1. ¡Educación en valores!
Podemos sorprendernos al ver lo que profundizar en valores como la amistad, empatía, solidaridad, respeto, tolerancia, bondad, colaboración y el perdón, pueden lograr en nuestros hijos. ¿No sabes por dónde empezar? ¡Conoce las herramientas que el colegio ofrece en este ámbito y seamos un solo equipo!
2. Seamos ejemplo.
No puede ser más real el dicho de “las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra”. Seamos ejemplo de lo mencionado en el punto anterior y evitemos comportamientos agresivos, las malas palabras y la crítica frente a nuestros hijos.
3. Involúcrate.
Para esto podemos empezar por ver cómo se relacionan nuestros hijos con los demás para así poder propiciar el desarrollo de habilidades prosociales en ellos. Esto se logra mediante el desarrollo de capacidades y habilidades de asertividad, resolución de conflictos constructivamente y construcción de vínculos sociales.
4. Que nuestros hijos aprendan a quererse y a valorarse.
Nada como enfocarnos y resaltar lo bueno y las fortalezas en nuestros hijos para trabajar y mejorar su autoestima. No quiere decir que nos ceguemos frente a las áreas de oportunidad que pudiéramos detectar y se necesiten trabajar, pero sí significa que encontramos un balance.
Es importante generar confianza para que nuestros hijos sepan que pueden contar con nosotros para lo que sea, especialmente en una situación como esta.
5. Conoce cómo ocurre el acoso escolar o bullying.
Fórmate y capacítate en el tema. Saber sobre qué debemos estar alertas o qué debemos de cuidar para evitar que se dé una situación de bullying nos permite estar un paso adelante y evitar un problema más grande a la larga.
6. Supervisemos, no demos por hecho su seguridad.
Todos queremos que nuestros hijos aprendan a tomar buenas decisiones, actuando en libertad. En este sentido, supervisar, no significa controlar cada paso que nuestros hijos den, pero sí significa entender que la falta de una adecuada supervisión en espacios estratégicos tanto en el colegio, como en casa (sobre todo en el uso de dispositivos electrónicos, redes sociales e internet en general), puede abrir la puerta a que se den situaciones de riesgo. También aplica para las amistades que nuestros hijos tienen. Conozcámoslas y entendamos el tipo de relación que tienen con cada uno.
7. Estemos listos para responder.
Todo trabajo de prevención debe de ir acompañado de un procedimiento de respuesta para ser implementado en caso de ser necesario. Pudiera sonar contradictorio, pero esto no quiere decir que hemos fallado en nuestros esfuerzos preventivos. Como mencionamos en el consejo del mes pasado: saber cuándo observar y cuándo intervenir. Es importante generar confianza para que nuestros hijos sepan que pueden contar con nosotros para lo que sea, especialmente en una situación como esta.
Recomendaciones de libros, artículos y recursos para profundizar en este tema:
¿Qué es la exclusión cibernética? Artículo publicado por A Favor de lo Mejor.
PALACIO, R.J, La lección de August, Grupo Editorial Penguin Random House, Segunda Edición, Ciudad de México, 2017
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