10 de abril de 2024
Autor: Juan Manuel Palomares Cantero
Introducción
En la reciente controversia que captura la atención pública y despierta un profundo debate ético, el caso de Zoraya ter Beeki se destaca por su decisión de optar por la eutanasia en los Países Bajos, a pesar de no sufrir de una enfermedad terminal sino de trastornos de salud mental. Este hecho pone en relieve el creciente debate sobre los límites de la eutanasia y la importancia de abordar con sensibilidad y profundidad las condiciones de salud mental, desafiando las percepciones tradicionales sobre el derecho a morir y la dignidad en contextos de sufrimiento no físico.
Contexto
La eutanasia, también conocida como "muerte asistida", es legal bajo estrictas condiciones en varios países, incluidos los Países Bajos, donde se requiere que el sufrimiento del paciente sea insoportable y sin esperanza de mejora. Zoraya, una joven de 28 años con diagnósticos de depresión, autismo y trastorno límite de la personalidad, atravesó un largo proceso legal de dos años y medio para calificar para este procedimiento. Su caso destaca los desafíos éticos y legales de aplicar la eutanasia en contextos de trastornos mentalesii, donde los criterios de sufrimiento insoportable son especialmente complejos de evaluar, intensificando el debate sobre la adecuación de la eutanasia como opción para pacientes psiquiátricos sin enfermedades terminales. Este debate es crucial, pues confronta la autonomía del paciente y la protección ética de las vidas vulnerables, enfatizando la necesidad de considerar todas las opciones terapéuticas disponibles antes de optar por una decisión final.
Dignidad infinita
La bioética personalista, que enfatiza la dignidad intrínseca de cada persona, ofrece un marco ético robusto que valora la vida humana y la individualidad en todas sus dimensiones. En el caso de Zoraya, este enfoque no solo promueve un examen cuidadoso de su derecho a tomar decisiones autónomas sobre su vida, sino que también equilibra esta autonomía con el valor supremo de la vida. Este marco ético cuestiona profundamente cómo la sociedad y la medicina deberían responder de manera compasiva y ética al sufrimiento personal.
La aplicación de la bioética personalista al caso de Zoraya destaca la necesidad de un diálogo honesto y sin manipulaciones lingüísticas sobre la eutanasia, asegurando que las discusiones y decisiones respeten profundamente la dignidad humana y consideren todas las alternativas posibles antes de proceder a una decisión tan definitiva como la eutanasiaiii. Este enfoque resalta la importancia de proteger la vida y la dignidad personal frente a las complejidades éticas y sociales, promoviendo un debate informado y centrado en el bienestar integral de la persona
Debate ético y bioético
El debate sobre la decisión de Zoraya ter Beek enfrenta dos principios cruciales: la libertad y la vida. La libertad de tomar decisiones sobre el propio destino, incluso en situaciones de extremo sufrimiento, es fundamental pero no absoluta. En contraste, la vida es esencial, ya que, sin ella, otros valores como la libertad no pueden ser experimentados. Por lo tanto, la vida debe ser protegida, y antes de optar por soluciones definitivas como la eutanasia, se deben explorar todas las alternativas para mejorar la calidad de vida. Este caso resalta la necesidad de una cuidadosa ponderación entre la autonomía individual y las obligaciones éticas y sociales, sugiriendo que las decisiones de eutanasia deben abordar profundamente los derechos humanos y la dignidad, conforme al análisis legal y ético amplio sobre la eutanasia como se discute en contextos internacionalesiv. Este enfoque enfatiza cómo la bioética personalista puede servir como un marco comprensivo para la evaluación ética en tales dilemas médicos y legales.
Relevancia de la “Declaración Dignitas Infinita”
La "Declaración Dignitas Infinita"v, recientemente aprobada por el Sumo Pontífice Francisco y promulgada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe el 2 de abril de 2024, enfatiza la dignidad humana como un atributo inalienable e infinito. Este documento crucial se presenta como una respuesta ética a los dilemas contemporáneos que enfrenta la sociedad, incluyendo los desafíos planteados por casos como el de Zoraya ter Beek, donde la eutanasia en contextos de enfermedad mental se ha convertido en un punto de debate significativo.
En este contexto, la declaración destaca la importancia de considerar la dignidad humana más allá de las limitaciones físicas o psicológicas, exhortando a una reflexión crítica sobre las políticas de eutanasia. Subraya que cualquier decisión relacionada con la terminación de la vida debe manejar con extremo cuidado la autonomía del individuo, asegurando que las acciones médicas y legales sostengan y promuevan la dignidad fundamental de cada persona. Este enfoque busca guiar las legislaciones futuras para que se centren en el respeto y la protección integral de la vida.
Al vincular directamente con el caso de Zoraya, la "Declaración Dignitas Infinita" desafía las convenciones existentes sobre el derecho a morir, ofreciendo un marco ético para evaluar estas decisiones difíciles. Se plantean preguntas críticas sobre cómo equilibrar la autonomía individual con la obligación ética y social de proteger la vida, destacando que la dignidad humana debe ser el pilar central en la evaluación de políticas relacionadas con la eutanasia y la atención en salud mental. Así, este documento no solo orienta, sino que también inspira a mantener altos estándares éticos en la toma de decisiones médicas y legales.
Implicaciones sociales
El caso de Zoraya ter Beek plantea preguntas significativas sobre las implicaciones sociales de la eutanasia y el tratamiento de trastornos mentales graves. La aceptación de su petición desafía las percepciones convencionales sobre el valor de la vida y cómo la sociedad cuida a sus miembros más vulnerables. Este caso podría influir en futuras legislaciones, potencialmente ampliando los criterios para incluir sufrimientos no terminales bajo el amparo de la eutanasia. Además, subraya la necesidad de fortalecer los servicios de salud mental y explorar todas las alternativas terapéuticas posibles antes de considerar opciones tan definitivas como la eutanasia. La decisión invita a la sociedad a reflexionar sobre la dignidad y el respeto hacia las personas con condiciones psicológicas complejas, promoviendo un debate necesario sobre el equilibrio entre autonomía personal y protección ética de la vida.
Conclusiones
Reconocimiento de la complejidad de la eutanasia. El caso de Zoraya subraya la necesidad de tratar con profundidad ética y médica los casos de eutanasia asociados a trastornos mentales no terminales.
Importancia de la bioética personalista. Se destaca cómo este marco puede guiar la toma de decisiones éticas, equilibrando la autonomía individual con la protección colectiva de la vida.
Impacto en la legislación futura. Este caso podría influir en las legislaciones sobre eutanasia, promoviendo debates sobre su aplicación en trastornos mentales graves.
Necesidad de fortalecer la salud mental. Se resalta la importancia de mejorar los servicios de salud mental y considerar todas las alternativas terapéuticas antes de abrir la discusión sobre la posibilidad de la eutanasia.
Papel de la "Declaración Dignitas Infinita". El documento del Vaticano refuerza la idea de que la dignidad humana es inalienable e infinita, crucial para evaluar políticas relacionadas con la eutanasia y la salud mental.
El caso de Zoraya ter Beek ilustra los desafíos y dilemas éticos profundos que enfrentamos en la sociedad contemporánea respecto a la eutanasia y los trastornos de salud mental. Mientras navegamos por estas aguas turbulentas, la "Declaración Dignitas Infinita" ofrece un faro de principios éticos que resaltan la inalienabilidad de la dignidad humana. Este debate nos invita a reflexionar sobre la esencia de nuestras leyes y tratamientos, y sobre cómo podemos, como sociedad, equilibrar la compasión con la justicia, la autonomía con la protección, para verdaderamente honrar la vida y la dignidad de cada persona. A medida que avanzamos, es crucial que sigamos dialogando, investigando y legislando con un enfoque consciente y considerado sobre estas cuestiones vitales.
Juan Manuel Palomares Cantero es abogado, maestro y doctor en Bioética por la Universidad Anáhuac, México. Fue director de Capital Humano, director y coordinador general en la Facultad de Bioética. Actualmente se desempeña como investigador en la Dirección Académica de Formación Integral de la misma Universidad. Es miembro de la Academia Nacional Mexicana de Bioética y de la Federación Latinoamericana y del Caribe de Instituciones de Bioética. Este artículo fue asistido en su redacción por el uso de ChatGPT, una herramienta de inteligencia artificial desarrollada por OpenAI.
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i Galván, G. (2024, abril 3). Holandesa de 28 años decide someterse a eutanasia por problemas de salud mental y desata polémica. El Universal.
ii Buriticá-Arango, Esteban. (2023). Eutanasia, suicidio asistido y derechos humanos: un estudio de jurisprudencia comparada. Derecho PUCP, (91), 9-41. Epub 29 de noviembre de 2023. https://dx.doi.org/10.18800/derechopucp.202302.001
iii Palomares Cantero, J. M. (2024). Desafíos bioéticos de las políticas públicas ante el envejecimiento poblacional en Latinoamérica. Medicina Y Ética, 35(2), 374–428. https://doi.org/10.36105/mye.2024v35n2.03
iv Aguilera Izaguirre, G., & Caballero Alonso, A. del P. (2023). Análisis jurídico sobre la eutanasia como libertad de elección a una vida digna en México. Nuevo Derecho, 19(32), 1–11. https://doi.org/10.25057/2500672X.1469
v Dicasterio para la Doctrina de la Fe. (2024, abril 8). Dignitas infinita sobre la dignidad humana. Sala Stampa della Santa Sede.
Más información:
Centro Anáhuac de Desarrollo Estratégico en Bioética (CADEBI)
Dr. David Cerdio Domínguez
david.cerdio@anahuac.mx