¿Qué fue lo que te motivó a realizar tus estudios en la Universidad Anáhuac México?
Como referencia ya conocía la Anáhuac y mi hermano estaba estudiando ahí. Decidí estudiar gastronomía y pocas universidades ofrecían en ese momento una licenciatura como tal. Revisé algunas opciones, sin embargo, me encantó su plan de estudios, las instalaciones de la escuela de gastronomía Le Cordon Bleu, el ambiente y el trato que me dieron al pedir informes.
¿Consideras que el estudiar en la Universidad México influyó en tu espíritu emprendedor?
El plan de estudios y las opciones de viajes, con la finalidad de conocer la gastronomía y restaurantes de diferentes estados y países fue muy enriquecedor. Habbía concursos, conocíamos a reconocidos chefs e incluso podíamos trabajar con ellos.
¿Qué recuerdas de tus inicios en la vida laboral, nos podrías compartir alguno de tus mayores logros profesionales?
Durante la carrera muchos chefs te hablaban del mundo laboral, te advierten que es muy difíci, que tengas cuidado y realmente es muy cierto. Estudiar gastronomía es muy padre, pero cuando haces tus prácticas profesionales en un mundo real es totalmente diferente. Es un ambiente difícil y sumamente agotador, son muchas horas al día invertida. A diferencia de otras, las prácticas en mi licenciatura no eran pagadas. Por lo general no cuentas con fines de semana y se descansa el lunes, tu vida cambia radicalmente y los sueldos en este rubro son muy bajos. Pero si te gusta tienes que motivarte y compensar. Tuve oportunidad de viajar después de mis prácticas, trabajé para una revista de gastronomía con buen apoyo para seguir estudiando.
¿Qué significan para ti tu trabajo actual y tus responsabilidades?
Actualmente tengo un negocio propio, una cafetería llamada “La Brunchería” y soy la dueña. Este negocio surgió de los sueldos bajos en el mercado, la proyección a futuro y sobre todo poner en la balanza el tiempo con mi familia, amigos y trabajo que personalmente es mi prioridad. Me acerqué con personas que conocen del medio, me orientaron y eso me motivó en abrir mi propio negocio. Las responsabilidades son muchas y no es nada fácil abrir un negocio. Actualmente tengo tres empleados con miras a seguir creciendo, todos los días me presento a trabajar, en este rubro hay mucha rotación de personal.
¿A qué retos te has enfrentado?
Lamentablemente en este giro es muy difícil ser mujer y chef. Me he encontrado con problemas de género y problemas de compañerismo. En general el ambiente de chef es envidioso, las personas en general no te ayudan. Tuve la oportunidad de tener un punto de comparación con Estados Unidos, donde trabajé una temporada. El ambiente es diferente y entienden que se necesita una labor en común y el éxito se saca a flote entre todos. En México no se acostumbra en apoyarse y deberíamos de aprender de otro país para mejorar. Con estas actitudes los chefs terminan trabajando en otra actividad.
¿Qué consejo le darías a quienes apenas empiezan a trabajar?
En primer lugar, que tengan en cuenta la responsabilidad que implica estudiar y trabajar al mismo tiempo. Tienes que cumplir de la misma manera. La puntualidad es fundamental, ser compañero en equipo te ayuda mucho, debes tener presente el no tener miedo y siempre preguntar tus dudas.
¿Qué planes tienes a futuro?
Deseo abrir sucursales de mi cafetería, tengo un proyecto para el 2019; quiero abrir un restaurant en la playa, junto con un amigo que también egresó de la universidad.
¿Cuál es el lema que rige tu vida?
Tener un equilibrio entre familia, amigos y trabajo te da todas las satisfacciones. Esa es mi motivación. Me considero una persona muy feliz.