María José Talayero, líder Anáhuac en el ámbito de la salud ambiental en México y Estados Unidos

Nuestra egresada es un ejemplo de cómo la perseverancia, el liderazgo y la autenticidad pueden abrir caminos no convencionales.

En entrevista exclusiva con María José Talayero (Médico Cirujano, gen. ’17), orgullosa Leona Anáhuac mencionó que al finalizar su formación universitaria ejerció en México como médico general durante un par de años. Sin embargo, su inquietud por ampliar sus conocimientos la llevó a mudarse a Nueva York para cursar la Maestría en Toxicología en la Universidad de Columbia.

Tras concluir la Maestría, continuó colaborando en esa institución, dedicándose a la investigación sobre los efectos del cigarro electrónico en la salud. Este trabajo despertó en ella una nueva pasión: la salud pública y la salud ambiental, disciplinas que la llevaron a tomar otra decisión significativa en su vida profesional, mudarse a Washington, D.C. para estudiar un Doctorado en Salud Pública con Especialización en Salud Ambiental, el cual está por concluir.

A la par de sus estudios de posgrado, María José realiza investigaciones sobre el impacto del medioambiente en la salud de los mexicanos y colabora en la creación de políticas públicas que buscan proteger la salud ambiental en México.

Al hablar sobre su paso por la Universidad Anáhuac México, se mostró agradecida por lo aprendido en nuestras aulas: "La Anáhuac me brindó las herramientas para ser perseverante y buscar siempre ser un líder en lo que hago. Sin esas bases, es probable que hoy no estaría donde estoy", reafirmando que la formación recibida durante su vida universitaria no solo le proporcionó conocimientos técnicos, sino también las habilidades blandas necesarias para enfrentar retos y tomar decisiones complejas.

Uno de los momentos más difíciles en su vida fue tomar la decisión de dejar México y seguir un camino diferente al de la especialidad clínica: "Fue complicado tomar la decisión de no seguir una especialidad clínica y en lugar de eso, dedicarme a la investigación. Muchas de las lecciones que aprendí en la Anáhuac me ayudaron a superar el miedo y seguir adelante", agregó.

Además, ha tenido que enfrentar muchas expectativas externas al decidir seguir sus sueños y serle fiel a lo que quiere hacer con su vida: "Muchos creen que estudiar medicina significa, necesariamente, dar consultas y abrir un consultorio. Incluso hoy, algunas personas me preguntan por qué no seguí ese camino. Esos comentarios solían afectarme, pero con el tiempo comprendí que el trabajo que hago realmente me hace feliz. Ahora, que miro hacia atrás, no cambiaría nada de lo que he hecho ni del camino que he recorrido".  

Un consejo que quiere compartir con los futuros médicos y egresados es que no tengan miedo: "Lo que te hace feliz puede no ser lo que los demás esperan que hagas con tu carrera, pero es fundamental ser fiel a quién eres y a aquello que realmente quieres hacer con tu vida". Y resaltó la importancia de tomar decisiones alineadas con sus valores y pasiones.

Al preguntarle sobre el papel de los jóvenes en el área donde se desempeña, afirmó con firmeza que: "La salud ambiental necesita de jóvenes", debido a que durante su experiencia se ha percatado que muchas de las personas que trabajan en este campo son mayores, y ella es una de las pocas jóvenes involucradas en la creación e implementación de políticas en esta área, y por esta razón considera crucial que los jóvenes se eduquen en esto, puesto que ellos serán los futuros líderes y tomadores de decisiones: "Los jóvenes son el futuro de la salud ambiental. Espero que este campo crezca no solo en México, sino en toda América Latina", comenta con entusiasmo.

Para ella, el liderazgo en el ámbito donde se desempeña debe basarse en tres pilares: empatía, justicia y altruismo: "En México, la justicia ambiental no existe. Lamentablemente, quienes están más expuestos a los contaminantes ambientales son las personas que viven en las zonas más marginadas", por lo que, desde su perspectiva, un líder en este campo debe tener la capacidad de entender esta injusticia y actuar en consecuencia, al promover un cambio real y sostenible.

Al cuestionarla sobre su concepción del éxito, respondió que este es: “Ser feliz sin importar a qué te dediques, lo más importante es sentirte pleno con lo que haces y saber que estás ayudando a los demás".

Por otro lado, definió al fracaso como la falta de plenitud: “No estar contento con lo que haces, ni sentirte seguro de que lo que haces es lo que realmente deseas".

Finalizó asegurando que si pudiera regresar el tiempo se diría a sí misma y a todos los estudiantes de medicina que: “Hacer una especialidad clínica no es el único camino y que existen millones de formas de seguir haciendo ciencia y medicina fuera del ámbito clínico", palabras con las que invitó a los estudiantes a explorar nuevas áreas y a no tener miedo de forjar su propio destino.