Vacunación contra COVID-19: entre la libertad individual y la responsabilidad social
El director de Innovación Científica y Tecnológica de la Anáhuac comparte un análisis sobre la importancia de la vacunación.
El Dr. Jesús Heraclio del Río Martínez, director de Innovación Científica y Tecnológica de la Universidad Anáhuac México, nos comparte un análisis sobre la vacunación contra la COVID-19.
Vacunación contra COVID-19: entre la libertad individual y la responsabilidad social
En México, muchas personas hicieron un gran esfuerzo económico por viajar a Estados Unidos para llevar a su familia a vacunarse, mientras que hay otras personas que, pudiendo vacunarse, por voluntad propia no lo hacen.
Sin embargo, cabe aclarar que esta situación absurda no es exclusiva de nuestra nación. El fenómeno se repite, aunque en distinta magnitud, en otros países y esto genera varias interrogantes que vale la pena poner en la mesa de discusión. No soy ni pretendo ser filósofo o un profesional de la Bioética, pero me surgen preguntas en este caso en particular: ¿Cómo es la frontera, difusa e imprecisa, entre la libertad individual de elección y la responsabilidad social que todos tenemos como individuos y ciudadanos hacia el bien común?
En Europa los estragos de la pandemia han llevado a algunos gobiernos a enfrentar la dicotomía entre respetar la libertad individual o imponer políticas que garanticen el bien común a costa de la primera.
Uno de los casos que más llaman la atención es el de Francia, donde su presidente, Emmanuel Marcon, ha tomado “al toro por los cuernos” al enfrentar a aquellos que se niegan a inocularse contra la COVID-19.
Antecedentes
La variante Delta del virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, muestra una tasa de contagio mayor que las cepas que le precedieron. En el Reino Unido en los últimos seis meses se tuvo la cifra más elevada de contagios: 55 mil nuevos casos.
Debido a estas características particularmente agresivas de las nuevas variantes del virus, conseguir la inmunidad comunitaria se torna más difícil, ya que ahora para alcanzarla se requiere contar no con el 70%, sino con el 90% de la población vacunada.
En Francia en tan solo una semana la tasa de incidencia por COVID-19 ha subido 50%, superando los 10 mil casos diarios. A este ritmo, el Ministerio de Sanidad francés estima que para este verano se alcanzarán entre 60 y 120 mil contagios diarios.
Toma de decisiones
Francia intenta evitar una quinta ola de la pandemia. Para ello, ha incrementado el ritmo de vacunación y estableció un conjunto de medidas restrictivas para los no vacunados destinadas a disminuir la posibilidad de que estos sean una fuente de contagio.
El Ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, señaló: “no queremos que esta recuperación económica se debilite por la falta de responsabilidad de unos pocos”.
Por otra parte, el Ministro de Salud francés, Oliver Verán, destacó: “es la vacunación general o el tsunami viral (…) Si todos estuviéramos vacunados el virus no tendría a quien infectar, pero no hemos llegado ahí”. En efecto, Francia tiene al 44% de sus habitantes con esquema completo de vacunación, pero, a diferencia de otros países, afortunadamente cuenta con un amplio stock de vacunas listas para aplicarse.
El presidente de Francia, Emmanuel Marcon, es contundente al decir: “si no actuamos ahora, aumentarán los casos de contagios y la ocupación hospitalaria”. Refiriéndose a la vacunación dijo, que es “una responsabilidad individual (...), pero también una cuestión de libertad”, y agregó que es la “única forma de volver a la vida normal”.
El gobierno se mantiene firme en su decisión, a pesar de que el sábado 17 de julio 114 mil personas se manifestaron por todo el país en nombre de la “libertad” contra las medidas drásticas adoptadas que están orientadas a disminuir los contagios sin cerrar la economía. El asunto se resume a no cerrar los establecimientos a todos los franceses por culpa de una minoría que no quiere vacunarse.
En respuesta a las citadas manifestaciones, Marcon, en un mensaje del 19 de julio, les dijo con firmeza: “ahora serán ustedes quienes se queden en sus hogares sin poder circular (...) Ya no tengo ninguna intención de sacrificar mi vida, mi tiempo, mi libertad y la adolescencia de mis hijas, su derecho a estudiar de forma adecuada, por quienes se niegan a vacunarse. Esta vez ustedes se quedarán en casa, no nosotros”.
Cabe destacar que, con respecto a las medidas aplicadas, el gobierno francés cuenta con un apoyo importante de la población. El 69% de la población apoya la vacunación obligatoria y el 62% avala que los no vacunados tengan restricciones para tener acceso a lugares públicos.
Las medidas
Pese a las acciones de difusión para promover la vacunación, el escepticismo en algunos países ha llevado a sus autoridades a endurecer sus posturas y a adoptar medidas que, si bien no instauran la vacunación obligatoria, limitan la capacidad de acción de las personas que no han sido inoculadas. Francia es el último país en sumarse a ese grupo.
Para frenar la dispersión de la variante Delta del coronavirus y proteger al sistema de salud de una ola creciente de nuevos casos e intentar “volver a la normalidad”, el 12 de julio el gobierno francés anunció la adopción de una serie de medidas que incluyen nuevas restricciones aplicables a quienes no se hayan vacunado, como la emisión de certificados sanitarios para poder asistir a cines y museos (a partir del 21 de julio), eventos o reuniones sociales, ser atendido en hospitales, bares, restaurantes, centros comerciales o poder viajar en medios de transporte comercial marítimos, terrestres o aéreos (a partir de agosto).
Los pases especiales de COVID-19 serán necesarios a partir de agosto. Para obtenerlos, las personas deberán estar vacunadas, haberse recuperado recientemente del virus o tener una prueba negativa, que dejará de ser gratuita y tendrá un costo de 49 euros por PCR y de 29 euros por antígeno.
En el mundo está creciendo la obligatoriedad de las vacunas pese a ser una medida siempre controversial. El fuerte repunte de los casos por la propagación de las variantes del coronavirus (principalmente la Delta, altamente contagiosa) y una desaceleración en las campañas de vacunación han llevado a algunos gobiernos a tomar medidas que implican la exigencia de inmunización para parte de la población.
Algunas naciones han decretado la vacunación obligatoria contra la COVID-19 para todos los mayores de 18 años.
En Francia, Macron ordenó que para el 15 de septiembre estén vacunados todos los trabajadores de salud, así como quienes trabajen en sistemas de transporte público como trenes y aerolíneas o atendiendo a personas “frágiles”. Quien no quiera vacunarse, está en su derecho de negarse, pero no podrá trabajar ni cobrar.
Desde el 15 de septiembre se prevé que existan controles y sanciones para aquellas personas que incumplan con el mandato. El anuncio de estas medidas ha tenido efecto y cuatro millones de personas se han anotado en el listado de citas para vacunarse.
Otras medidas de precaución tomadas por el gobierno francés incluyen:
• La exigencia de test negativos de menos de un día a viajeros procedentes de otros países como España, Portugal, Reino Unido, Países Bajos, entre otros.
• Uso de cubrebocas en exteriores.
• Toque de queda en hostelería de 23:00 a 6:00 hrs.
La cuestión
El dilema que presenta la pandemia actual, dada su duración, letalidad y características de propagación, además de los estragos económicos, educativos, laborales y sociales que ha ocasionado nos llevan a ver el escenario actual como una situación de guerra. Ante la imposibilidad de evitar los daños, los gobiernos deben decidir cómo reducirlos al máximo. Esto los lleva a una especie de TRIAGE, término francés trier que significa seleccionar o escoger, elegir o clasificar. Originalmente, en la guerra se refería a un método de clasificación de los heridos para atenderlos según los recursos existentes, sus necesidades individuales y las posibilidades de atenderlos.
La decisión no es fácil, pero la situación es real y nos invita a reflexionar sobre la libertad individual y el compromiso colectivo. No solo tenemos la obligación de cuidar nuestra salud, también debemos ver por el bien de los demás.
*El Dr. Jesús H. del Río Martínez, director de Innovación Científica y Tecnológica en la Universidad Anáhuac México, es doctor en Biotecnología Microbiana por la Universidad de Colima, fue director de Investigación de la Anáhuac de 2015 a 2017 y coordinador de Apoyo a la Investigación de la misma institución de 2002 a 2014.
Referencias:
1. Secretaría de Salud. Tipo cubrebocas TW_220620.pdf México: Secretaría de Salud; 2021 [Available from:
https://drive.google.com/file/d/17h76U8zQ4wesJcJwtrtyNklA-wdIdWYS/view?usp=sharing&usp=embed_facebook.
2. Ramírez-Guerrero JA. La importancia del cubrebocas en la población general durante la pandemia de COVID-19. Medicina Interna de México. 2021; 37(1):94-109.
3. Ximénez-Fyvie LA. Un daño irreparable. La criminal gestión de la Pandemia en México. México: Planeta; 2021.
4. Afcl. Macron, firme en restricciones antiCovid pese a ser tachado de “dictador sanitario”. El Universal. 2021 2021-07-18; Sect. Mundo. Retrieved from: https://www.eluniversal.com.mx/mundo/macron-firme-en-restricciones-anticovid-pese-ser-tachado-de-dictador-sanitario
5. Reuters. Vacunación obligatoria, una medida que crece en el mundo para combatir la pandemia. France 24. 2021 2021-07-14; Sect. Europa. Retrieved from: https://www.france24.com/es/europa/20210714-vacunacion-obligatoria-mundo-lucha-pandemia
6. Infobae. Emmanuel Macron enfrentó protestas luego de las medidas en las que instó a los franceses a vacunarse masivamente contra el COVID-19. 2021; Sect. Mundo. Retrieved from: https://www.infobae.com/america/mundo/2021/07/19/emmanuel-macron-sobre-los-franceses-que-no-quieren-vacunarse-esta-vez-se-quedan-en-casa-ustedes-no-nosotros/
Más información:
Dirección de Innovación Científica y Tecnológica
Dr. Jesús H. del Río Martínez
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