Por: Maestro Gricha Raether Palma
Con excepción de algunos países y culturas en donde la presencia de mexicanos es ya algo cotidiano, como es el caso de los Estados Unidos de América en donde hay 40 millones de mexicanos y descendientes de mexicanos, la reacción automática de casi todos alrededor del mundo al encontrarse ante un connacional es de alegría y apreciación. A pesar de nuestros problemas de violencia, drogas, feminicidios, corrupción y pobreza entre muchos otros, México mantiene su estatus como un país amable, hospitalario, hermoso y con una rica historia y cultura, conocido en todo el mundo por su comida, música y arte.
Pero la percepción de México no es universal y varía significativamente según el país o la región en cuestión. Por ejemplo, en Estados Unidos, la percepción de México está marcada cercanía geográfica y la relación histórica entre los dos países. Generalmente, hablar de México resulta en temas de migración ilegal y el tráfico de drogas, lo que ha llevado a una imagen negativa de México en la mente de muchos gringos. Importante mencionar aquí que utilizo la palabra “gringo” no de manera peyorativa.
A pesar de que la relación entre los gobiernos y sus jefes de estado se ha tornado menos amigable e incluso un tanto ríspida como fue el caso con Trump y ahora con el Presidente López, la estrecha relación social y comercial entre nuestros dos países trasciende a quien ocupe la Casa Blanca y Palacio Nacional, sobre todo en la zona fronteriza. Sin embargo, esto contrasta fuertemente con la realidad de que la mayoría de los gringos, ciudadanos y políticos sin distinción, no están enterados ni les importa lo que sucede en nuestro país. Como ejemplo, el gringo promedio está tan preocupado o interesado en lo que pasa en México, como lo está el mexicano promedio con lo que sucede en Belice o Guatemala.
Más allá de esto, cuando en EUA o Canadá hablan de Norteamérica, en general se refieren solamente a estos países, excluyendo a México (así como al resto del Caribe
y Centroamérica) de lo que en principio es un mismo bloque geográfico. La dura realidad es que a pesar de ser socios comerciales que dependen estrechamente el uno del otro, para EUA, México sigue siendo un país para fiesta, vacaciones, diversión, playa y comida; un parque de diversiones y un traspatio que no puede ser tomado en serio y el cual puede ser, y es en efecto, manipulado a su antojo cuando sus intereses así lo demandan.
En Latinoamérica, la percepción de México es más positiva debido a la cercanía cultural y la historia compartida. Con contadas excepciones como lo son Brasil o Chile, cuyas economías y desarrollo social son relativamente comparables con el nuestro, y en algunas ocasiones incluso mejores, la mayoría de los países ven a México como el hermano mayor suertudo por su ubicación con respecto a EUA. Sin embargo, también se nos ve con un cierto grado de incredulidad y sorpresa, pues les parece inconcebible que un país que
además de tener acceso o dos océanos, una inmensa riqueza natural, energías renovables y no renovables y además que comparte más de 3,000 km de frontera con el país más rico y poderoso del mundo, cuando cualquier país explotaría al máximo tan solo un kilómetro de frontera, no logre salir del subdesarrollo. Queda claro que México tiene una gran variedad de recursos naturales y un gran potencial para el desarrollo de energías alternativas, como la energía solar, eólica y geotérmica. Sin embargo, todavía se depende en gran medida de los combustibles fósiles para generar electricidad, y aunque se han tomado medidas para aumentar el uso de energías renovables, todavía hay desafíos a superar para lograr una mayor transición hacia estas fuentes de energía. Estos son puntos que, para países latinoamericanos, muchos de los cuales cuentan con muy escasos recursos naturales, les llama la atención que no usemos los nuestros para sacar adelante a nuestras clases más vulnerables como en su momento lo hiciera Venezuela con el petróleo o aumentando las clases productivas a través de la privatización. Como mencioné antes, nuestros hermanos latinoamericanos nos ven en gran parte como el hermano mayor que tenía todas las ventajas y condiciones para salir adelante y aun así, fracasó.
En Europa, la percepción de México puede ser ligeramente diferente, con un énfasis más marcado en la cultura y el turismo. Sin embargo, también se expresan con más frecuencia con preocupación por la violencia y la inestabilidad política en el país. Aunque la postura hacia nuestros connacionales no es la misma que la de los gringos, sin duda la percepción de México como país en vías de desarrollo es muy similar. Un país acechado por instituciones débiles, una democracia vulnerable y una clase política incompetente y corrupta.
En Asia, la percepción de México puede ser menos amplia o universal, debido a la distancia geográfica y la falta de una relación histórica o cultural estrecha. Sin embargo, México es visto como un país relativamente avanzado y económicamente estable en comparación con otros países de América Latina, en gran parte gracias a transiciones de poder relativamente pacíficas y una economía robusta en términos globales, aunque hacia el interior estemos sujetos a profundas desigualdades socioeconómicas y una endeble clase media.
Curiosamente, la percepción que más permea la consciencia colectiva de los extranjeros sobre México, está basada en los mismos factores que comentan los mexicanos cuando alguien les pregunta “¿por qué estás orgulloso de ser mexicano?”, siendo estas la cultura, las playas, la comida, la música, la historia, etc. Se omiten en estos listados puntos que realmente llevarían a nuestro país a donde debería estar, puntos como la ley y el orden, el estado de derecho, instituciones robustas y democráticas y seguridad, entre otras.
Así pues, la percepción de México está influenciada por una variedad de factores, muchos de ellos positivos, los cuales han permitido generar una imagen afable de nuestro país a lo largo del tiempo y alrededor del mundo.
Esta imagen se mantiene en gran parte, a pesar del incremento en problemas que nuestro país ha enfrentado, incluyendo la violencia y alto número de muertes desde hace algunas administraciones, así como los recientes atentados y hostigamiento contra la prensa, que es un pilar fundamental de una sociedad desarrollada y libre.
ALLY-SHORING: UNA OPORTUNIDAD
La percepción de México en el mundo, estática por décadas por tantas ventajas geográficas, climáticas, y muchas otras que nos favorecen, se ve hoy en día matizada con un grado de confusión, pues contrasta la idea de México como un lugar paradisíaco y afortunado en todos los aspectos, con la realidad de que, a pesar de todas estas ventajas, no logramos aprovecharlas y salir así del subdesarrollo. Hoy más que nunca tenemos a los ojos del mundo encima, tanto por nuestra difícil situación en cuanto a seguridad, como la oportunidad que se nos presenta de poder ser un socio en modo “ally-shoring” aún más cercano de los Estados Unidos por la guerra comercial que ha emprendido contra China y finalmente, la decisión que deberemos tomar entre alinearnos con el resto de Latinoamérica o ser realmente un socio equitativo de Norteamérica, uno de los bloques económicos más fuertes del mundo. De esto dependerá sin duda cómo el mundo nos perciba en el futuro.