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La importancia del balance entre vida laboral y personal

La importancia del balance entre vida laboral y personal

A menudo, nuestro trabajo puede llegar a ocupar un lugar tan importante en nuestras vidas que solemos olvidar todo lo demás. Nuestro deseo de triunfar profesionalmente es tan grande que incluso llegamos a olvidarnos de nosotros mismos e ignoramos por completo el balance personal y laboral.

Las nuevas tecnologías que permiten disponibilidad de los empleados las 24 horas del día, el miedo a perder el empleo y la cultura nociva del trabajo, han convertido a las jornadas de trabajo en interminables momentos de estrés en las que se vuelve cada vez más difícil alcanzar un equilibrio laboral y personal.

Sin embargo, todos los expertos están de acuerdo en una cosa: tener un equilibrio personal y profesional genera efectos positivos en la salud física, mental, e incluso profesional.

Las ventajas del equilibrio laboral y personal no solo benefician a los empleados, que pueden ver reducidos sus niveles de estrés. Además, aquellos empleadores que garantizan equilibrio personal y profesional en sus centros de trabajo obtienen a cambio trabajadores más leales, más productivos y menor ausentismo.

Aunque el balance personal y laboral puede significar cosas distintas para cada individuo, los especialistas en salud y trabajo coinciden en seguir ciertas estrategias para lograr el equilibrio entre trabajo y vida personal.

 

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  • Desconéctate - La mensajería instantánea y el correo electrónico han creado expectativas de disponibilidad a todas horas y la jornada de trabajo parece no tener fin. Por eso es que para el balance personal y laboral es necesario apagar el teléfono y disfrutar el momento. Al no reaccionar ante las notificaciones del celular forjarás un hábito de resiliencia que te hará más tolerante al estrés; el primer paso para alcanzar el equilibrio personal y laboral.

 

  • Dile adiós al perfeccionismo - Muchos trabajadores sobresalientes desarrollan desde edades muy tempranas tendencias perfeccionistas. Cuando jóvenes, son sencillas de mantener, pero a medida que crecen y el trabajo se vuelve más complicado, la perfección se vuelve imposible. El secreto para el equilibrio laboral es dejar atrás el perfeccionismo y darle la bienvenida a la excelencia, que no es “perfecta” pero es suficiente.

 

  • Ejercicio y meditación - Diariamente encontramos tiempo para las cosas más importantes de la vida como comer, asearnos y relajarnos, pero cuando buscamos equilibrio personal y laboral, a  veces olvidamos dos actividades cruciales: ejercitarnos y meditar. Basta con tomarse todos los días unos cuantos minutos para ejercitar el cuerpo y apaciguar la mente. Puede ser en las mañanas o en las noches, el objetivo es despertar a tu sistema nervioso parasimpático y poner en marcha a tu cuerpo mientras te liberas del estrés.

 

  • No pierdas el tiempo - Una gran forma para conseguir equilibrio laboral y personal es priorizar tus actividades y distinguir entre las necesarias y las prescindibles. Así podrás identificar cuáles son las tareas verdaderamente importantes y a cuáles no deberás dedicarles más que unos minutos de tu tiempo.

 

  • Empieza con pequeñas acciones - Los nuevos hábitos parecen desmesurados cuando estamos iniciándolos, pero ello se debe a visualizamos la tarea completa en lugar de dividirla por partes. Para lograr el equilibrio entre trabajo y vida personal solo hace falta dividir nuestra meta en pequeñas tareas que podamos cumplir todos los días.

 

  • No existe el equilibrio laboral y personal perfecto - Cuando hablamos de balance personal y profesional podemos imaginarnos teniendo un día de trabajo extremadamente productivo, salir temprano y pasar el resto de la tarde con la familia y los amigos. Desafortunadamente, esto no siempre será posible, el trabajo y tiempo libre podrán variar de una semana a otra, por eso es importante que identifiques tus tiempos y te puedas adaptar a los cambios constantes para lograr tus metas.

 

Es importante recordar que, aunque no siempre podremos tener equilibrio personal y profesional, al final del día somos nosotros los que tenemos la responsabilidad más grande: nuestras propias vidas.