Miembros de Bioética se reúnen para celebrar la Academia General de Profesores
A través de un evento virtual los académicos reflexionaron sobre la relación entre la persona, las tecnologías emergentes y el bien común.
“Nunca debemos desanimarnos: sabemos que el Señor no nos abandona y que lo que hacemos está enraizado en la confianza que depositamos en Él, el amante de la vida”.
(Sb 11, 26)
El pasado 22 de marzo se convocó de manera virtual a los miembros de la Facultad de Bioética para celebrar la Academia General de Profesores, evento que contó con más de 30 participantes entre coordinadores y académicos de doctorado, maestría y licenciatura.
El espacio inició con una reflexión del padre Fernando Fabó Martín, L.C., director de la Facultad de Bioética, sobre el discurso del Santo Padre Francisco a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida, la cual versa sobre la relación entre la persona, las tecnologías emergentes y el bien común.
Concluyendo que, ante los desafíos actuales tan complejos, “la tarea que tenemos por delante es enorme, pues se trata de partir de las experiencias que todos compartimos como seres humanos y estudiarlas, asumiendo las perspectivas de la complejidad, el diálogo transdisciplinario y la colaboración entre diferentes sujetos”.
Posteriormente, se realizaron sesiones de trabajo en equipo en donde se discutieron las siguientes preguntas elaboradas por la coordinadora de investigación de la Facultad, la doctora María Elizabeth de los Rios:
1. ¿Cuáles son algunos cambios en las condiciones de vida del ser humano a raíz del rápido avance tecnológico en los últimos diez años?
2. ¿Cómo y dónde crees que se hace evidente la interconexión de realidades que menciona el Papa Francisco y en qué sentido nuestras relaciones sociales se han visto modificadas por dicha interconexión?
3. ¿Cómo entendemos hoy el ejercicio de “conocer” y qué implicaciones éticas y bioéticas tiene nuestro modo de aproximarnos, analizar y entender la realidad?
Algunas de las conclusiones de los equipos fueron:
• Respecto a los cambios en las condiciones de vida, a raíz del rápido avance tecnológico, se concluyó que la inmediatez y la velocidad de la vida ha llevado a una falta de convivencia presencial, deshumanizando las relaciones humanas. Sin embargo, la tecnología ha aportado elementos facilitadores en cuanto al trabajo a distancia. Merece la pena conservar, a través del diálogo, la tolerancia y el respeto, los elementos ventajosos de tales avances, procurando en todo momento el balance que cuide la esencia humana.
• Acerca de la modificación en las relaciones sociales se determinó que los ámbitos que han cambiado abarcan los aspectos interpersonales, tocando la sociabilidad y la relacionalidad, es decir, el comportamiento hacia el otro.
Sin duda, el acceso a más información es un hecho, pero no implica necesariamente que tal saber sea el adecuado o de calidad. Por lo que se exhorta a estar atentos a esta disminución en la capacidad de comunicación e interconexión con el otro y reflexionar sobre cómo debieran ser idealmente las redes sociales que sigan observando a la persona en el centro, sin caer en un antropocentrismo extremo.
• Sobre el conocimiento y sus implicaciones éticas y bioéticas, los académicos coincidieron que los medios digitales facilitan el acceso a diferentes realidades y, por lo tanto, a la captación de datos. Aunque esto no significa necesariamente que la información sea de calidad y cantidad adecuada, y probablemente tal inmediatez propicie falta de profundidad en los conocimientos de la mano de una disminución o perdida de sensibilidad humana. En este caso se insiste en el uso y manejo positivo de la tecnología.
Más información:
Facultad de Bioética
MPSS Jimena Muñoz Merino
bioética@anahuac.mx