La Universidad Anáhuac Xalapa está viviendo uno de los más importantes acontecimientos de su cotidianidad, pues en pleno Adviento aquí se celebró la doceava Hora del Reto Heart of a Lion. Una por cada mes, sin fallarle y sin fallarnos, ansiosos esperamos, como en el Adviento, la llegada de este día 13 de diciembre; a escasas semanas de que El Rey nos visite y nazca en esta escuela y en los corazones de los jóvenes universitarios, y Él quede reposando en la cálida arena cubierta de la paja del pesebre que ya le prepararon. Mes tras mes ante la presencia del Adorado hemos reflexionado en comunidad acerca del poder inconmensurable de Dios para cambiar a las almas. Y faltaron meses en este año para hacerle más visitas. En solitario o acompañado, sin necesidad que me muestre más que a El Creador, y platicarle de mi vida y rogarle, porque solo a ese padre se le ruega sabiendo que Él no nos puede fallar, no nos puede abandonar, porque somos producto del barro y Su Aliento: imagen y semejanza de lo más grandioso que es Dios. Por lo mismo, como hijos humildemente le rogamos la luz para poder ser personas buenas, como María que siempre lo fue, para que en mí, como estudiante, sea tatuado todo mi yo con la pureza del Espíritu Santo.
El Complejo León fue engalanado para recibir al Consagrado en la Santa hostia que estuvo en medio de nosotros para ser alabado y reverenciado. Llegó la hora; sí, la que durante un año la comunidad estudiantil estuvo siempre presente y esperando con cariño. Alumnos de la Escuela de Psicología fueron los anfitriones de la última hora del reto en 2018, donde escuchamos hablar a los corazones de esos jóvenes, limpios, sin malicias que nublen sus pensamientos porque estos reflejaban cuánto amor le tienen a Dios por todos los comentarnos y sus experiencias que vertieron y tuvieron en la remembranza del recorrido de estos doce meses. Que si Cristo iluminó su camino; o que si aprendió que no es más importante caer, y permanecer caído, sino levantarse, porque Él está para darle la mano. Alguien más habló cómo descubrió que El Rey le enseñó a reflexionar de lo que sería su vida sin la ayuda del Todopoderoso. Otro estudiante dijo que si tenemos tiempo para muchas cosas, ¿por qué a Dios solo una hora al mes? Se habló de la confianza que le tenemos a María. Una alumna nos mencionó de las puertas que ella descubrió en el recorrido del Reto Heart of a lion. Así fueron estas doce horas, una oportunidad única para acercarnos al corazón de Jesús, el hijo de Dios y pedirle con un corazón humilde que nos ayude a cambiar nuestra vida para siempre.
Escucha la voz en tu interior que te dice: comprométete con el Salvador, hagamos una alianza que puede darte un sentido de trascendencia. Si no recibiste la insignia, espera y no te pierdas la continuación en 2019 del Reto Heart of a Lion.