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De lo mecanicista a lo humanista



De lo mecanicista a lo humanista

De lo mecanicista a lo humanista. El siguiente texto aborda cómo los avances en inteligencia artificial tendrán como consecuencia la desaparición de muchos empleos de alto nivel.

 

El maestro Guillermo Híjar Fernández, director del Centro Anáhuac de Ingeniería Empresarial (CAIE), hace un análisis sobre los cambios sociales y cómo en el siglo XX las masas luchaban contra la explotación y hoy lo hacen contra la irrelevancia, y cómo la representación sindical era efectiva contra la explotación, en el siguiente artículo de lo mecanicista a lo humanista.


De lo mecanicista a lo humanista

Las organizaciones prepandémicas se estructuraron de acuerdo con las jerarquías tradicionales de la revolución industrial, que en teoría proveen líneas claras de autoridad partiendo de los trabajadores de piso hasta la dirección general, pasando por varias capas de supervisores y gerentes.

Estas estructuras matriciales se han vuelto muy complejas a medida que los negocios también lo han sido hasta un punto en el que son tan pesadas que prácticamente no funcionan. Son mecanicistas por naturaleza, diseñadas para ser uniformes, burocráticas y controladoras, metas que son socavadas, por lo que las organizaciones de hoy priorizan la creatividad, rapidez y responsabilidad.
 


 
La automatización en aumento socava el pensamiento mecanicista sobre el cual descansan las organizaciones tradicionales.

Los grandes avances en inteligencia artificial tendrán como consecuencia la desaparición de muchos empleos de alto nivel. Será un entorno propicio para individuos brillantes que sean capaces de complementar a las máquinas y trabajar en equipo con ellas.

Los robots son cada vez más baratos y la inteligencia artificial y el acceso a la nube le permiten a cada robot acceder a la experiencia de los demás robots.

Por otro lado, las ocupaciones que requieren alto nivel de especialización o una alta exigencia de interacción social y emocional serán menos susceptibles a la automatización. Las personas con formación universitaria o posgrado serán los que menos se verán afectados.

En el siglo XX las masas luchaban contra la explotación, pero ahora lo hacen contra la irrelevancia, lo cual es mucho más difícil. La representación sindical era efectiva contra la explotación, pues por medio de contratos colectivos de trabajo se garantizaba un mínimo de beneficios para los trabajadores. Sin embargo, en el siglo XXI, la colectivización no sirve frente a la automatización del trabajo, simplemente no se celebra ningún contrato, pues ya no se requiere mano de obra.

Anticipar qué sucederá en los años siguientes y cómo se reconfigurará la producción mundial será el gran reto, aunque los ejercicios prospectivos sugieren que las actividades económicas que involucran aglomeraciones de personas aceleren la transición hacia el uso de robots, cobots y procesos digitales que faciliten la operación remota. Asimismo, habrá cambios drásticos, encaminados hacia un mayor uso de energías renovables y una visión más ecológica y sustentable de la producción y el consumo.



Los cambios sociales han vuelto obsoletos doscientos años de pensamiento gerencial en cuanto a control y predictibilidad se refiere. La generación Z tiene aspiraciones de carrera muy diferentes. Habrá mayor variedad y aprendizaje, más oportunidades de promoción y liderazgo y mayor movilidad en las carreras profesionales.

Las personas jóvenes están repensando sus motivaciones e impulsos. Están examinando sus pasiones, intereses, grados de libertad y la necesidad de hacer dinero en términos de cómo estos factores encajan con la seguridad en el trabajo, por un lado, y el servicio a la sociedad, por el otro.

Recientemente se han detectado signos de que los intereses de los preuniversitarios se están moviendo hacia sectores de salud, ciencia e ingeniería y servicios digitales como e-commerce y logística. Amazon, por ejemplo, contrató a medio millón de personas mundialmente durante el año 2020.

Para los jóvenes de la generación Z, el cambio climático es el principal tema de preocupación y lo están llevando a sus lugares de trabajo, lo cual cambiará las estructuras corporativas en los próximos años. 

Los jóvenes hoy en día tienen expectativas muy altas acerca de los valores en el trabajo y demandan de las empresas actitudes socialmente conscientes y equitativas. Por ejemplo, las nuevas generaciones no comprarán productos de empresas que no consideren éticas.

 

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Guillermo Híjar Fernández es Ingeniero Mecánico por la Universidad Anáhuac México y Maestro en Ciencias en Ingeniería Mecánica por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). También cursó el programa de alta dirección del IPADE Business School (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa).
 

Actualmente es director del Centro Anáhuac de Ingeniería Empresarial, que ofrece asesoría y capacitación para el fortalecimiento tecnológico de las empresas. Durante 10 años dirigió la Facultad de Ingeniería de la Universidad Anáhuac México y ha sido catedrático de la misma desde 1976.


Cuenta con una amplia experiencia de más de 25 años como director general de empresas industriales y de productos de consumo. Es miembro del MIT Enterprise Forum, organización no lucrativa que apoya el desarrollo de empresas tecnológicas mexicanas.

 

 

Más información:
Centro Anáhuac de Ingeniería Empresarial
Mtro. Guillermo Híjar Fernández
ghijar@anahuac.mx