Mtro. Carlos Andrés Valenzuela Palominos
Ingeniero Agrónomo, por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Maestría en Gestión y Políticas Públicas por la Universidad de Chile.
Certificado en gestión avanzada de proyectos de la Universidad de Stanford.
Candidato a Doctor en Liderazgo y Dirección de Instituciones Educativas de la Universidad Anáhuac México.
Docente de cátedra de emprendimiento e innovación y mentor y relator en los programas de apoyo a emprendedores.
Socio fundador de IxE Consultores (InnovaciónxEducación).
La pandemia de Covid implicó un proceso masivo de transformación del sector educativo hacia el mundo digital, para lo cual las instituciones se apoyaron fuertemente en la agilidad de muchos emprendimientos para contar con soluciones rápidas que permitieran sostener los procesos formativos. Durante este período, se produjo un crecimiento acelerado de empresas e inversiones en el sector de tecnologías de apoyo al proceso educativo o EdTech.
En efecto, entre 2020 y 2021 el emprendimiento EdTech levantó USD35 billones a nivel global, la misma cantidad que en los 5 años anteriores en conjunto y en el caso de Latinoamérica, fue 6 veces la de los años anteriores (Economist Impact, 2023).
De acuerdo con el BID, a diciembre de 2021 se habían desarrollado 1.578 empresas de EdTech en la región, completando una inversión de alrededor de 1 billón de dólares en los últimos 10 años.
¿Cómo se comportan estos emprendimientos en la región? En The Latin America EdTech 100, Holon IQ describe las 100 principales startups orientadas a la educación y las habilidades para el mundo del trabajo. El ámbito más recurrente de las EdTech descritas es la gestión o management educativo, que aborda desde la gestión de instalaciones y servicios, el financiamiento estudiantil, y hasta la administración curricular y la experiencia educativa. En esta área encontramos empresas como Saeko, Quotanda y U-Planner. En segundo lugar, están aquellas enfocadas en nuevos modelos de oferta educativa como son los MOOCs, Online Program Managers (OPMs), Bootcamps o incluso nuevos formatos universitarios, entre los cuales encontramos Crehana, Políglota o Collective Academy. Las restantes categorías con mayor presencia son plataformas de aprendizaje experiencial (Laboratoria, Platzi), el desarrollo de habilidades para el mundo laboral (Needed, Aprende Institute) y el apoyo al aprendizaje (Edufocal, Acreditta) entre otras.
Cabe destacar que, a pesar de no tener el mayor número de empresas, la gestión de talento y la fuerza de trabajo es la categoría con mayor crecimiento, llegando a concentrar el 55% de la inversión en últimos 5 años. Con una fuerza de trabajo cercana a los 500 millones de personas y una posición siempre expectante de desarrollo económico, sin duda Latinoamérica resulta un mercado atractivo para explorar nuevas formas de innovar en el cultivo y transformación de habilidades y conocimientos pertinentes al siglo XXI. México se sigue la tendencia: 44% de la inversión de riesgo ha sido en el ámbito de la fuerza de trabajo, seguido por un 28% en la educación escolar (K12), 20% en educación superior y 8% en educación preescolar (BID, 2021).
Sin embargo, podemos observar que el ecosistema Edtech en Latam se encuentra fuertemente concentrado. Como ocurre en otros aspectos sociales y económicos, Brasil lleva una considerable delantera en la región. De acuerdo con el reporte “Tecnología educativa en América Latina y el Caribe (BID, 2021), en el período analizado Brasil aportaba 886 startups en el ámbito EdTech (62% del total) y una inversión acumulada de USD 649 M (60% del total). Es decir, Brasil por si solo explica una presencia mayor a todos los demás países de la región juntos. Lo siguen México con 152 startups (USD 80M de inversión), Chile con 114 startups (USD 32M), Argentina y Colombia, con 108 y 96 startups (USD 121M y USD 43M)
respectivamente. Podemos observar entonces, que Brasil no solo logra desarrollar un mayor número de startups sino además una mayor inversión promedio para cada una de ellas.
No obstante, el mundo EdTech no nació en la pandemia: a nivel mundial sólo el 6% de las principales EdTech se fundaron en este período, el 55% se fundó en los cuatro años previos y el 40% restante antes del 2015 (Camino 21, 2022). Es decir, es un sector maduro y con un pasado y futuro de alto dinamismo.
De hecho, ante la emergencia de nuevas tendencias en el mundo educativo, como son las microcredenciales, el aprendizaje basado en habilidades, la asociatividad y programas abiertos, la ampliación del acceso educativo y obviamente la inteligencia artificial (OECD, 2022), las instituciones educativas estarán siempre desafiadas para incorporarlas dentro de sus procesos docentes. El trabajo conjunto con startups abre una gran oportunidad para resolver necesidades de manera ágil y pertinente a las capacidades de cada institución.
No obstante, para que ello ocurra, se deben abordar desafíos relevantes no sólo en las propias instituciones educacionales, sino a nivel sistémico. Restricciones regulatorias y presupuestales, procesos burocráticos o falta de madurez cultural y digital, pueden hacer fracasar los intentos de las startups por vincularse con las instituciones educativas tradicionales. De igual forma, estas compañías, se deben enfocar en entender las realidades y necesidades de las instituciones educativas y sus estudiantes para encontrar un terreno fértil para colaborar de forma constructiva y abierta hacia el desarrollo de un nuevo estado en las capacidades educativas y laborales de nuestros países.