La cultura de la prevención a través de la voluntad anticipada
Martha Patricia Hernández Valdez.
Doctorante en Bioética Aplicada, Maestra en Bioética
Mucho se ha hablado sobre la posibilidad de prevenir el sufrimiento cuando se está cercano a la muerte, evitando acciones médicas que preservan innecesariamente la vida (también llamada futilidad terapéutica) y así, poder tomar decisiones que sean respetadas por la familia y por el personal de salud aún cuando las facultades mentales se encuentren comprometidas. En efecto, existe una herramienta muy útil que conforma una estrategia de prevención ante la inminente muerte de todo ser humano: la voluntad anticipada.
El documento de voluntad anticipada es un instrumento de carácter legal en el que asienta, de forma puntual, que no sean administrados medios extraordinarios (tratamientos innecesarios, de difícil acceso o excepcionalmente costosos que no aporten ningún beneficio a la situación del paciente) para la conservación de la vida, ante una enfermedad terminal o situación crítica de salud. Aunque mucho se ha discutido sobre la cualidad de extraordinarias las medidas que se pudiesen aplicar en un momento dado, la voluntad anticipada va mas allá: plasma y comunica los deseos, las preferencias y los valores de la persona que lo signa, y de esta manera, también conforma una herramienta de acompañamiento emocional que prepara un escenario posible en el que culmine la vida.
La voluntad anticipada tiene una gran densidad ética. Una de las preguntas más frecuentes es sin duda, qué pasa cuando un familiar no desea acatar lo plasmado en el documento de voluntad anticipada del paciente, siendo la respuesta ambivalente y polarizada. Es sencilla, ya que es el firmante del documento quien legalmente ejerce su autonomía a través de la capacidad de autodeterminación sobre su propio cuerpo y manejo de su estado de salud; pero también es complicada porque en este desencuentro de deseos se gestan las más dolorosos escenarios para todos los involucrados, incluyendo el personal de salud. Por ello, se recomienda siempre hablar de forma clara y precisa, brindando toda la información necesaria para facilitar el proceso de validación y aceptación incondicional de una voluntad anticipada en toda su extensión, entendiendo que el conocimiento es una de las herramientas más valiosas -sobre todo- en época de pandemia.
Martha Patricia Hernández Valdez. Doctorante en Bioética Aplicada, Maestra en Bioética, Especialista en Estudios de Bioética y Licenciada en Psicología por la Universidad Anáhuac México. Perito en Psicología Jurídica. Secretaria Académica de la Academia Nacional Mexicana de Bioética A.C. Docente de pregrado y posgrado, cuenta con publicaciones en revistas nacionales e internacionales. Actualmente es investigadora asociada de la Cátedra de Infertilidad “Margarita Lamas de Abad” de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac México. Correo electrónico: martha.hernandez@anahuac.mx