La construcción de la paz es un trabajo en equipo
Liderazgo Anáhuac en Humanismo
En una realidad donde la fragmentación, la polarización social y los conflictos son cada vez más palpables, el trabajo en equipo se presenta como una herramienta poderosa para demostrar que todo es posible.
En la historia del Premio Nobel de la Paz, que se otorga desde 1901 a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos armados y la celebración y promoción de acuerdos de paz, se han registrado veinte ocasiones en las que no ha sido una persona, sino una institución, la que ha recibido este prestigioso reconocimiento.
¿Qué lección nos deja esto en relación con el trabajo en equipo en una sociedad cada vez más marcada por el individualismo?
Las razones más poderosas y motivadoras para conformar un frente común parecen ser, casi siempre, las situaciones extremas de la vida humana, los intereses compartidos o las motivaciones intrínsecas que surgen de nuestra propia naturaleza. Esto ha quedado demostrado a lo largo de la historia y se refleja nuevamente en la última entrega del galardón (2024), donde Nihon Hidankyo, la organización premiada por su lucha incansable contra las armas nucleares y sus labores encaminadas a la construcción de la armonía desde 1956, se erige como un claro ejemplo de este principio.
Inmersos en una realidad donde la fragmentación, la polarización social y los conflictos son cada vez más palpables, el trabajo en equipo se presenta como una herramienta poderosa para demostrar que todo es posible. Además, nos recuerda que contamos con recursos para trabajar por el bien común, contribuyendo a la construcción de la paz y la cohesión social.
El último Premio Nobel de la Paz nos ofrece un ejemplo inspirador al destacar a quienes han logrado resultados transformadores mediante la colaboración y la unión. Estas iniciativas colectivas, en muchas ocasiones, han sido capaces de superar barreras culturales, políticas y sociales, iluminando el camino hacia un futuro más armonioso.
¿Podemos tomar este ejemplo como guía para construir el bien común en nuestra comunidad?
La respuesta parece tan sencilla como el compromiso constante que cada uno de nosotros puede asumir para lograrlo. Uno de los aspectos más notables de los premiados es su capacidad para unificar esfuerzos desde diversas disciplinas y contextos. ¿Es posible algo así en nuestra realidad? Trabajar en equipo para resolver conflictos y actuar en armonía con nuestra razón de ser (la formación de nuestros alumnos) es más alcanzable de lo que podríamos imaginar.
Cada uno de nosotros puede ser un agente clave en la construcción de una comunidad de paz. El trabajo que realizamos día a día desde nuestra trinchera, fomentando el respeto mutuo y el ideal de lograr el bien común donde la dignidad de la persona sea lo más importante, es un paso fundamental. Este esfuerzo no solo nos trasciende como individuos, sino que también contribuye a los grandes cambios sociales que nuestra época demanda.
La colaboración eficaz en nuestra comunidad requiere desarrollar habilidades clave como la comunicación abierta, la toma de decisiones compartida y la capacidad de resolver conflictos internos. Aprovechar los desacuerdos como oportunidades para establecer diálogos sinceros, comprender las perspectivas del otro y enriquecer proyectos en común es una práctica que tenemos al alcance de la mano todos los días.
En conclusión, los Premios Nobel de la Paz otorgados a organizaciones reafirman la importancia del trabajo en equipo como motor del cambio social. Sus historias de éxito inspiran a otros a superar divisiones y a construir comunidades más solidarias. Al celebrar sus logros, también se subraya la necesidad de cultivar el espíritu de colaboración en todos los ámbitos de la sociedad. Esto nos recuerda que la paz duradera no es el esfuerzo de uno, sino de todos.
*Colaboración de la Mtra. Judith Correa Fernández, docente de la Facultad de Educación y Humanidades.
Más información:
Mtra. Carolina Leticia Ibarra García
carolina.ibarra@anahuac.mx
Formación y Cultura de Paz