Nuestro Rector llama a la Comunidad Anáhuac a llegar a la Pascua de Jesús con un corazón listo

A través de cinco pasos, dijo que descubriremos que la Cuaresma no es solo una época para hacer renuncias de poco sentido, sino un tiempo para encontrar lo que llena de sentido toda la vida.

El pasado 17 de marzo, se llevó a cabo el Retiro de Cuaresma impartido por el Padre Cipriano Sánchez García, L.C., Rector de la Universidad Anáhuac México, evento que se realizó en la Capilla Universitaria del Campus Norte y que también se transmitió vía streaming en el Auditorio de Rectoría en el Campus Sur y en el que participaron los miembros de nuestra Comunidad Anáhuac. 
 

En este espacio, el Rector invitó a los asistentes a seguir cinco pasos, uno para cada semana de Cuaresma, mismos que les permitirán llegar a la Pascua de Jesús con un corazón listo.

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El primer paso de ellos es descubrir el plan original, tomando como ejemplo la experiencia de las tres tentaciones de Jesús en el desierto. En este punto, pidió revisar nuestros criterios y aseguró que “si llevamos en la mente y en el corazón la palabra de Dios, si entra en nuestra vida, si tenemos confianza en Dios, podremos rechazar todo tipo de engaños del tentador”.

El segundo paso es elegir un señor, es decir, que la Cuaresma nos invita a que pongamos delante de los ojos la pregunta de a qué señor queremos servir y si este es el que brinda felicidad a nuestra existencia. “El segundo domingo de Cuaresma nos presenta el evangelio de la transfiguración en el que Jesús se nos muestra en su dignidad de hijo de Dios y como el que nos puede guiar en medio de las circunstancias de la vida”, agregó.

El tercer paso es cambiar la vida, espacio en el que dejó claro que, aunque no podemos dejar de lado un aspecto muy importante del ser humano: “no somos perfectos, sí estamos en constante renovación interior y exterior”.

Al respecto, el nuestro Rector agregó: “Lo que nos tiene que quedar claro es que la posibilidad de cambio de vida exige aprender a leer los hechos que nos suceden desde una perspectiva superior, esa que llamamos perspectiva de fe. Ante las cosas buenas o malas, hemos de leer la historia humana con los ojos de Dios, el cual sabemos que quiere siempre y solamente el bien de sus hijos y que, en medio de su amor, a veces permite la prueba para llevarnos a un bien más grande. Cambiar de vida, convertirse, nos orienta en cuatro dimensiones: evitar el mal, crecer en el amor, ayudar concretamente al prójimo y vivir la alegría de los dones recibidos y de la amistad renovada con Dios y con los demás”.

Saberse amados es el cuarto paso en el que el cambio de vida es consecuencia de una certeza central: en cualquier circunstancia en que te encuentres, eres un amado de Dios. Al respecto, el Padre Cipriano aseguró que Dios nos ama siempre y, para mostrárnoslo, Jesús nos propone la parábola del hijo pródigo.

“Dios no nos abandona nunca, Él es fiel y, aunque nos alejemos, no deja de seguirnos con su amor, ayudándonos a salir de nuestros errores y hablando a nuestra conciencia para volvernos hacia Él. Esa es la experiencia regeneradora de la misericordia que, en la certeza del perdón, reconoce que somos amados con un amor gratuito, mayor que nuestra miseria y de lo que mereceríamos”, aseveró.

Finalmente, señaló que el quinto paso consta de caminar en el amor, que se traduce en orientarse a una nueva vida que tiene como objetivo la búsqueda del bien. “El camino en el amor acaba siendo el compromiso lógico de quien sabe que ha sido liberado del mal y puesto de nuevo en el bien y la vida. Este quinto paso se nos muestra en el evangelio del quinto domingo de Cuaresma: el evangelio de la mujer adúltera.

Como conclusión, el Padre Cipriano Sánchez aseguró que estos cinco pasos nos ayudarán a vivir mejor la Cuaresma y, si se toman como un compromiso que podemos ir ejercitando poco a poco, descubriremos que la Cuaresma no es solo una época para hacer renuncias de poco sentido, sino un tiempo para encontrar lo que llena de sentido toda la vida.

“Es un tiempo para encontrar a una persona ante la que ponemos a prueba la calidad de nuestro amor, el valor de nuestro corazón, la sinceridad de nuestra vida. Estaremos listos para caminar con Jesús hacia la Pascua, hacia la manifestación de un amor que cambia nuestra vida. Habrá entonces merecido la pena vivir la cuaresma”, aseguró.