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Entrevista: Omar Chaparro, Marimar Vega y La boda de Valentina

La boda de Valentina es protagonizada por Marimar Vega y Omar Chaparro.

La  Boda de Valentina parece tener los ingredientes necesarios para hacer que la gente vaya al cine: además de que sus protagonistas —Marimar Vega y Omar Chaparro—, son consentidos del público mexicano, se trata de una comedia romántica, uno de los géneros que más atrae a la gente a las butacas. La trama trata de una mujer que está por casarse en Estados Unidos pero que tiene que regresar a México a saldar cuentas con su familia, y en el camino, se encuentra a su ex novio, quien la hace dudar en realizar su boda.

Justamente Marimar Vega y Omar Chaparro nos hablan de esta cinta, una de las primeras apuestas del cine mexicano en 2018.

 

En la película se trata el choque cultural entre México y Estados Unidos, ¿cómo se vivió eso tras las cámaras con un actor estadounidense (Ryan Carnes) como uno de los protagonistas?

 

Marimar Vega: El choque cultural fue básico en la película, pero también sucedió fuera de cámaras y el director quiso llevar a escena, como cuando filmamos en México, hay una escena muy íntima en la película donde estoy hablando con Ryan y se escuchan cohetes, pero ese era efectivamente el sonido que había en la calle, así que de plano la integramos, porque no daban descanso, Ryan no lo podía creer, pero creo que al final sirvió ese choque cultural.

La química en la pantalla es casi perfecta, ¿es algo que se trabaja o sale natural?

 

Omar Chaparro: Para que haya química debe de haber buena disposición, pero la química como tal no se trabaja, se da, con Marimar no tuve que trabajar nada porque tenemos una amistad de años, y con Ryan salió en automático, el chiste de la película era que esa química resaltara con los tres para que no supieras con quien se va a quedar Marimar.

 

¿Hubo algún reto en particular, algo que no hubieran hecho antes en esta película?


MV: Para mí actuar en inglés fue todo un reto, porque cuando trabajas piensas en tu idioma, pero pensar y sentir en otro es muy complicado. Además, en la filmación tuvimos muchos tropiezos, hay partes que se filmaron en el centro de la ciudad y, como sabrás, había manifestaciones todos los días, ¡hasta nos tocó una de payasos!, parecía que nos lo hacían para que no pudiéramos filmar (risas), el clima nos jugó chueco también, pero al final valió la pena.

¿Qué hay de los personajes, qué fue lo más complicado que hicieron?

 

OC: Hacer un personaje que la gente crea, eso lo tienes que hacer siempre, pero ahora fue muy complicado, porque siempre la había hecho de villano o de personajes que siempre tenían algo fuera de lo normal y este era más sutil, más complejo, tenía que hacerle creer a la gente que era un tipo de la política, y al mismo tiempo, que estaba en una fundación, tenía que hacer que dentro de ese mundo le cayera bien al espectador.

MV: Con el mío, teníamos que buscar el punto medio, que ella no fuera una rompecorazones que juega con dos hombres y ya, creo que esta es una de esas situaciones que nos pueden pasar en la vida, una puede sentir algo por dos hombres sin llegar a ser una mala persona, pero si lo ves por fuera, es difícil que alguien sienta empatía con eso.

Actualmente, ¿dónde ven parado al cine mexicano?

 

MV: Creo que estamos en un momento en que la gente está confiando en este género, eso me parece increíble porque buena parte de la taquilla es cuestión de confianza, de que sepas que si te metes a ver una comedia mexicana te la vas a pasar bien, eso es muy bueno para todos los que nos dedicamos a esto.

OC: Somos muy afortunados de estar en este momento. Guardando las distancias, tal vez estemos en una nueva época de oro del cine mexicano, en los últimos años se han hecho las películas más taquilleras de la historia, eso hay que aplaudirlo y seguir motivando esta inercia para desarrollar proyectos.