Día internacional de la abogacía. Origen, presente y perspectivas de un gremio milenario
En el marco de este día, el Dr. Carlos de Jesús Becerril Hernández hace un recorrido por la historia del Derecho, su desarrollo y contribución en la sociedad.
La abogacía es una profesión milenaria que ha desempeñado un papel fundamental a lo largo de la historia. Desde las civilizaciones antiguas hasta las sociedades contemporáneas, la figura del abogado ha generado asombro, polémica y desacuerdos. Aunque su papel ha sido criticado, la realidad es que en algún momento todos necesitaremos de su asesoría.
Según el jurista Joaquín Escriche, la palabra abogado “viene del adjetivo latino advocatus, que significa llamado, porque entre los romanos en los negocios que pedían conocimiento de las leyes, llamaba cada cual en su socorro a los que hacían un estudio particular del Derecho”. Estos profesionales, también llamados patrones, porque toman bajo su protección a las personas que representan y a los estudiantes que forman; defensores, porque defienden los intereses, el honor o la vida de sus representados; oradores, pues algunos de ellos desplegaban discursos de gran elocuencia para la defensa de sus clientes, y voceros, porque usan en su oficio voces y palabras, fueron reconocidos y regulados en el mundo castellano dentro de las Partidas del Rey Alfonso X en el siglo VI. Debido a que, además de abordar acciones especializadas, los abogados también desempeñaron roles cruciales como garantes del respeto a las leyes de la guerra y defensores de los derechos de aquellos fuera del grupo social hegemónico.
Pero las conmemoraciones nos sirven para reflexionar quiénes somos, de dónde venimos y a dónde queremos ir, o al menos esa es su principal intención. ¿Quiénes son estas personas que, motivadas por familiares, amigos o vocación propia, deciden dedicar tiempo y esfuerzo al estudio de la norma para la defensa de sus clientes?
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Geografía Estadística (INEGI), correspondiente al primer trimestre de 2021, en México hay cerca de 442,000 abogados, de los cuales el 60 por ciento son hombres y el 40 por ciento restante son mujeres. Lo que nos permite observar una brecha de género no tan equilibrada como podría creerse.
Por otro lado, quienes trabajan o buscan trabajo en esta disciplina tienen en promedio 42.2 años en el caso de varones y 39.5 en mujeres. La escolaridad en ambos casos es aproximadamente de entre 16.6 años de estudio para los primeros y 16.2 para las segundas.
Con base en los datos proporcionados por el Informe Anual 2022 del Centro de Estudios sobre la Enseñanza y el Aprendizaje del Derecho A.C., existen 2,553 Instituciones de Educación Superior (IES) en México que ofrecen 3,440 programas de Derecho. Dentro de ellas, 1,910 (91 por ciento) son privadas y solamente 197 son públicas (9 por ciento) y los estados de la República Mexicana con más oferta de Licenciatura en Derecho son: Estado de México, con 276; Puebla, con 176; Ciudad de México, con 166; Guanajuato, con 125, y Veracruz, con 121. Mientras que los que menos ofrecen la profesión son Zacatecas, con 19; Campeche y Tlaxcala, con 18; Colima, con 17, y Baja California Sur, con 13.
Aunque históricamente la abogacía fue dominada por hombres, existen registros de mujeres que desafiaron esta norma en la antigua Roma, como Amesia Sentia, Hortensia (hija de Quinto Hortensio), quienes actuaron como defensoras de sus propios intereses, y Caya Afrania, quien sí se dedicada a la abogacía de forma habitual. Sin embargo, durante casi dos milenios, la profesión se volvió exclusiva de los hombres.
Fue hasta el siglo XIX, con el ingreso de las mujeres a las universidades, que la italiana Lidia Poët completó sus estudios en derecho, en el año 1881. Sin embargo, fue inhabilitada por la comunidad de abogados de Turín, lo que le costó un pleito constante para poder ejercer su profesión, lo que pudo hacer libremente hasta 1920.
En el caso de México, María Asunción Sandoval se convirtió en la primera abogada en 1898, al graduarse de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, pero hasta 1920 Clementina Batalla se convirtió en la segunda mujer en recibirse en esta profesión.
Aunque actualmente persiste una brecha de género, la presencia de mujeres en lugares representativos, como la Suprema Corte de Justicia de la Nación, indica un cambio, ya que la ministra Norma Piña, al frente del Poder Judicial, junto a otras cuatro ministras ha ido equilibrando la balanza.
Pese a que la abogacía se enfrenta a desafíos en la era digital, con el uso de tecnologías como la inteligencia artificial y a que estas herramientas cuestionan la viabilidad de la profesión, esta disciplina sigue siendo esencial para resolver conflictos que requieren un análisis detallado, debido a que los profesionales del Derecho deben adaptarse a las nuevas tecnologías para desarrollar su labor de manera eficiente y seguir siendo indispensables para operativizar la norma jurídica y solucionar los problemas de sus clientes.
Fuentes consultadas:
Centro de Estudios sobre la Enseñanza y el Aprendizaje del Derecho A.C. (CEEAD). (s.f.). Quiénes somos. Recuperado de https://ceead.org.mx/quienes-somos
Escriche y Martín, J. (1874). Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia (Vol. 1). París: Librería de Rosa Bouret.
Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México. (s.f.). Historia. Recuperado de https://incam.org/historia/
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (s.f.). Título de la noticia. Recuperado de https://inegi.org.mx/app/salaDeprensa/noticia.html?id=312
Truque Morales, A. L. (2010). Mujer y abogacía en la Antigua Roma: tres casos célebres. Revista Estudios, (23), 359-378. Costa Rica.
Más información:
Dr. Carlos de Jesús Becerril Hernández
carlos.becerrilh@anahuac.mx
Facultad de Derecho