Las situaciones clínicas son complejas y desafiantes, implican la toma de decisiones en escenarios inciertos y, a menudo, caóticos, por lo que el Bioeticista clínico que interviene ya sea de forma individual o en pequeños grupos y que es el primer contacto que tienen el paciente, el médico o la familia para aclarar el panorama sobre las decisiones éticas y los mejores cursos de acción, debe desarrollar habilidades para poder afrontar y encauzar estos escenarios.
Derivado de esto, es necesario conocer algunas herramientas que permiten entrar y afrontar los casos clínicos complejos tales como la mediación y conciliación que tienen por objetivo que los agentes que toman decisiones en el caso puedan encontrar puntos de encuentro y favorecer el diálogo entre ellos, mediar sus los intereses del paciente con los del médico tratante y clarificar términos que pueden ser confusos o interpretados erróneamente.
Otra herramienta es conocer las estrategias para la intervención en crisis ya que estos casos difíciles vienen acompañados de muchos emociones y disparan una variedad de sentimientos que se interponen al momento de tomar decisiones racionales.
Saber comunicar malas noticias, acompañar procesos de duelo y pérdidas y entender la escala de valores en base a la cual se toman decisiones resultan habilidades y herramientas fundamentales para el Bioeticista clínico y su eficacia en la orientación para la toma de decisiones éticas en casos clínicos desafiantes.
Es por lo anterior que el Bioeticista clínico, además de conocer y dominar los temas de la Bioética general debe aprender y desarrollar otras habilidades que le permitan afrontar las dificultades y los obstáculos propios de un caso “en la cama del paciente”.
Más información:
Dra. María Elizabeth de los Rios Uriarte
Profesora Investigadora y Coordinadora del Instituto de Humanismo en Ciencias de la Salud
Facultad de Bioética
elizabeth.delosrios@anahuac.mx