A partir de la llegada del nuevo milenio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) diseñó una prueba para medir el rendimiento académico en matemáticas, ciencia y lectura a nivel mundial: el Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés).
El Informe PISA, que se entrega cada tres años, muestra el grave rezago de la educación mexicana en estas áreas. En los últimos resultados, publicados en 2015, México obtuvo 416 puntos en ciencias, 408 en matemáticas y 423 puntos en lectura, mientras que el promedio de la OCDE fue de entre 493 y 490 en las tres materias.
Estas calificaciones representan un rezago de 2.5 años en el aprovechamiento escolar de los alumnos en el país, pero lo más preocupante es el escaso avance que se ha tenido a pesar de las iniciativas y programas implementados por la Secretaría de Educación.
Estos números inquietan más cuando se toma en cuenta que las habilidades en ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (STEAM, por sus siglas en inglés) son las más buscadas por las empresas y que la misma OCDE advierte que en 2030 el 80 % de los empleos necesitarán de estas áreas.
Ni siquiera es necesario adelantarnos una década en el futuro, hoy mismo, 8 de los 10 empleos mejor pagados pertenecen a las áreas STEAM: electrónica, ingeniería en sistemas, química, ciencias ambientales, finanzas, matemáticas aplicadas, ingeniería civil, innovación, diseño e ingeniería mecánica. Además, estas industrias son las que se espera generen cerca de 3.5 millones de vacantes en los próximos 10 años.
¿Está México preparado para este nuevo panorama laboral? Actualmente, 32 % de los jóvenes que cursan una carrera universitaria están enfocados en las áreas STEAM. Aún más preocupante, solo 21 % de los alumnos menores de 18 años tienen intención de estudiar una licenciatura relacionada en estos temas.
Si queremos anticiparnos a este cambio es indispensable incentivar entre los niños y los jóvenes del país el gusto por la ciencia y las matemáticas. Además, una educación con un enfoque STEAM también ayudará a desarrollar otras habilidades necesarias para destacar de manera profesional.
La educación STEAM está basado en un aprendizaje por competencias, en el cual se incentiva la solución de problemas, la colaboración, la innovación, la creatividad, la multidisciplinariedad, la toma de decisiones, el manejo y análisis de datos. Por si fuera poco, al fomentar la evaluación basada en resultados, el enfoque STEAM tiene también un fuerte componente de igualdad de género.
Aunque parece un problema monstruoso difícil de resolver, los expertos coinciden en que un primer paso es responder a la pregunta: ¿para qué sirven las matemáticas, la química y la física? Es momento, entonces, de aprovechar la cercanía que los niños de edades muy tempranas tienen con los aparatos tecnológicos para hacerles entender de manera práctica el uso y aplicación de estas áreas.
En los próximos años, las escuelas deben adaptarse e incluir en los planes educativos de primaria y secundaria talleres en donde los alumnos experimenten de primera mano las aplicaciones de estas materias.
Una iniciativa que ya se encuentra en las aulas mexicanas es la robótica educativa, en la cual participan la marca danesa de juguetes LEGO y la empresa mexicana Robotix, quienes han creado actividades, concursos, talleres y cursos para niños de entre 1 y 16 años.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los niños y adolescentes son la generación que podría acabar con la pobreza extrema y frenar el cambio climático. Para combatir estos retos del siglo XXI se debe priorizar hoy mismo la educación de la ciencia y la tecnología.
Concientes del problema, el modelo de Prepa Anáhuac se basa en las materias STEAM con el objetivo de detonar el trabajo en equipo, el desarrollo de habilidades de negociación, la creatividad en resolución de problemas y el autorreconocimiento al alcanzar las metas.
Conoce más sobre nuestro modelo y oferta en www.prepa.anahuac.mx.
Suscríbete a nuestro
