Cuando una persona cumple la edad suficiente para incorporarse al mundo laboral y tiene su primer empleo, en muchos casos tiene que recurrir a instituciones financieras para abrir una cuenta bancaria y que puedan depositarle su salario. Existe un problema cuando no sabe cómo y dónde administrar su dinero.
Frecuentemente escuchamos a un familiar o amigo que cuenta que las quincenas que recibe se van en deudas contratadas y no alcanza para mucho; o bien, existe el conocido con un salario sustancial, pero nunca tiene dinero ya que no sabe cómo administrarlo.
La educación en México se ha vuelto muy controversial: es bastante deficiente y, si a ello le sumamos la educación financiera, nos deja con un desastre que, por años, ha perdurado en la educación de los jóvenes.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (CONDUSEF), la educación financiera ayuda a las personas a adquirir una serie de competencias o habilidades para administrar mejor sus recursos, incrementar y proteger su patrimonio a través de uso adecuado de los productos y servicios financieros.
En México, la educación financiera tiene un valor fundamental, que, pese a su importancia, su alcance es muy limitado, puesto que no es una enseñanza primordial o básica en las escuelas o incluso, en las universidades, con ello, los jóvenes desconocen el uso de los servicios financieros y su correcto funcionamiento, provocando un caos en sus finanzas personales. Ahora bien, la educación financiera debe de volverse un conocimiento indispensable y básico para nuestro país, por ello existen campañas que fomentan este tema de manera masiva, pero no ha logrado el impacto necesario.
El nivel de educación financiera tiene una relación muy amplia con el nivel de ingresos y la preparación académica de las personas. Una persona con mayor grado de estudios y un mayor sueldo, es más probable que tenga el conocimiento adecuado de los productos financieros y su funcionamiento, mientras que, una persona de bajo nivel de estudios y un sueldo bajo, va a desconocer totalmente de esto.
Según la encuesta nacional de inclusión financiera (ENIF, 2021), dos de cada tres personas no comparan o desconocen un producto financiero antes de adquirirlo, por ello, el resultado son créditos o deudas impagables por la falta de la educación financiera.
Desafortunadamente, muchas instituciones se aprovechan de la falta de conocimientos de las personas, para poner en práctica “préstamos a pagos fáciles” donde termina por explotar al usuario con excesivos intereses que nunca terminan de pagar por no saber cómo usar un crédito.
Hoy existen temores al incorporarse a nuestro sistema bancario, producto del desconocimiento y de las malas prácticas por parte de las personas al difundir información falsa o errónea de los instrumentos bancarios, algunos de estos miedos son:
- Si pongo mi dinero en una cuenta bancaria, desaparecerá y nadie se hará responsable.
La realidad es que las cuentas bancarias de ahorro son instrumentos que nos ayudan a mantener nuestro dinero seguro. Si llegara a pasar algo con el banco o la institución, existe un seguro que nos protege el monto de nuestra cuenta, hasta un cierto tope.
- Es un tema muy complejo y se requiere de muchos estudios.
Hay mucha información disponible sobre la educación financiera que es muy accesible y amigable para entenderla de una manera clara, hay videos o material didáctico gratuito que facilita su aprendizaje, no es necesario contar con ningún estudio especial.
- Los productos financieros como los créditos te quitan tu dinero con tanto interés y al final sigues debiendo.
Los créditos son una excelente herramienta para solventar gastos o ayudar con el día a día; sin embargo, siempre es bueno conocer y comparar las tasas de interés de los diferentes bancos para poder elegir de manera adecuada el que más nos convenga. Se debe de tener cuidado con el manejo del crédito ya que, si no se paga a tiempo, se generan intereses y cobros.
- Los presupuestos no sirven, poque al final haces lo que quieres con tu dinero.
Los presupuestos son bastante útiles, ya que nos ayudan de manera ordenada a provisionar los gastos que tendremos, así como los ingresos que percibiremos en un periodo, esto nos beneficia ampliamente, ya que no tenemos que preocuparnos cuánto gastaremos sin saber, al contrario, nos ayudará fácilmente a cuidar nuestras finanzas.
La falta de educación financiera de la población mexicana no corresponde a la falta de elementos o herramientas para el desarrollo de información, sino a la falta de difusión que estos han tenido para lograr un adecuado alcance y promover un conocimiento adecuado en la vida de las personas.
Existen muchas instituciones públicas y privadas que imparten a cualquier nivel de escolaridad cursos y clases de manera gratuita de este tema, con videos y contenidos para todas las edades, de igual forma, las instituciones financieras y bancarias, también poseen programas de educación financiera que brindan facilidades.
México es de los peores países con respecto a la educación financiera en su población. De acuerdo con Impacto de las Fintech en la educación financiera, solo el 22 por ciento de los mexicanos pudieron responder satisfactoriamente una prueba sobre conocimientos financieros (El Financiero). México demostró que tenemos la peor educación financiera de la región de Latinoamérica.
Es importante tomar en cuenta que la educación financiera no es solo un tema que abarque créditos o inversiones, este tema va más allá de estos instrumentos, es saber cómo manejar nuestro dinero: cómo y dónde emplearlo, también cuál su correcta administración, por ello es primordial que en la educación se implementen cursos y materias para que los jóvenes tengan una salud financiera en el largo plazo.
Si las personas cuentan con más información y conocimiento al respecto, la gente tendrá la capacidad de elegir el plan o producto que más le favorezca y esté dentro de sus posibilidades, teniendo la posibilidad de acceder a mejores condiciones en créditos o inversiones, lo que beneficiará su patrimonio y sus ingresos.