Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias

El presente texto muestra una reflexión sobre la violencia, la libertad religiosa y la importancia de nuestra colaboración para contribuir en la construcción de una civilización del respeto con el perdón y la reparación. 

 “El concepto de discriminación se va ampliando cada vez más, hasta el punto de que la prohibición de discriminar puede transformarse progresivamente en una limitación de la libertad de opinión y de la libertad religiosa”.
Benedicto XVI

Sí a la libertad religiosa. Esta breve frase que se ha convertido en clamor y defensa de muchas naciones a lo largo de la historia, este 22 de agosto pasó a ser un día de conmemoración internacional que tiene como finalidad recordar a aquellas víctimas de actos de violencia basados en la religión o en las creencias. Dicha conmemoración fue establecida gracias a la resolución A/RES/73/296 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Hacer memoria, reflexionar, es tan solo un requisito para dar realmente el primer paso: el perdón. Sobre este punto el Papa Francisco comenta lo siguiente a propósito de su peregrinación penitencial a los pueblos indígenas de Maskwaci, Canadá, víctimas de discriminación religiosa durante el periodo colonial:

“El perdón solo es el primer paso, el punto de partida. También soy consciente de que mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado y mirando hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios. Una parte importante de este proceso es hacer una seria búsqueda de la verdad acerca del pasado y ayudar a los supervivientes de las escuelas residenciales a realizar procesos de sanación por los traumas sufridos”.

Del mensaje citado, además del perdón, se pueden destacar los siguientes conceptos que van concatenados y constituyen verdaderos peldaños para alcanzar una civilización de paz. Estos son: reparación del daño y cultura de la libertad religiosa.

Los discursos de los Estados asegurando el derecho humano a la libertad religiosa a sus conciudadanos y el perdón público de las religiones responsables de actos discriminatorios representan solo palabras vanas si no se traducen en acciones, en medios concretos de reparación a los daños y perjuicios que ocasionaron a las víctimas y a sus familiares.

“El perdón no es un acto ocasional, es una actitud constante” (Martín Luther King Jr.). 

La invitación a hacer memoria en este día no solo se restringe a los jefes de Estado o las religiones, sino también a nosotros. En algún momento de nuestra vida nosotros también hemos discriminado a alguien con nuestras palabras y actitudes ya sea por pertenecer a una religión diferente o tener ideas ajenas a nuestro pensar religioso. Si es así, podemos desde nuestro entorno colaborar con nuestro granito de arena para contribuir con la construcción de una civilización del respeto con el perdón y la reparación. 

El perdón y la reparación son acciones que son propias de un Estado que reconoce y garantiza los Derechos Humanos, siendo uno de ellos la libertad religiosa: 

“El derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural. Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil” (Declaración Dignitates Humanae, Concilio Vaticano II).

Siendo un Derecho inherente a nuestra dignidad humana, la cultura del respeto y de la convivencia, pero sobre todo del diálogo interreligioso, representan una garantía de su preservación tal y como lo afirma el Papa Francisco:

“La libertad religiosa no pretende preservar una “subcultura”, como desearía un cierto laicismo, sino que constituye un precioso don de Dios para todos, una garantía básica de cualquier otra expresión de libertad, un baluarte contra el totalitarismo y una contribución decisiva a la fraternidad humana. Algunos textos clásicos de las religiones tienen una fuerza de motivación que abre siempre nuevos horizontes, estimula el pensamiento y hace crecer la inteligencia y la sensibilidad. Así es como pueden ofrecer un significado para todas las épocas. Los gobiernos deben —entre todas sus tareas— tutelar, proteger y defender tanto los derechos humanos como la libertad de conciencia y la religiosa. De hecho, respetar el derecho a la libertad religiosa hace que una nación sea más fuerte, renovándola (…). La religión auténtica, desde dentro, debe poder dar cuenta de la existencia del otro para favorecer un espacio común y un entorno de colaboración con todos, en la determinación de caminar juntos, orar juntos y trabajar juntos, para ayudarnos juntos a establecer la paz.


*Colaboración de José Damián Carvajal Arroyo, licenciado en Filosofía por el Ateneo Regina Apostolorum y estudiante de Derecho en la Universidad Anáhuac México Campus Sur.
 

Bibliografías:
•    Comisión Teológica Internacional, La libertad religiosa para el bien de todos. Aproximación teológica a los desafíos contemporáneos. La Santa Sede, en https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_cti_20190426_liberta-religiosa_sp.html (Recopilado el 21 de agosto de 2022).
•    Naciones Unidas, Día de Conmemoración de las Víctimas de Actos de violencia basados en la Religión o las Creencias, en https://www.un.org/es/observances/religious-based-violence-victims-day (Recopilado el 21 de agosto de 2022).
•    Papa Francisco, Encuentro con los pueblos indígenas
primeras naciones, Métis e Inuit. 25 de julio de 2022. La Santa Sede, en https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2022/july/documents/20220725-popolazioniindigene-canada.html (Recopilado el 21 de agosto de 2022)

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