Medalla al Mérito Académico, reconocimiento a quienes cambian la vida de nuestros alumnos
Dos maestras de la Universidad reciben la distinción del Mérito Académico por sus cualidades académicas, profesionalismo y compromiso en la formación de los alumnos.
“La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz”. Confucio.
En el marco de la celebración del Día del Maestro, nuestra Universidad reconoció a los profesores en su día con la entrega de la Medalla al Mérito Académico, que destaca la loable labor de los maestros en la formación de los alumnos como Líderes de Acción Positiva.
En esta ocasión se entregó la presea a la Mtra. María Teresa Araiza Hoyos, integrante de la Facultad de Psicología del Campus Norte, y a la Mtra. María Del Carmen Marce Vázquez, coordinadora de la Licenciatura de Actuaría e Ingeniería Financiera en el Campus Sur.
Ambas mujeres representan a todo el cuerpo académico de la Anáhuac que se ha sumado a tan importante proyecto educativo, quienes con compromiso y vocación transmiten sus conocimientos, habilidades y su forma de ser, que constituirá para los alumnos, un modelo de cómo percibir la realidad, cómo enfrentarse a las dificultades y cómo lograr la trascendencia del hombre en busca de la verdad.
Para Mtra. María Teresa Araiza, quien lleva 40 años ejerciendo la vocación de profesora, una experiencia en tutoría y docencia con una alumna ciega la marcó, pues luego de sortear todas las dificultades que la discapacidad le refería, la joven logró terminar la licenciatura y maestría, y ahora es una terapeuta.
“La Anáhuac es mi segunda casa. He pasado aquí 40 años y es para mí el lugar donde he aprendido, donde he enseñado, donde he hecho amigos y donde he podido ver crecer a los alumnos”, señaló en entrevista.
Es cierto que los maestros tienen el reto de formar a los jóvenes para hacer de México un lugar mejor, y de ello está consciente María Teresa, quien afirma que “hoy se necesita el liderazgo con valores”.
Bajo la premisa de que todos tenemos la responsabilidad de compartir lo que aprendimos, la maestra invitó a aquellos alumnos con vocación académica a preparase y regresar a su Alma Máter a compartir sus conocimientos. “En la Facultad de Psicología hay muchos profesores que fueron alumnos míos y eso para mí es una alegría”.
Es probable que muchos de nosotros, en nuestra formación como estudiantes, recodemos más a un profesor por su ejemplo, por su calidad humana, por alguna frase o algún reconocimiento que este nos haya hecho, más allá de los temarios o los contenidos en las clases.
Para la Mtra. María del Carmen Marce, quien suma 27 años como docente en la Universidad Anáhuac México, recibir la Medalla al Mérito Académico fue una gran sorpresa. Se trata de una mujer que vive con firme convicción de que como profesores siempre podrán sembrar una semilla en cada alumno que pasa por nuestra Institución.
“Ser profesora es la misión que Dios me dio y la hago con mucho gusto, entusiasmo y con corazón. Sé que aún puedo hacer mucho en la Universidad a través de mi trabajo, por mis alumnos y por toda la sociedad”, consideró.
De acuerdo con Mary Marce, como es mejor conocida, un profesor debe llevar la vocación en el corazón para desarrollar las actividades con la pasión que se necesita. “No cualquiera puede llamarse maestro, pese a que hoy muchos pueden ejercer la profesión. Ser profesor va más allá de transmitir conocimientos, hay mucho más atrás”.
La Anáhuac le dio a Marce Vázquez la preparación académica y la posibilidad de cumplir uno de sus más grandes sueños: convertirse en maestra. “Pensé ser profesora en la preparatoria donde estudié, pero la vida me dio la oportunidad de iniciar mi carrera docente en mi Alma Máter. Le agradezco a la Universidad el que me haya abierto las puertas, primero como alumna y después como profesora”.
Finalmente, llamó a los alumnos que tienen la vocación docente a prepararse, puesto que su formación les permitirá generar a los alumnos que la sociedad y el país necesitan. “No se puede entender un proceso de enseñanza-aprendizaje sin no hay un compromiso profundo por parte del maestro. El deseo de enseñar, más allá de la obligación, les permitirá hacer mucho. La semilla que uno siembra en cada persona al compartirle lo poco o mucho que uno sabe, puede crecer tanto que deja una gran satisfacción”.
En la Anáhuac felicitamos y agradecemos a todos los profesores quienes día a día, con su esfuerzo y ejemplo, contribuyen a la formación de nuestros estudiantes.
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