Emprender un nuevo negocio suele ser una tarea más compleja y demandante de lo que piensa mucha gente. Por lo general, es muy importante contar con un nicho o segmento bien identificado, el Know-how correcto, los recursos necesarios y un balance “I-T-E” (Idea, Timing, Ejecución) adecuado.
BALANCE I-T-E
Cuando se trata de emprender un negocio, el balance entre la(s) idea(s), el tiempo (sincronización) y la ejecución (I-T-E) juega determinantemente en el éxito o fracaso del mismo. Éstas son tres bases fundamentales y, cuando alguna no se logra cumplir de forma adecuada, es probable que no se consiga que el éxito perdure en el tiempo.
LA IDEA
Una buena idea es en donde comienza todo. Sin embargo, hay que entender que las ideas no son buenas ni malas, se hacen “buenas” o “malas” en la medida en que somos capaces de hacerlas realidad y de influir (o de comprender) al mayor número posible de personas con ellas. Muchos negocios se forman y se vuelven exitosos porque saben detectar necesidades importantes y logran elaborar formas eficaces de satisfacerlas. Así, pues, hay que confirmar, desde el inicio del negocio, que el producto o servicio que quieres ofrecer tiene o tendrá eventualmente una base de clientes suficiente y estable que lo adquirirán.
Muchos negocios fallan porque comienzan sin evaluar anticipadamente a su base de clientes, pasando la mayor parte del tiempo en el desarrollo del producto o servicio, y cuando salen al mercado encuentran que quienes pensaban que serían sus clientes no les compran.
EL “TIMING”
Quizá más importante que la idea es el “timing” (tiempo) en el que incursionamos en el mercado. Llegar con la idea correcta en el momento adecuado es la diferencia entre la vida y la muerte. Si llegamos antes de tiempo, es probable que la gente no entienda nuestro producto o no lo pueda pagar. Si llegamos después, seguramente habrá otros que se hayan adelantado y se hayan comido las rebanadas más grandes del pastel que queríamos para nosotros. Llegar en el momento preciso es un arte que determina no sólo la viabilidad de un proyecto, sino su propia supervivencia.
Muchos negocios fallan porque comienzan sin evaluar anticipadamente a su base de clientes, pasando la mayor parte del tiempo en el desarrollo del producto o servicio...
Incluso si cuentas con algún elemento único en tu industria, es esencial considerar si es el momento adecuado para introducirlo al mercado.
Evaluar la economía, las tendencias del mercado al que te diriges, tus competidores directos e indirectos, hacia dónde va el crecimiento, el tiempo que dura el proceso completo de venta (incluyendo la cobranza), el ciclo esperado de vida del cliente y un sinnúmero de factores entran en la ecuación.
De igual forma, construir un equipo competente implica también hacerlo en el tiempo correcto. Por un lado, es importante saber apoyarte con la gente adecuada para las actividades que pueden potenciar el desempeño colectivo de la empresa o para las que te hacen perder foco. Pero, por el otro, es igual de determinante saber identificar el momento ideal para integrar a cada nuevo elemento del staff. Si es demasiado pronto, es probable que se genere un desperdicio y haya una carga financiera innecesaria, mientras que, si se retrasa, el crecimiento puede verse afectado.
LA EJECUCIÓN
Entiéndase por ejecución, nuestra capacidad para sostener (en el tiempo) todas las actividades clave que aseguren la consecución de metas y objetivos que nos planteamos para aprovechar una oportunidad. La clave aquí es saber mantener una ejecución constante, sistemática y ordenada de las áreas del negocio que inciden en el rendimiento y que aseguren su supervivencia. Tener un buen plan de negocio/marketing para tu negocio es muy importante, pero no olvides que en el papel suele ser, con mucha frecuencia, diferente a la realidad. Por supuesto que es indispensable establecer una meta, pero también es esencial ser lo suficientemente flexible para modificar tu plan a la hora en que se presentan contratiempos o cambios en tu entorno.
Mantén un plan simple con objetivos identificables, medibles y logrables. Ten en mente una foto clara de a dónde quieres llegar y prepárate para seguir un camino. Recuerda que, aunque la idea precede a la acción, es a través de la acción que la idea se valida y toma su forma final.
De igual manera, tu habilidad para maximizar, aprovechar y conservar los recursos de que dispongas durante las etapas tempranas del negocio incrementará las probabilidades de éxito del mismo. Entendiendo estas tres bases fundamentales te podrás dar cuenta de que hay una gran cantidad de aristas que vale la pena considerar antes de incursionar en cualquier oportunidad.
Finalmente, atreverse a soñar y explotar tu capacidad para encontrar una buena oportunidad y aprovecharla sigue y seguirá siendo el factor más relevante.
Acerca del autor:
Carols Luer es profesional internacional en mercadotecnia, branding y licensing con más de 15 años de experiencia en el manejo de marcas globales en variadas categorías, canales y plataformas para diversas compañías multinacionales en los ramos de productos de consumo e industria del entretenimiento. Columnista en la revista Merca2.0, Consultor, Conferencista Internacional y Desarrollador de contenidos de valor en negocios y desarrollo profesional. Fundador de Exora.com.
Foto: PEXELS