Para brindar tranquilidad en ese aspecto, existen los seguros de vida. Se trata de productos que, a través de una prima mensual o anual, según se especifique, garantizarán el pago de una suma a los beneficiarios establecidos, en caso de fallecimiento del asegurado. De esta forma, la pareja no tendrá que cargar con toda la responsabilidad de la vivienda y los hijos podrán seguir estudiando. Pero, ¿cuál es el correcto para cada quién? Además de los seguros de vida individuales, hay otros productos que protegen en el mismo sentido, con algunas variantes que vale la pena conocer:
Seguros de vida colectivos
Son seguros de vida que funcionan como uno tradicional, individual, pero van dirigidos a grupos de personas, por ejemplo a trabajadores de una compañía. Por su naturaleza, ofrecen una gran cantidad de beneficios a un precio menor de uno individual. Este tipo de productos dan confianza y respaldo a los empleados, además de ser un plus en la compañía que lo adquiere y ofrece como prestación. Se protege a ambas partes: por un lado se reduce la rotación y aumenta la productividad al generar un mejor vínculo laboral y, por el otro, el beneficiario puede trabajar resguardando el futuro de su familia si llegara a faltar.
Seguros de vida deudor
¿Alguna vez has comprado un auto o una vivienda a crédito y viste que estás protegido por un seguro? Se trata de este tipo de productos. Explicado de manera sencilla: si el comprador fallece, se garantiza que la deuda no se herede, ésta se liquida y no se pierde el inmueble o bien adquirido. Además, si el asegurado sufre un accidente o condición que le provoque invalidez total y permanente, el seguro cubrirá el monto restante. Se asume que el comprador no puede saldar la deuda por una situación ajena a su voluntad y se protege a su familia y sus bienes.
Seguros de vida masivos
Estos seguros van dirigidos a grandes grupos de personas. Los seguros masivos se ofrecen a través de terceros, que pueden ser financieras, farmacias, bancos, almacenes u otros establecimientos idóneos para tal propósito, con quienes el asegurador acuerda condiciones especiales para sus clientes o miembros, este canal de distribución permite poner una oferta al alcance de un segmento de la población que de otra manera no pudiera acceder a estos productos. Son una excelente opción si no se tiene un seguro por otro medio o si se desea una protección adicional a la que ya se cuente.
Los seguros de vida, como el resto de los productos, pueden tener sumas complementarias y coberturas opcionales, de acuerdo con los deseos y necesidades de cada uno: servicios adicionales como ambulancias, apoyo psicológico, gastos funerarios, entre otros.
Finalmente, cada producto puede adecuarse a lo que cada persona o familia requiera, el objetivo es el mismo: proteger el futuro de los seres queridos ante cualquier eventualidad.