El miércoles 25 de octubre, Acapulco se vio sumergido en caos cuando el huracán Otis, de categoría 5, tocó tierra a las 00:25 horas, desatando una devastación sin precedentes.
El Centro de Huracanes del Pacífico Central expresó la gravedad del impacto, señalando que este fenómeno de tal intensidad era desconocido en esta parte de México. La magnitud del desastre fue monumental: alrededor de 250,000 viviendas quedaron sin luz, y una gran parte carecía de agua potable. La infraestructura hotelera, en primera línea de mar, sufrió un golpe del 80%.
En respuesta a esta crisis, la Red de Universidades Anáhuac se movilizó con un compromiso extraordinario. Cinco campus abrieron centros de acopio, recolectando víveres esenciales, y en algunos otros, se organizaron brigadas humanitarias, psicológicas y médicas, formadas por alumnos, docentes y equipo directivo.
Hasta ahora, se han entregado 56 toneladas de víveres, junto con más de 220 kits de pañales, leche y ropa para bebés. Además, se activaron cuentas para donaciones en 7 campus, y se llevaron a cabo diversos eventos de recaudación de fondos.
La ayuda brindada por la Red de Universidades Anáhuac y nuestra comunidad, no solo representa una respuesta inmediata, sino un compromiso a largo plazo con la reconstrucción y el bienestar de todos los afectados.
Invitamos a los miembros de la comunidad a seguir donando en los centros de acopio y a contribuir en las cuentas designadas para donaciones. La reconstrucción de Acapulco será un proceso largo, pero con la unión y la solidaridad de todos, podemos allanar el camino hacia la recuperación.