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El impacto del trastorno bipolar en la vida cotidiana

Presentamos un artículo en el que se abordan los tipos, causas y tratamientos del trastorno bipolar.

 

Las emociones pueden ser un motor o un obstáculo para vivir, dependiendo de la forma en la que se les enfoque. En ocasiones se convierten en un revulsivo motivacional para lograr objetivos y, en otros momentos, pueden volverse barreras que frenan el desarrollo de los individuos. Tal es el caso del trastorno bipolar, el cual representa un problema del estado de ánimo en el que la persona vive episodios de manía y depresión alternados (con predominancia de uno u otro), afectando su desempeño en algunas o en todas las áreas de vida.


De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM V), el trastorno bipolar se categoriza en dos tipos: Trastorno bipolar tipo I, caracterizado por la presencia de al menos un episodio de manía y episodios depresivos, y el Trastorno bipolar tipo II, con presencia de diversos episodios depresivos y al menos un episodio de hipomanía (estado de energía y activación anormalmente alto, sin alcanzar el nivel de la manía). Para ello, se debe hacer un diagnóstico diferencial que asegure que los síntomas no son causados por otra causa orgánica o conductual, por ejemplo, aspectos hormonales o consumo de sustancias. (APA 2013)


El problema del trastorno bipolar radica en la falta de regulación del comportamiento de la persona durante los ciclos de manía/hipomanía y depresión. Las emociones toman el control de las decisiones en los diferentes contextos (laboral, pareja, sexualidad, familia, etc.) implicando a la persona en diversos problemas a corto y largo plazo (deudas, pérdida de empleo, afectaciones a la salud física, entre otros). Los ciclos de malestar pueden tener una duración variable que puede ser de algunas semanas a meses, con momentos de remisión de la sintomatología; los episodios de malestar pueden ser esporádicos (pocas veces a través de la historia de vida) o presentarse de manera frecuente (tres o cuatro veces durante un año). (Beck 2005)


Las causas del trastorno bipolar parecen ser multifactoriales (aspectos genéticos, concentración de neurotransmisores y aspectos relacionados al desarrollo socioemocional) y la mejor manera de diagnosticarlo es a través de una evaluación psicológica (entrevista clínica y pruebas psicométricas), complementada por una valoración psiquiátrica. Los síntomas pueden manifestarse desde la adolescencia, pero los ciclos suelen presentarse hasta la adultez. (Beck 2005)


De acuerdo con la Sociedad de Psicología Clínica (2022), los tratamientos que refieren mejores resultados para el trastorno bipolar son: terapia cognitivo conductual, terapia focalizada en la familia, terapia de ritmo interpersonal y social, y la psicoeducación, aunque todos estos con resultados modestos, lo cual refleja la necesidad de continuar con la investigación sobre tratamientos que puedan ofrecer mejores efectos derivados de la psicoterapia. Es importante señalar que todo tratamiento psicológico debe complementarse con tratamiento farmacológico indicado y monitoreado por un médico psiquiatra. 


También se debe resaltar el peso que tiene la difusión de la información científica y precisa sobre el problema, para no trivializar el concepto de trastorno bipolar, así como subrayar la importancia de la empatía y apoyo social e institucional para las personas y sus familiares que afrontan dicho diagnóstico, además de las barreras que este conlleva.


Referencias:
•    American Psychological Association (APA). (2014). Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. 5ª edición.
•    Beck, A. (2005). El trastorno bipolar: una aproximación desde la terapia cognitiva. Paidós.
•    Sociedad de Psicología Clínica (2022). Asociación de Psicología Americana. Estados Unidos. https://div12.org/ https://div12.org/treatments/


Más información:
Mtro. Carlos Becerra Rebelo
carlos.becerra@anahuac.mx
Facultad de Psicología