Algunos datos interesantes de la Consultoría en Bioética para entenderla mejor

La consultoría en Bioética clínica puede hacerse bajo la figura de una sola persona o en equipos de dos o tres personas, esto con la finalidad de poder atender rápidamente las solicitudes que se presentan.

En ocasiones, el bioeticista acude a ver al paciente tras recabar los datos de su historia clínica así como alguna otra información que sea de utilidad para preparar y anticipar el caso por el que se le pidió la consulta, pero, en otras ocasiones, la urgencia de la situación apremia y no existe tiempo previo para la revisión de datos antecedentes por lo que el bioeticista deberá desarrollar la habilidad de síntesis necesaria para armar los datos más relevantes del caso durante la misma consulta.

No todos los casos se resuelven rápidamente, algunos se tardan días o semanas o incluso, hay otros que es necesario llevar a un comité para que lo analice mejor.

También es importante saber que si bien los principales agentes en la toma de decisiones médicas son el paciente, el médico y su familia, dependiendo el curso de la enfermedad, las dudas o conflictos que se presenten, el bioeticista clínico puede recomendar involucrar a otras personas o solamente continuar con el mismo paciente, según si hacerlo mejorará la receptividad para poder tomar las decisiones adecuadas.

A menudo también, se presenta una visión de túnel en el paciente, médico y familia que no permiten ver a futuro ni considerar las opciones que puede haber en el caso, por ello, el bioeticista clínico debe hacer las preguntas correctas, pertinentes y necesarias para despertar la visión crítica de la situación que permita ver más allá de la enfermedad y pensar en planear acciones que vayan preparando momentos difíciles de decisión.

Por último, es necesario saber que, muchas veces la función del bioeticista se reduce a facilitar el diálogo por ser una autoridad moral que puede generar confianza y abrir la conversación, por ello, tiene que estar preparado en el campo de la bioética pero, también, ser una persona honrada, asertiva, con capacidad de diálogo y trabajo en equipo, conciliador y honesto.