos estudiemos el cerebro para realizar nuestro ejercicio profesional? Después de todo, uno acude a psicoterapia para dialogar sobre sus experiencias de vida, las emociones y pensamientos que estas suscitan, no para recibir una lección sobre cómo la amígdala se activa ante tal o cual experiencia negativa, o sobre cómo nuestra corteza prefrontal falló en controlar una acción impulsiva que nos trajo problemas.

Ante esta pregunta, respondo que sí. Por mencionar solo algunas razones, comprender el cerebro posibilita al psicólogo:

a) Tender un puente interdisciplinar con la biología como en la psicología evolutiva, o con la bioquímica para comprender cómo funcionan los psicofármacos.

b) Informar de manera más objetiva a consultantes sobre las posibles causas de una psicopatología que ha sido diagnosticada. Por ejemplo, al explicar a padres cómo la condición del espectro autista tiene un origen en el neurodesarrollo y no en ninguna “inadecuada crianza”.

c) Fundamentar con datos duros la toma de decisiones legales o sobre políticas públicas. En algunos países, por ejemplo, la evidencia neurocientífica ha informado decisiones sobre la responsabilidad penal (Morse, 2018).

El programa de Licenciatura en Psicología de la Universidad Anáhuac México es consciente de la importancia del estudio del cerebro, por lo que incluye asignaturas del área de neurociencias expresamente dirigidas a ello, así como infraestructura de vanguardia para alcanzar los propósitos formativos de los estudiantes en este rubro, como el Laboratorio de Neurociencias.

Asimismo, la Facultad de Psicología ofrece programas de Maestría en Psicología Clínica y Maestría en Psicopedagogía, que incluyen contenidos de neurociencias aplicadas a estas disciplinas. Finalmente, se oferta el Diplomado en Neuropsicología Positiva: ¿Cómo promover la salud cerebral y cognitiva?, que es una opción idónea para iniciar la especialización del psicólogo en el área de la neuropsicología.

Referencias:

• Cobb, M. (2020). The idea of the brain: The past and future of neuroscience. Hachette UK.
• Morse, S. J. (2018). Neuroscience and criminal responsibility: Proving “can’t help himself” as a narrow defense. In J. Robie & N. Vincent (Eds.), Neuroscience and law 
• Parada, J., & Chaffee, L. R. (2021). Neuroscience in the psychology curriculum. In International handbook of psychology learning and teaching (pp. 1-29). Cham: Springer International Publishing.pp. 147–168)


Más información:
Dr. Aldebarán Toledo Fernández 
aldebaran.toledofe@anahuac.mx 
Facultad de Psicología