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Alfabetización: La gran tarea pendiente



Alfabetización: La gran tarea pendiente

En el marco del Día Internacional de la Alfabetización, se hace un llamado urgente para asumir las tareas pendientes y los crecientes desafíos que, como sociedad, tenemos al respecto.

Cada 8 de septiembre celebramos el Día Internacional de la Alfabetización, fecha proclamada en 1966 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el objetivo de resaltar la importancia del derecho a la educación como pilar fundamental para el desarrollo de las naciones.

La alfabetización debe ser entendida como la capacidad de leer y escribir, lo cual es esencial para acceder a una mayor comprensión del mundo y participar activamente en la sociedad. No obstante, a pesar de los avances significativos, en muchas partes del mundo, sigue siendo una tarea pendiente desde el siglo XIX.

Desde hace más de dos siglos, la consolidación de la alfabetización ha sido un objetivo primordial. Se ha reafirmado la creencia de que la modernidad y el progreso dependen en gran medida del desarrollo de competencias de lectura y escritura, habilidades que no solo son fundamentales para la comunicación y el acceso a la información, sino también para el pensamiento crítico y la participación ciudadana. Sin embargo, las brechas persisten, especialmente en regiones afectadas por la pobreza, la desigualdad de género y el acceso limitado a la enseñanza.

La lucha contra el analfabetismo ha impulsado grandes iniciativas internacionales, como la Campaña Mundial para la Alfabetización, aprobada en diciembre de 1963 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Campaña, que, junto a otras similares, ha buscado erradicar este problema y promover la educación básica para todos. Sin embargo, el desafío aún es monumental porque hay millones de personas que carecen de acceso a esta, limitando sus oportunidades de desarrollo personal y social.

En México, la alfabetización ha sido una prioridad desde la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921, impulsada por José Vasconcelos Calderón. La Campaña contra el Analfabetismo fue una estrategia emblemática en la cruzada educativa de Vasconcelos, dirigida a erradicar este problema en un país predominantemente rural y con altos índices de pobreza. Actualmente, un siglo después, es un desafío dentro de la Nueva Escuela Mexicana, que ha ampliado su enfoque para incluir competencias digitales, científicas y emocionales.

Sin duda, la alfabetización es crucial para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, particularmente a través del Objetivo 4: Educación de Calidad, el cual busca garantizar una instrucción inclusiva, equitativa y de calidad, para promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida. En este sentido, debe verse no solo como un fin, sino como un medio para alcanzar otros objetivos clave, como la reducción de la pobreza, la promoción de la igualdad de género y la mejora de la salud y el bienestar.

Actualmente, enfrentamos nuevos desafíos, ya que además de continuar con la alfabetización letrada y científica, es fundamental abordarla en el aspecto digital y emocional, debido a que en un mundo cada vez más interconectado y tecnológico, las habilidades digitales se han vuelto imprescindibles para participar en la sociedad moderna. De igual manera, en el ámbito emocional debe incluir la capacidad de reconocer y gestionar las propias emociones y las de los demás, debido a que es relevante para el bienestar personal y la construcción de relaciones sociales saludables.

En conclusión, la alfabetización todavía es una tarea pendiente y un desafío global que requiere un compromiso continuo y sostenido, por lo que conmemorar el Día Internacional de la Alfabetización es una oportunidad para reflexionar sobre los avances y las barreras persistentes, así como para renovar los esfuerzos hacia una educación de calidad para todos. Solo mediante un enfoque integral que abarque la alfabetización letrada, digital, científica y emocional, podremos avanzar hacia un futuro más justo, equitativo y sostenible.