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La magia de perseguir tus sueños

Abraham, un alumno de la Universidad Anáhuac que vivió el sueño de trabajar en Disney

Cuando somos niños soñamos con tener una vida futura llena de aventuras, días inolvidables que nos hagan recordar cosas extraordinarias. Con el tiempo nos damos cuenta que la rutina, el tiempo, las responsabilidades y las obligaciones pueden llegar a romper un poco “ese algo” fantástico que esperábamos con ansías. Aquí el reto es, primero, realmente amar lo que hacemos, porque  ¿a quién le gusta trabajar en algo en lo que no es feliz?, ¿en lo que no se siente pleno? o ¿estudiar algo que no le apasiona?

Cuando encontramos lo que realmente nos apasiona, por un muy simple o sencillo que parezca, nuestro camino de aprendizaje se vuelve más ligero, emocionante y en cada paso que avanzamos, encontramos una sorpresa. Algo así como cuando eras niño. ¿Te acuerdas a qué te querías dedicar “cuando fueras grande”? ¿Qué era lo que más te gustaba hacer? ¿Bailabas, jugabas fútbol o pintabas? ¿A dónde querías ir de vacaciones? ¿O en dónde querías vivir de grande?

Abraham Kanán, estudiante del quinto semestre de la licenciatura en Dirección de Empresas en Entretenimiento del Universidad Anáhuac México Campus Sur, cumplió el sueño de millones de niños (y no tan niños) en el mundo: vivir y trabajar en Walt Disney World ¡durante seis fabulosos meses!

¿Te imaginas todo lo que pasa dentro de este parque, uno de los más grandes e importantes del planeta?

Son más de 12 mil hectáreas en donde encontrar cómo aplicar todo lo que hasta ahora has aprendido.  Pero, ¿cómo llegó Abraham a colaborar en Disney World? Entrevistamos a Abraham para que nos contara todo sobre esta mágica experiencia.

Abraham ha buscado estar en Disney durante toda su vida, no es algo que se haya dado al azar o un gusto repentino. “Desde que tengo 10 años, he estado realizando actividades, haciendo cosas que me permitirían crecer como persona, y  que me prepararán para este momento”. Y tantas eran las ganas de Abraham de entrar, en un inicio, al Programa de Verano de Disney que incluso tomó la decisión de cambiarse de universidad y carrera porque no tenía esta opción. Soñar es sencillo, hacer sacrificios y cambios por ello, no siempre.

Gracias a sus años de esfuerzo, dedicación y estudio de esta marca, los encargados del área de intercambios de la Universidad Anáhuac decidieron que Abraham tomara, no el curso de verano como lo tenía planeado, ¡sino todo un semestre! Y así empezó el proceso para ingresar.


Desde que tengo 10 años, he estado realizando actividades que me prepararan para este momento.

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Con Abraham, como él lo menciona, todo fue mágico y el programa parecía hecho para él. En su primera entrevista le hicieron un comentario que en otras ocasiones había escuchado: “la actitud y la pasión que tienes se ve en pocas personas”.

Si cualquiera lo escucha hablar de este sueño, estamos seguros que tendría la misma opinión.

Cuando le preguntamos a Abraham si había pensando en otras opciones de intercambios, para él nunca las hubo. Tenía claro qué era lo que estaba buscando y que Disney era y es el lugar en el que quiere estar.  No es sólo un programa o una experiencia: es una meta de vida.

Además de aprender todo lo relacionado al servicio al cliente y la industria del entretenimiento durante esta experiencia Disney, este programa internacional permite a sus participantes vivir dentro del parque en departamentos con otros dos o tres compañeros universitarios de diferentes países.

Es un programa como ningún otro. No llegas a vivir solo, no llegas a vivir con otra familia. Realmente viviendo aquí me di cuenta que es un programa como ningún otro. Es un programa intensivo. Vives dentro de Disney con otros roomies de otros países. Aprendes sobre aceptación, tolerancia de otras culturas. Aprendes a comunicarte, a llegar a acuerdos. Cómo resolver los problemas.  

La educación que se tiene es integral y correlacional: se aprende de la industria y otras culturas, prácticas otro idioma y comienzas a ser aún más capaz de cuidar de ti.

“He crecido mucho como persona, ahora entiendo porqué me recomendaron tomar este programa. Es algo que no hubiera hecho con otro intercambio. Todo es muy integral. He tenido crecimiento curricular, académico y  personal”.

Abraham nos compartió que en este programa la responsabilidad juega un papel importante: hay dos días libres a la semana y la mayoría de las veces los participantes tienen clases esos días, en las cuales aprenden más sobre Disney, su historia y modelo de negocio. Sí, todas las asignaturas son en inglés, por ello este idioma es un requisito obligatorio. Aprendes a administrar tus tiempos entre trabajo, clases, tareas y estudio. ¿Suena a mucho en poco tiempo, verdad? Y así es.

Como los participantes realizan una labor verdadera, esta labor es remunerada.Por cada hora de trabajo se pagan 10 dólares, pero hay que cubrir gastos como renta, comidas, diversión, impuestos. Este tipo de experiencias también fomentan y ayudan a la administración de los recursos, el cuidado de un trabajo real y el costo del esfuerzo que éste requiere. “Al final del día, la administración es clave”, dice Abraham, convencido de que éste fue uno de los aprendizajes más grandes. Algunos amigos de Abraham han ahorrado; él ha disfrutado del parque, restaurante y sus atracciones, pues, asegura: “Fui a disfrutar el momento”.

Cuando le preguntamos a Abraham sobre cuál ha sido el reto más grande que ha tenido este viaje,  su respuesta fue clara: “siempre están, pueden ser retos pequeños, como el hecho de no pude tomar mi autobús para el trabajo y tengo que resolverlo, hasta retos como extrañar mi casa, sentir presión...Mi mayor reto es el programa como tal. El reto más fuerte del programa está por venirse… regresar y que termine la experiencia”.

Aunque los días malos siempre van a existir, Abraham nos cuenta que estos momentos se olvidan cuando interactúa con los más pequeños, y el hecho de verlos sonreír y “crear magia”, cambian todo. Este entusiasmo, pasión y compromiso en su labor del día a día, han hecho acreedor a Abraham de diferentes reconocimientos a lo largo de su estancia y que sea un ejemplo para toda la comunidad Anáhuac.

“El mejor consejo que les puedo dar, es ser tú mismo. La sinceridad e inocencia que tenemos por default, y esa cosa que nos hace únicos a cada quien, es lo que, no solo Disney sino todos están buscando, personas que logren hacer un cambio, por más pequeño que sea”.

Con este gran ejemplo,  queremos que tú también persigas y consigas tu sueños, no importa cuán grande sean, porque en la Universidad Anáhuac estaremos orgullosos de ser parte de esa búsqueda y ese camino.

Así como Abraham, conoce, anímate y vive uno de los  intercambios académicos que tenemos para ti . Síguenos en nuestras redes sociales para que conozcas otros testimonios de grandes aventuras y aprendizaje.