Nuria Diosdado: Tenemos que ser personas que sepan anteponerse a las situaciones

La sirena Anáhuac, Nuria Diosdado, quien participa en sus terceros Juegos Olímpicos en Tokio 2020, compartió su pasión por el nado sincronizado y la construcción de su carrera como atleta.

Nuria Diosdado (Administración de Negocios, gen. ‘13), capitana de la Selección Nacional de Natación Artística de México, compartió con la Comunidad Universitaria cómo inició su carrera en el mundo del deporte y lo que ha representado el apoyo de aquellos que siempre han estado con ella respaldándola para alcanzar sus sueños.

Nuestra egresada, quien participa en sus terceros Juegos Olímpicos (Londres 2012 y Río 2016) ahora en Tokio 2020, confesó estar muy emocionada, pues la espera para la justa deportiva por fin terminó, “fue un ciclo olímpico más largo de lo común, pero me siento feliz y con muchas ganas de competir y mejorar los resultados que hemos tenido para México en esta disciplina”.

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La ondina Anáhuac descubrió a los 5 años de edad el nado sincronizado, disciplina que combina la natación, la gimnasia y la danza, aunque entonces su único motor el placer de combinar el agua con la música, “no fue por una inspiración olímpica o por una aspiración de llegar a ser alguien”, reveló.

A partir de entonces Nuria Diosdado comenzó a formar su camino. Descubrió lo lejos que podía llegar a través de la natación artística y que incluso podía convertirse en un estilo de vida. 

“Ahí es donde comencé a enamorarme de la disciplina y a apasionarme, hasta que se convirtió en mi forma de vivir. Tuve la oportunidad de ir a un campeonato mundial; mis papás me regalaron el viaje y fui a Barcelona, en donde vi a la selección española competir y a las grandes nadadoras del mundo. Tenía 12 años cuando vi competir a la Selección Mexicana y, por inspiración, me dije que quería ser ellas”, recordó.

Sin embargo, reconoció que le faltaba mucha preparación, por lo que decidió entrenar mucho más y con horas extras. Fue entonces cuando decidió convertirse en una deportista olímpica, aunque fue algo paulatino. “No me he puesto una meta grande que no pueda alcanzar, simplemente me ponía una meta: formar parte de la Selección Nacional, lo logré; quiero ser de las titulares, lo logré; era algo poco a poco que me iba haciendo más fácil mi carrera hasta que llegué a ser titular del equipo mexicano y olímpica”, añadió.

La medallista de plata en Lima 2019, quien competirá al lado de Johana Jiménez este 2 de agosto en rutina libre preliminar y mañana 3 de agosto en rutina técnica, aceptó que ha sido un año complicado para todos, puesto que “la pandemia vino a cambiar las vidas y los planes que teníamos”, aunque destacó que “la enseñanza más importante y a lo que todos tenemos que anteponernos como atletas es tener tu plan A, pero también tener en vista el B y el C”.

Sobre la pandemia por COVID-19 que se vive en todo el mundo, Nuria Diosdado dijo que “hay que ser adaptables en este mundo, en esta nueva vida que estamos viviendo, teniendo y experimentando; tenemos que ser personas que sepan anteponerse a las situaciones, no podemos dejarnos caer por cualquier situación, en mi caso fue duro tener la noticia de que se cambiaban los Juegos Olímpicos, que se aplazaban por un año más, pero creo que lo importante y lo que me sirvió fue tener una mentalidad positiva, saber que por algo pasan las cosas, que estemos conscientes de que todo pasa por algo. La vida ya está escrita y hay que sabernos adaptar a lo que venga”, aseveró.

La sirena mexicana dijo en entrevista que un líder debe tomar riesgos, tener convicción y valentía para hacer las cosas, además de no tener miedo, “tiene que ser sabio para tomar decisiones, ser muy generoso, saber tener un equipo de trabajo y que no va solo por la vida. Un líder debe saber que no se construyó solo, que tiene todo un equipo desde que inició y que ha hecho puesto semillitas en el camino para que seas quien eres”.

Para Nuria Diosdado ser atleta olímpica es más que una medalla, “se trata de qué más puedes hacer, qué mensaje le vas a dar a la humanidad. Al ser atleta olímpica vives con estos valores, se trata de ser una persona íntegra, y no solamente de llevar ese liderazgo que tienes en el agua, sino a la vida normal, a la vida profesional y a la vida familiar”.

Más allá del éxito, que dijo consiste en sentirte en equilibrio con quién eres, la Leona Anáhuac aseguró que el fracaso es el aprendizaje más grande. “En mi caso es de las situaciones más difíciles y donde más he crecido, para mí son puntos de quiebre en la vida los que te hacen crecer”. Pese a lo difícil que es ser atleta de alto rendimiento, dejó claro que ha valido la pena todo lo que le ha dado el deporte, “son cosas tan bonitas que el dolor, el sacrificio, las horas que no tienes de descanso y el poco tiempo que ves a tu familia, valen la pena en esos momentos de gloria, valen la pena cuando los veo orgullosos”.

También llamó a los alumnos y atletas en formación a que siempre luchen por sus sueños, “la vida es maravillosa y pueden encontrar la pasión y las cosas que los hagan felices en muchos lugares; no dejen de buscar, no dejen de intentarlo, habrá personas y cosas que los hagan creer que no van por el buen camino y que no van a lograrlo, pero si tienen ganas de algo, inténtenlo, no se dejen vencer por nada y sobre todo no tengan miedo”.

Además, habló de la importancia de apoyar a los nuevos deportistas en diversas disciplinas que llegan a Juegos Olímpicos, “hay compañeros que he visto crecer desde siempre, eso habla de adaptabilidad, de perseverancia, de lucha, de nunca bajar la guardia y de siempre seguir adelante”.

Finalmente,  Nuria Diosdado dijo que su inspiración es voltear y mirar todo lo que ha hecho para estar donde ahora está, mirar toda su carrera deportiva y todo lo que ha dejado de hacer y hecho para alcanzar su seño. “Eso me motiva, me inyecta el saber que estoy haciéndolo bien, que la vida que decidí llevar me ha premiado con creces; me siento muy agradecida con la vida, con mi familia que siempre han sido mi pilar, porque si algo me sucede, ellos son los primeros que se enteran, si hay una buena o mala noticia, son los primeros a los que llamo. Me inspira saber que la vida que he hecho la he creado por mi esfuerzo, pero también por la gente que me  ha apoyado en el camino”.