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Día Mundial del Alzheimer: reafirmando nuestro compromiso con la dignidad y el cuidado



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Este día nos invita a reflexionar sobre esta enfermedad desde una perspectiva bioética y humana, subrayando la importancia del diagnóstico temprano, el deber de cuidado y la responsabilidad social hacia los más vulnerables.

Reconocer los síntomas, como la pérdida de memoria y la confusión, es crucial para intervenir a tiempo. Sin embargo, el enfoque debe ir más allá, promoviendo un cuidado integral que respete la dignidad y el bienestar de los pacientes afectados, fomentando la empatía y el compromiso de todos los sectores de la sociedad.

El próximo 21 de septiembre de 2024, en la conmemoración del Día Mundial del Alzheimer, nos ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la realidad de esta enfermedad no solo desde la perspectiva médica, sino también desde el ámbito bioético y humano.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa compleja que afecta tanto a quienes la padecen como a sus familias y a la sociedad en general. Es un padecimiento que nos invita a reconsiderar el deber de cuidado que tenemos como individuos y como sociedad hacia quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Esta enfermedad progresiva afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento, por lo que reconocer los síntomas tempranamente es crucial para obtener un diagnóstico y tratamiento oportunos. 

 

Dentro de los principales síntomas se encuentra:

1. Pérdida de memoria: olvidos frecuentes, especialmente de información reciente o eventos importantes.
2. Dificultad para planificar o resolver problemas: dificultades para seguir planes o trabajar con números, como el manejo de cuentas o recetas.
3. Confusión con el tiempo o el lugar: desorientación, perderse en lugares familiares o confundir la secuencia de eventos.
4. Problemas para comprender imágenes visuales y relaciones espaciales: dificultad para leer, juzgar distancias o reconocer colores y contrastes.
5. Problemas con el habla y el lenguaje: dificultad para encontrar las palabras correctas, seguir o participar en conversaciones.
6. Pérdida de la iniciativa: retiro de actividades sociales, laborales o recreativas que antes disfrutaba.
7. Cambios en la personalidad y el comportamiento: alteraciones en el estado de ánimo, ansiedad, desconfianza o irritabilidad sin razón aparente.

Si usted o algún ser querido experimentan estos síntomas, es importante acudir a un profesional de la salud para una evaluación. Se recomienda comenzar con:

• Médico de atención primaria: ellos pueden realizar una primera evaluación y derivar al paciente a especialistas.
• Neurólogo: especialista en trastornos del sistema nervioso que puede realizar un diagnóstico más específico del Alzheimer u otras demencias.
• Geriatra: es el especialista en personas mayores puede ayudar a manejar síntomas emocionales y conductuales relacionados con el Alzheimer.
• Psicólogo: puede ofrecer apoyo emocional tanto al paciente como a sus familiares, además de realizar evaluaciones cognitivas.

La detección temprana y el tratamiento pueden mejorar la calidad de vida del paciente y brindar tiempo para que la familia se prepare y planifique el futuro. Sin embargo, concienciar sobre el Alzheimer es más que solo informar sobre sus síntomas y tratamientos. Es una llamada a la acción para reconocer la dignidad inherente de cada persona afectada por la enfermedad y para asegurarnos de que se respete su libertad y bienestar, a pesar de las limitaciones que esta condición pueda imponer.

La bioética nos guía a reflexionar sobre los derechos de los pacientes y la responsabilidad que tenemos de brindarles un cuidado integral centrado en la persona y no únicamente en la enfermedad. Desde la perspectiva de la socialidad, entendemos que la sociedad tiene una responsabilidad ineludible en el cuidado de sus miembros más frágiles. El concepto de deber de cuidado social nos recuerda que el bienestar colectivo se basa en la protección y el apoyo mutuo. En el caso del Alzheimer, esto implica no solo el desarrollo de políticas públicas y sistemas de salud que aborden las necesidades de los pacientes, sino también la creación de redes de apoyo que incluyan a familiares, cuidadores y a la comunidad en general.

La lucha contra el Alzheimer es una responsabilidad compartida. No podemos delegar el cuidado exclusivamente en los profesionales de la salud, sino que todos debemos involucrarnos, desde el entorno familiar hasta las instituciones educativas y laborales. Es un compromiso que requiere empatía, conocimiento y, sobre todo, humanidad. En este Día Mundial del Alzheimer, recordemos que la forma en que tratamos a nuestros miembros más vulnerables es un reflejo de nuestra sociedad en su conjunto.

Hacemos un llamado a todos para tomar conciencia sobre el Alzheimer y contribuir, desde su ámbito de acción, a mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Que este 21 de septiembre no sea solo una fecha en el calendario, sino una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con la dignidad, el respeto y el cuidado de todas las personas.

 

Referencias:

1. Pellegrino ED. The philosophy of medicine reborn: A Pellegrino reader. Notre Dame: University of Notre Dame Press; 2008.
2. Beauchamp TL, Childress JF. Principles of Biomedical Ethics. 7th ed. New York: Oxford University Press; 2012. p. 205-219.
3. Kitwood T. Dementia Reconsidered: The Person Comes First. 2nd ed. Berkshire: Open University Press; 2019.
4. Tronto JC. Caring democracy: Markets, equality, and justice. New York: New York University Press; 2013. p. 34-56.
5. Faden RR, Beauchamp TL. A History and Theory of Informed Consent. New York: Oxford University Press; 1986. p. 95-102.


Más información:
Dr. David Cerdio Domínguez
david.cerdio@anahuac.mx 
Centro Anáhuac de Desarrollo Estratégico en Bioética (CADEBI)