El 27 de agosto de 2024, el Dr. Ricardo Rivas García, profesor de la Facultad de Educación y Humanidades, impartió la conferencia magistral “La imaginación como potencia del alma en Agustín de Hipona”, durante el Congreso Internacional de Filosofía, organizado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el cual tuvo como premisa el problema de la imaginación y sus diversas perspectivas al interior de la historia de la Filosofía.
Durante su ponencia, el Dr. Rivas, quien se ha dedicado al estudio del pensamiento de San Agustín y su relación con la filosofía moderna y contemporánea, explicó la concepción agustiniana de la imaginación y su capacidad para producir imágenes, las cuales sirven de base a la intelección.
La naturaleza de esta facultad y de su actividad, fueron comprendidas gradualmente por el teólogo africano, pasando de una concepción puramente “intelectualista”, a la manera platónica, hasta adoptar una postura más realista, en tanto que las imágenes producidas por la imaginación requieren de la sensación y serán la condición para el conocimiento intelectual.
Además, la capacidad de la imaginación para añadir o restar propiedades o relaciones a las cosas proyectadas, le permite a San Agustín hacer una distinción importante, entre lo que se puede llamar imaginación reproductiva e imaginación productiva, ya que la primera se refiere a la imagen creada en conformidad con lo sentido y recordado, mientras que segunda se basa en la idea arbitrariamente elaborada con elementos dispares de distintos objetos.
Cabe destacar que el límite de la imaginación se encuentra entre lo real o lo posible, es decir, en aquello que no implique contradicción, lo que significa que, aunque esta pueda tener límites, siempre tendrá razones para buscar la verdad. Primero, debido a la vastedad de lo creado, y segundo, ante la infinitud del creador.
Sin duda, la gran aportación del Santo de Hipona al respecto es la conclusión de que el mundo imaginario es espiritual, mientras que las imágenes son concretas y empíricas, pero sus propiedades son impropias de los cuerpos, ya que no se sujetan a las leyes del tiempo y el espacio, puesto que no son susceptibles de cuantificación.
Finalmente, resaltó que, aunque la motivación de San Agustín para estudiar la imaginación fue principalmente bíblica y teológica, ofrece también intuiciones filosóficas —tanto antropológicas como epistemológicas— que tendrán un impacto significativo en la historia posterior de la filosofía.
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Facultad de Educación y Humanidades
Dr. Ricardo Marcelino Rivas García
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