La diversidad cultural es responsable que las naciones crezcan y se desarrollan, por eso debe considerarse como una riqueza y no como un obstáculo.
El diálogo intercultural tiene como objetivo la conservación de las culturas y sus tradiciones, establecer vínculos entre comunidades y fomentar la convivencia y el bienestar de los pueblos. La educación y la cultura son herramientas importantes para alcanzar estos objetivos.