Hemos notado que gran cantidad de alumnos son felizmente amantes de los animales, sobre todo de perros y gatos, y se preocupan por que no sean “explotados” o se les destine a trabajar en condiciones muy exigentes y poco convenientes. En este caso hablaremos de los perros porque nos ha sorprendido que algunos alumnos nos han preguntado de manera espontánea por qué no los utilizamos en nuestra empresa para reforzar la seguridad privada del plantel y aquí lo explicaremos para tranquilidad mental aquellos que siempre se preocupan por nuestros amigos peludos.
Tenemos que empezar por reconocer que los perros son mucho más empleados que los gatos en actividades humanas, pues llevamos cientos de años instruyéndolos para que sean lazarillos, pastores de ovejas, policías, detectores de explosivos, de drogas, de cáncer, y ahora hasta de covid.
Esto es porque un perro puede reconocer un promedio de 160 palabras y se han dado casos en determinadas razas de más de 200 e incluso 800 en casos documentados. Los canes llevan mucho tiempo entre nosotros y han evolucionado para seguir nuestras órdenes, pero eso no implica que deban trabajar “con paga” de croquetas y estar bajo el sol todo el día, cuando la seguridad privada ha evolucionado para que procesos, personas capacitadas y tecnología de punta sea lo más eficiente para cuidar alumnos e instalaciones.
En universidades de otros países pudieran estar justificados porque presentan otro tipo de problemáticas. Por ejemplo, se les utiliza mucho en Colombia como la Universidad Nacional de Colombia o en Brasil, como La Universidad de São Paulo, la Universidad Estatal de Campinas o la Universidad Estatal Paulista, todas universidades públicas, para detectar principalmente sustancias ilegales. En Estados Unidos, se les utiliza principalmente para detectar pólvora, armas, municiones y otros explosivos.
En México se presentan a menudo otro tipo de situaciones, por lo que después de haber realizado un análisis de riesgos, se ha identificado que el mayor riesgo de la Universidad Anáhuac es la infiltración de gente que pudiera cometer hurtos o que busca identificar blancos que posteriormente pudieran ser objeto de secuestros, extorsiones u otros delitos de alto impacto. Por eso la integración de elementos caninos en la Universidad Anáhuac no es del todo adecuado ni benéfico.
Como conclusión, los perros entrenados pueden ser un gran apoyo en ciertas labores de rescate, pero para cuidar y proteger centros educativos, no son la mejor opción; y aunque a algunos estudiantes les encantaría ver a “los peluditos” por aquí y acariciarlos de vez en cuando, no es una buena idea integrarlos al equipo, pues hoy en día la tecnología y los protocolos establecidos son más que suficientes para mantener el orden y la tranquilidad dentro de las instalaciones educativas.