La diferencia entre un padre que ayuda a un hijo a levantarse después de tropezar y un padre que hace todo lo posible para que su hijo nunca tropiece es lo que los expertos llaman padres helicóptero.
Los padres helicóptero se caracterizan por un comportamiento sobreprotector y controlador que afecta el desarrollo emocional de los hijos. El término hace referencia a cómo los padres sobrevuelan todos los movimientos, proyectos y decisiones de los hijos; una constante supervisión que limita la libertad de los niños.
Control continuo sobre los hijos, indicar constantemente cómo y a qué deben jugar, limitar sus comportamientos y emociones, prohibir relacionarse con los demás o elegir a sus amigos, condicionar cuándo pueden comunicar sus opiniones, son algunas señales de una sobreprotección.
Ante esta vigilancia extrema es normal que los niños desarrollen una actitud desafiante ante la autoridad, reaccionen con frustración ante las dificultades, se vuelvan apáticos al hacer nuevos amigos, tengan un pobre manejo de sus emociones, presenten un desempeño escolar insuficiente o posean una autoestima baja.
La mayoría de los padres helicóptero comienzan con un deseo bien intencionado: que sus hijos tengan una infancia plena y segura, en la que no tengan que enfrentarse a problemas, errores o sufrimiento alguno. ¿Quién no quiere eso para sus hijos? El problema es cuando una protección sana se convierte en una sobreprotección peligrosa.
Los límites y el cuidado son necesarios en cualquier tipo de crianza. Guiar a los niños, indicándoles qué es correcto y qué no, e incluso ayudarlos a tomar buenas decisiones o rescatarlos cuando han cometido un error son acciones positivas que fortalecen la autoestima, confianza y seguridad en los niños.
Sin embargo, estas acciones se vuelven poco sanas cuando se les roba a los niños la autonomía de sus actos y pensamientos. ¿Cuándo se cruza esta línea? Como padres solo se debe compartir con los hijos el camino que a ti te gustaría que tomaran, pero, a final de cuentas, la decisión final debe venir de ellos.
Cuando esto no sucede, los niños generan una dependencia hacia los padres que les afectará el resto de sus vidas, ya que repercute en su capacidad para enfrentarse solos a los desafíos de la vida. Los hijos de padres helicóptero viven en un estado constante de estrés, ansiedad, desadaptación social y tienden a no entender el significado de responsabilidad y esfuerzo.
Encontrar un balance entre protección y sobreprotección puede ser complicado, para ayudar a no convertirte en un padre helicóptero, los expertos en el tema sugieren lo siguiente:
- Pon atención en los sentimientos y comportamientos de tu hijo. Saber cómo actúan los hijos ante ciertas situaciones te puede ayudar a reconocer situaciones de riesgo.
- Enséñales a controlar sus emociones. La educación y el desarrollo emocional es fundamental en la crianza de niños fuertes, seguros de sí mismos e independientes.
- No limites sus experiencias. A veces da miedo soltarles la mano a los hijos, pero es importante que ellos conozcan y experimenten el mundo que los rodea, solo de esa manera desarrollarán su propia personalidad.
- No interfieras en sus decisiones. Confía en las capacidades de tus pequeños, y si se equivocan, enséñales que pueden aprender de sus errores.
Mantener a los hijos en una burbuja de cristal los mantendrá seguros, sí, pero será en detrimento de un desarrollo sano que los convierta en adultos exitosos.