Por Licenciado Ian Holt Valdés y Doctora Paola Tommasi Gundersen
En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-19 (ENSANUT) ha aumentado la prevalencia nacional de sobrepeso y obesidad nacional, con ello, las enfermedades crónicas; hay una menor prevalencia de adultos físicamente activos, incrementó la venta de productos industrializados, y hay un menor consumo de frutas y verduras. Según la ENSANUT el 8.2 % de niños menores de 4 años, el 35.6 % de niños entre 5 y 11 años, el 38.4 % de adolescentes entre 12 y 19 años y el 75.2 % de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Es decir, 7 de cada 10 adultos en México padecen sobrepeso u obesidad.
El interés se centra en favorecer hábitos saludables, los cuales son conductas que asumimos como propias en nuestra vida cotidiana y que inciden de forma positiva en nuestro bienestar físico, mental y social, mismos que puedan prevenir problemas de salud. Se busca propiciar el cambio de inactividad física a actividad moderada, intensa o vigorosa, ya que se reconoce que la inactividad física puede ayudar a explicar la discrepancia en la tasa de la obesidad y la menor ingesta reportada de energía.
¿Qué es el sedentarismo y la inactividad física?
El primero, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se refiere a cualquier comportamiento caracterizado por un gasto de energía menor a 1.5 MET (unidad de medida del índice metabólico) mientras se está sentado, acostado o reclinado. Un MET es el consumo mínimo de oxígeno que el organismo necesita para mantener sus constantes vitales.
Por otra parte, la inactividad física se refiere a cualquier nivel de movimiento que resulta insuficiente para cumplir con las recomendaciones actuales del Colegio Americano de Medicina del Deporte: 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de vigorosa (misma sugerencia que hace la OMS para adultos y adultos mayores).
Cuando se combinan una mala alimentación y un hábito de sedentarismo los resultados son negativos para la salud. Sin embargo, ¿conocemos la verdadera importancia de cambiar este tipo de hábitos? ¿Hasta qué punto nos puede afectar a la salud si este hábito se mantiene en el tiempo?
Necesitamos actividad y movimiento para que nuestro organismo funcione de manera óptima y con ello mejorar nuestra calidad de vida. Mantenernos en un estado de inactividad física puede conllevar notables riesgos para la salud, tanto a corto como a largo plazo. La gravedad de estas consecuencias en la salud también se incrementa con la edad ya que el cuerpo se va desgastando de forma natural.
Los riesgos para salud que implica llevar un estilo de vida sedentaria es muy amplio y varía de un individuo a otro intervienen varios factores que aumentan o disminuyen la morbilidad, como son la genética, la presencia o no de patologías previas o la relación de otros malos hábitos (mala alimentación, consumo de alcohol, tabaquismo, etc.). Sin embargo, de forma general, entre los principales riesgos que destaca la OMS encontramos:
- Principal causa del exceso de peso. Esto se relaciona directamente con enfermedades no transmisibles como la diabetes y el cáncer, además de problemas cardiovasculares como la hipertensión arterial. A nivel mundial 41 millones de personas mueren al año por estas tres causas.
- Las personas sedentarias tienen entre un 20 y un 30 % más de posibilidades de morir de forma prematura.
- La actividad física influye también en el área psicológica incrementa el riesgo de sufrir depresión.
- En las personas mayores se observa un deterioro más acelerado en el estado de estado de salud generando otras complicaciones, como la sarcopenia. Es un síndrome que se caracteriza por una pérdida gradual y generalizada de la masa muscular esquelética y la fuerza generando discapacidad física, deterioro en la calidad de vida y mortalidad.
Con base en los resultados obtenidos en la investigación del Instituto Nacional de Salud pública Cardiovascular and diabetes burden attributable to physical inactivity in Mexico, reducir 10 % los niveles de inactividad física para el 2025 podría prevenir:
- 1,000 casos de infartos cerebrales.
- 8,400 casos de diabetes
- 700 infartos.
- 200 muertes por enfermedades cardiovasculares.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI):
- El 57.9 % de la población de 18 y más años de edad en México es inactiva físicamente.
- La falta de tiempo, el cansancio por el trabajo y los problemas de salud son las principales razones por las que no se practica ejercicio físico.
- Del 42.1 % de la población de 18 años y más que declaró ser activa físicamente, el 54.8 % alcanza el nivel de suficiencia para obtener beneficios a la salud según las recomendaciones de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), mientras que 41.4 % se ejercita con un nivel menor al recomendado.
A largo plazo podemos relacionar estos malos hábitos y la inactividad física con el deterioro acelerado de nuestro organismo.