Ponemos en manos de la Virgen de Guadalupe las intenciones de la Comunidad Anáhuac

Durante la homilía, el P. Cipriano Sánchez García, L.C., invitó a alumnos, profesores, directivos, administrativos y autoridades académicas a no caer en la ceguera del mundo.

Este 16 de febrero, se llevó a cabo la Peregrinación a la Basílica de Guadalupe en la que la Comunidad Anáhuac volvió a unir su fe y se unió para poner en manos de la Virgen de Guadalupe todas nuestras intenciones. 
 

Alumnos, profesores, directivos, administrativos, autoridades académicas y demás miembros de la Universidad Anáhuac México se dieron cita en los Campus Norte y Campus Sur para llevar en peregrinación a la “Morenita del Tepeyac” sus oraciones, algunas de las cuales llevaban peticiones por la salud de los enfermos, por los miembros de la nuestra comunidad que a causa de la pandemia ya no están entre nosotros y por las familias que han sufrido por la crisis económica y sanitaria derivada de esta situación, pero también para dar gracias y pedir por este nuevo ciclo escolar que iniciamos, por segunda ocasión, de manera presencial.

Reunidos en la Basílica de Guadalupe, la casa de todos los mexicanos, durante su homilía nuestro Rector, el P. Cipriano Sánchez García, L.C., nos invitó a no caer en la ceguera de un mundo que solo nos enseña a valorar el propio poder, el propio placer, el propio tener, sino a que seamos capaces de ir más allá y poder ser luz para los demás.

“Venimos con el corazón abierto para pedirle a María de Guadalupe que nos cure de nuestras cegueras y, sobre todo, de las cegueras que cierran el corazón, de las cegueras que llenan de miedo, de las cegueras que impiden que el otro sea visto como mi hermano, como mi hermana, de las cegueras que me hacen más egoísta o individualista”, dijo nuestro Rector.

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Habló también de la necesidad de volver con Jesús y que él vuelva a ponernos las manos para ver con toda claridad, y cuestionó con qué ceguera llegamos hoy a los pies de María. Igualmente, recordó que nos reunimos para pedirle a María de Guadalupe que nos quite la ceguera, quien a su vez nos invita a que veamos siempre a través de los ojos de su hijo y a través de sus ojos, y que no perdamos la capacidad de poder ser luz par los demás.

Finalmente, pidió que, como la Virgen de Guadalupe, tengamos las manos abiertas. “Ese es el fruto que nos llevamos de esta peregrinación, salir con una rosa que nos ha puesto María en la tilma de nuestro corazón para que llevemos a Jesús en el corazón”.  

Cabe señalar que debido a la crisis sanitaria que aún vivimos a causa de la COVID-19, las autoridades de la Basílica de Guadalupe restringieron el acceso con un cupo únicamente de 500 personas, por lo que solamente asistió un número limitado de miembros de nuestra Comunidad Anáhuac, el resto pudo seguir la ceremonia eucarística a través de las redes sociales tanto de la Universidad Anáhuac México como de la Basílica.