Alimentación natural y saludable: un desafío en el Día del Nutriólogo

En el marco de esta celebración, es fundamental reflexionar sobre la importancia de una alimentación natural y saludable.

En México, nuestra riqueza gastronómica tradicional ofrece una vasta variedad de alimentos frescos y nutritivos que han sido la base de una dieta equilibrada por siglos. Sin embargo, en la actualidad, la creciente dependencia de alimentos ultraprocesados ha alterado nuestros hábitos alimenticios, muy alejados de una alimentación natural y saludable. En consecuencia, nos vemos envueltos en una paradoja alimentaria en la que, aun teniendo una amplia disponibilidad de alimentos como nunca antes en la historia, estos son nutricionalmente deficientes, provocando una prevalencia alarmante de enfermedades como la obesidad, diabetes y padecimientos cardiovasculares en la población mexicana.

La fuerte presencia de los alimentos ultraprocesados, cargados de azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio, han desplazado gradualmente a los ingredientes frescos y naturales de nuestra dieta. Estos productos, además de ser poco nutritivos, alteran el equilibrio de la microbiota intestinal y hormonal, lo que afecta directamente nuestra salud digestiva y metabólica. Frente a este panorama, es esencial retomar los principios de la alimentación mexicana natural y tradicional, que promueve la utilización de ingredientes frescos como maíz, frijoles, chiles, hierbas y frutas de temporada.

Al optar por alimentos naturales, como las verduras, frutas, granos enteros y proteínas magras, no solo estamos favoreciendo nuestra salud, sino también apoyando la agricultura local y la economía. Además, este tipo de alimentación respeta los ciclos de la naturaleza, promoviendo un menor impacto ambiental. Los nutriólogos desempeñamos un papel crucial en la educación alimentaria, ayudando a la población a comprender la importancia de hacer elecciones conscientes y saludables.

Este Día del Nutriólogo, que se celebra cada 27 de enero, es una oportunidad para hacer un llamado a la acción: recuperar el valor de los alimentos naturales y frescos, y reducir al máximo el consumo de productos ultraprocesados. Así, no solo mejoraremos nuestra salud, sino también fomentaremos un estilo de vida más sostenible y respetuoso con el entorno.