8 de enero de 2025
Autor: Juan Manuel Palomares Cantero
¿Qué nos dice el asesinato del CEO de UnitedHealthcare1, Brian Thompson, sobre las tensiones éticas y sociales en torno al sistema de salud? Ocurrido el pasado 4 de diciembre de 2024 en Manhattan, este trágico evento ha generado debates que van más allá de lo legal y corporativo, tocando fibras éticas profundas(1). El presunto responsable, Luigi Mangione(2), manifestó una hostilidad hacia la industria de seguros de salud que parece reflejar un resentimiento colectivo hacia un sistema percibido como deshumanizado. Desde una perspectiva bioética, este hecho nos invita a preguntarnos cómo podemos reconciliar el respeto a la dignidad humana con un modelo de salud que prioriza los negocios sobre las personas, y a reafirmar la inadmisibilidad de la violencia como respuesta a las injusticias.
Desde la bioética, la dignidad de cada persona es inviolable y constituye el núcleo de cualquier reflexión ética. El asesinato de Brian Thompson(3) es un acto condenable que niega de raíz este principio. La violencia no solo destruye vidas, sino que socava el tejido social y perpetúa ciclos de odio e incomprensión.
Sin embargo, este caso también pone en evidencia una dimensión bioética más profunda: la creciente percepción de que el sistema de salud, particularmente el modelo de seguros, prioriza el lucro sobre la vida y el bienestar de las personas(4). Esta desconexión entre los valores humanos y las prácticas corporativas intensifica sentimientos de desesperación y falta de empatía en la sociedad.
El modelo de seguros de salud en muchas partes del mundo, es objeto de constantes críticas debido a su enfoque predominantemente comercial, que frecuentemente pone el lucro por encima de las necesidades humanas. Luigi Mangione, aunque nunca fue cliente de UnitedHealthcare, parece haber canalizado en su acto violento la frustración colectiva de millones de personas que enfrentan negativas de cobertura, costos prohibitivos y decisiones que priorizan cálculos financieros sobre la salud y el bienestar de los pacientes. Este caso refleja cómo un sistema de salud percibido como deshumanizado puede alimentar un profundo resentimiento, aunque ello nunca justifique la violencia como respuesta.
La bioética exige una revisión de estas prácticas, reconociendo que la salud no puede tratarse como una mercancía más. En cambio, debe ser entendida como un derecho inherente a la persona, cuyo acceso debe garantizarse con justicia, empatía y equidad(5). Esto incluye reconocer la vulnerabilidad como una condición esencial de la existencia humana, marcada por la interdependencia y la apertura hacia los demás. Según Judith Butler(6), la vulnerabilidad no debe limitarse a la exposición al daño, sino que debe ser comprendida como un llamado ético a la minimización social de la violencia. De esta manera, el sistema de salud debe configurarse no solo para proteger la integridad individual, sino también para transformar las estructuras que perpetúan desigualdades y exclusiones, asegurando que más formas de vida sean reconocidas, valoradas y respetadas.
Aunque el sistema de seguros de salud necesita transformaciones urgentes, ¿es legítimo convertir a Luigi Mangione en una especie de Robin Hood moderno o en un Joker que simboliza la rebelión contra la injusticia? Hacer de él un ícono sería profundamente equivocado y éticamente insostenible(7). Al igual que en las figuraciones de heroicidad analizadas en obras como Robin Hood, romantizar a un individuo que recurre a la violencia como medio de protesta implica ignorar las implicaciones éticas y sociales de sus actos. La construcción de íconos basados en actos de violencia no solo perpetúa un ciclo de odio e incomprensión, sino que también refuerza narrativas que validan comportamientos extremos bajo el pretexto de luchar contra sistemas injustos. Este tipo de narrativas, como sugiere Cecilia Inés Luque, corren el riesgo de simplificar las complejidades del cambio estructural al centrarse en héroes solitarios y actos simbólicos, desviando la atención de las soluciones colectivas, cooperativas y no violentas necesarias para abordar problemas de fondo.
El camino hacia un cambio estructural no puede edificarse sobre actos que destruyen vidas humanas. Al contrario, requiere de una reflexión colectiva sobre cómo equilibrar las necesidades económicas de las instituciones con el respeto inalienable a la dignidad de cada persona.
Este caso nos invita a replantear el papel de las instituciones de salud. Desde una perspectiva bioética, las empresas del sector no pueden limitarse a ser motores económicos; deben ser actores éticos comprometidos con el bienestar humano. Esto implica priorizar el acceso justo a los servicios de salud, promover prácticas transparentes y fomentar una cultura de empatía hacia quienes dependen de ellas. Como lo demuestra la dolorosa lección del caso Tuskegee(8), la ética en el ámbito de la salud debe centrarse en la protección de los más vulnerables, respetando su autonomía y asegurando que las decisiones médicas estén guiadas por principios de justicia, equidad y prudencia. Las instituciones deben asumir un compromiso activo en evitar prácticas que puedan perpetuar desigualdades o deshumanizar a los pacientes, adoptando siempre un enfoque sensible que priorice la dignidad y los derechos de cada persona.
El asesinato de Brian Thompson es una tragedia que nos recuerda la importancia de defender la dignidad humana en todas las dimensiones de nuestra vida social. Si bien el caso de Luigi Mangione refleja las tensiones y frustraciones hacia un sistema de salud que muchos consideran deshumanizado, la respuesta no puede ser la violencia ni la justificación de actos que contradicen los principios fundamentales de respeto y justicia.
Este caso no solo subraya la necesidad de reformas estructurales en los seguros de salud, sino que también exige una reflexión colectiva sobre cómo construir un sistema basado en principios de justicia y equidad. Adoptar modelos que promuevan la accesibilidad universal, como los utilizados en algunos países europeos, podría ser un punto de partida para reconfigurar los sistemas de salud. Solo así podremos avanzar hacia un modelo que reconozca y proteja la dignidad humana en todas sus dimensiones.
Juan Manuel Palomares Cantero es abogado, maestro y doctor en Bioética por la Universidad Anáhuac, México. Fue director de Capital Humano, director y coordinador general en la Facultad de Bioética. Actualmente se desempeña como investigador en la Dirección Académica de Formación Integral de la misma Universidad. Es miembro de la Academia Nacional Mexicana de Bioética y de la Federación Latinoamericana y del Caribe de Instituciones de Bioética. Este artículo fue asistido en su redacción por el uso de ChatGPT, una herramienta de inteligencia artificial desarrollada por OpenAI.
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Bibliografía
1. Sisak MR, & OJ. Luigi Mangione se declara inocente de matar al CEO de UnitedHealthcare. Los Angeles Times. 2024 Dec 23;
2. El mundo. elmundo.es. 2024. Así es Luigi Mangione, el asesino del CEO de UnitedHealthcare.
3. Wendling M HM. Cómo el asesinato en Nueva York de Brian Thompson, director de la mayor aseguradora de EE.UU., revela la ira contra el sistema de salud privado. BBC Mundo. 2024 Dec 9;
4. Penchaszadeh V. Bioética, salud y complejo médico industrial financiero, una visión desde América Latina. 2022;4:21–37. Available from: publicaciones.sociales.uba.ar
5. Moscoso Cala J. Desposesión y violencia. Un problema para volver a pensar lo humano en bioética. Rev Iberoam Bioet. 2021 Jul 6;(16):01–10.
6. Molina Barea MDC. Judith Butler y las facetas de la “vulnerabilidad”: el poder de “agencia” en el activismo artístico de <em>Mujeres Creando</em> Isegoría. 2018 May 24;(58):221.
7. Luque CI. La heroicidad como arena de lucha del género. El caso de la serie Robin Hood. Ética y Cine Journal. 2024 Jul 24;14(2):51–9.
8. de la Caridad Casanova Moreno M, Machado Reyes F, Casanova Moreno D, Belkis Gómez Guerra D, González Casanova W. Experimento Tuskegee, violación bioética con necesidad de conocimiento por los profesionales de la salud Tuskegee Experiment, bioethical violation with need for knowledge by health professionals [Internet]. 2024. Available from: orcid.org
1 https://www.uhc.com/ UnitedHealth Group es una de las aseguradoras sanitarias privadas más grandes del mundo, con cerca de 53 millones de afiliados en todo el mundo. En 2023, Fortune la clasificó como la empresa más admirada del mundo en el sector de seguros y atención administrada.
Más información:
Centro Anáhuac de Desarrollo Estratégico en Bioética (CADEBI)
Dr. David Cerdio Domínguez
david.cerdio@anahuac.mx