El año 2020 marcado como un año de lleno de retos y pruebas, sin duda también nos enseñó a conservar y alimentar aquellas tradiciones que nos recuerdan la manera de vivir en nuestra Universidad. Sin importar la distancia o la imposición de nuevas reglas de convivencia, nuestra comunidad dejó en manifiesto el gran arraigo de las cosas que nos mantienen vivos y que se han convertido en tradiciones que nos dan identidad.
Las Tradiciones que Alimentan Nuestra Vida Universitaria
El colorido de la celebración del Día de Muertos es un claro ejemplo de una tradición viva que nos recuerda lo efímero de nuestro paso por la vida y lo maravilloso que es disfrutarla, sin esperar a que lleguen mejores tiempos.
Recientemente la celebración estudiantil navideña nos recordó la calidez de los amigos, de la importancia de unir los corazones y lo afortunados que somos de tener personas a quiénes extrañar.
La manera de vivir las tradiciones en nuestra Universidad encierra una magia que nace del corazón de la comunidad estudiantil, una magia que sin duda se preserva en el tiempo y que se transmite de generación en generación, sin importar las vicisitudes que la vida nos presente. Esa es nuestra herencia universitaria, romper el paradigma de la indiferencia y sin importar lo complicado que se presenten las cosas, siempre estar dispuestos a enfrentar los retos con la esperanza de que construimos algo más grande y de largo plazo.
Felicidades Comunidad Anáhuac, nos vemos el próximo año para enfrentar nuevos retos, con el entusiasmo característico que nos identifica como una comunidad que valora y vive su tiempo con gran entusiasmo.