¿Cómo fue su experiencia Universitaria?
La vida estudiantil en licenciatura fue preciosa, salvo por extrañar a mi familia, pues soy originaria de Acayucan. Esta fue la parte más dura para los que tenemos que migrar porque soy una persona muy familiar y los extrañaba mucho, aunado a que era una niña de 17 años y no había vivido sola anteriormente. La vida estudiantil implica dos aristas: la libertad y la toma de decisiones en esa etapa de tu vida, sin embargo, muchos profesores y el P. Guillermo Romo fueron mis pilares emocionales.
La Universidad Anáhuac campus Xalapa me permitió formarme en el área académica y no sólo en ello, sino también en el área espiritual y humana, dándome la fortaleza interna para la toma de decisiones. Mis profesores ahora son amigos con los que he compartido en la vida profesional y en la vida académica.
¿Cómo fue la elección de su maestría?
Antes de cursar la maestría tuve un par de trabajos en administración pública y, para complementar mi profesionalización, decidí cursar la Maestría en Administración Pública. En ese momento, la Universidad me dio una beca y al igual que en licenciatura, fui becaria, lo cual me permitió tener contacto con docentes y alumnos que abonaron a mi formación profesional, no sólo en el aspecto académico, sino también en el ámbito de la investigación.
Fue una generación muy bonita que en ese momento estaba bajo la coordinación de la Dra. Ana Brisa Oropeza, a quien aprecio en lo personal y en lo profesional. Este programa de maestría es una maravilla y era realmente fabulosa, pues contenía temas que normalmente no ves en otras maestrías en administración, como protocolo internacional, lo cual te sirve para conocer y entender sobre logística en las instituciones públicas. Este programa tenía una modalidad en la que compartía créditos con University of Southern California y la Universidad Santiago de Compostela, por lo que tenías la posibilidad de tener profesores de California y españoles, que, en el derecho comparado, te daba una preparación más amplia a la que obtendrías estudiando en otra Universidad.
¿Cómo vive en su día a día el liderazgo de acción positiva?
La formación integral que te brinda la Universidad Anáhuac, te permite tomar decisiones en lo profesional y en lo personal. Siempre es importante decidir en función de la circunstancia que estás viviendo en la institución o en la empresa, pero ser buenos seres humanos y tomar decisiones que dejen una huella positiva en la institución y en toda la comunidad que te rodea, es lo que te permite crecer de manera personal.
Ser buenos seres humanos y trascender a través de nuestras acciones, nos va a permitir tener un mejor presente, pues esas acciones se replican y nos permiten tener un mejor futuro para nuestras hijas e hijos. No podemos ser líderes si no ponemos todo nuestro empeño en ser personas correctas que hacen el bien, que se capacitan y que llevan una vida sana y plena, pues esto se traduce en que todos los miembros del equipo repliquen estas acciones.
Siendo egresada de licenciatura y maestría y además docente Anáhuac, ¿cómo ha atestiguado el crecimiento de la Universidad?
Yo me maravillé cuando regresé a la Universidad. Tuve el honor de ser invitada a la entrega de distinciones a los mejores promedios del semestre, la ceremonia Lux et Véritas, y estaba asombrada por el campus, por la cantidad de estudiantes y por todas las licenciaturas nuevas, asombrada también por el modelo educativo tanto en licenciatura como en posgrados.
Tuve oportunidad de dar un recorrido por las instalaciones con el Dr. Eli Marín y la Dra. Ana Brisa Oropeza y me pareció maravilloso el ID Center, una sala estudiantil donde los alumnos pueden descansar en su tiempo libre; la biblioteca y los laboratorios médicos también son impresionantes.
Creo que todo este crecimiento te impacta en positivo y como egresada, quiero que mis hijas también lo sean. Con la Prepa Anáhuac, ellas tendrán oportunidad de incorporarse a la vida de mi alma máter a temprana edad y ser parte de ese crecimiento.
Como veracruzana, me siento sumamente orgullosa de que muchos veracruzanos y cordobeses, ahora con su nuevo campus Córdoba-Orizaba, puedan gozar de esas instalaciones y de la formación, pero además muchas familias tienen oportunidad de tener una Universidad de primer nivel cerca de sus casas. Emigrar siendo tan jóvenes es complejo y es una ventaja impresionante que, como padre y como madre, tu hijo tenga capacitación universitaria y de posgrado cerca del seno familiar.
¿Cómo ha sido su experiencia profesional?
Tuve una formación profesional en inglés antes de la universidad, lo que me permitió empezar a trabajar como profesora de inglés desde los 15 años. En la licenciatura tuve la fortaleza de que mis profesores y profesoras me invitaban a hacer prácticas profesionales o a trabajar en las instituciones en las que ellos laboraban, y el hecho de vivir sola en Xalapa me permitía tener tiempo suficiente para dedicarme a ello.
Considero que combinar el trabajo con la licenciatura, te da una visión distinta, porque esta transición te permite descifrar la teoría a través de la práctica, de un modo mucho más sencillo que te permite fluir con mayor facilidad. Nunca dejé de trabajar y es algo que disfruto muchísimo en todas las áreas en las que he estado, además de que continúo dando clases porque es una de mis grandes pasiones.
Actualmente soy Magistrada del H. Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz, adscrita a la Tercera Sala en Materia Penal, y además funjo como Directora de la Escuela Judicial del Poder Judicial del Estado de Veracruz, donde nos encargamos de dar capacitación permanente a servidoras y servidores públicos del poder judicial que deseen continuar con su carrera jurisdiccional, dando atención a estudiantes de derecho, abogados, e incluso al público en general.
En relación con mi puesto actual como Magistrada, como parte de las fases que se realizan para la elección de magistrados en el estado de Veracruz, en 2019 el Gobernador propuso a muchas mujeres para el proceso de elección de magistrados, dando paridad dentro del Poder Judicial, que en ese momento únicamente contaba con el 7% de mujeres.
Tomando en cuenta que la edad mínima para ser nombrado magistrado es de 35 años, muchas mujeres jóvenes, hemos tenido la oportunidad de ser nombradas con este cargo, reflejo de buena voluntad que será un precedente para las nuevas generaciones de mujeres.
¿Cuál considera que es su mayor logro?
Un logro que considero muy importante es ser madre de dos hijas y formarlas como buenas mujeres, mujeres de bien, que con gran seguridad podrán tomar sus propias decisiones, marcando su rumbo hacia donde quieran y con la mejor circunstancia.
Todo lo que hago, es pensando en dejar un mejor mundo para mis hijas. Aunque mantener un equilibrio en la vida laboral y personal requiere esfuerzo, disciplina y constancia, en ocasiones como mujer nos cuesta un poco más de trabajo, por lo que me esfuerzo para ser mejor no sólo para ellas, sino para muchas mujeres.
¿Qué retos enfrenta su industria?
El tema de paridad. Incluir a más mujeres en la toma de decisiones en el ámbito público es sumamente importante, pues, aunque no tenemos una visión contraria a nuestros compañeros varones, sí es distinta. Incorporar mujeres en los lugares que implican toma de decisiones, es uno de los retos más importantes de todo México.
¿Cuáles son sus proyectos a mediano plazo?
He sido autora de tres libros, entre los que destaca el “El municipio veracruzano: teoría, historia y marco jurídico”. Tengo dos libros más que están en puerta, siendo uno de ellos una colaboración con la Universidad Veracruzana y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y es en materia de justicia digital y datos personales. El segundo de ellos es mi tesis del segundo doctorado, en materia de anticorrupción en los poderes judiciales.
¿Qué consejo daría a los egresados Anáhuac?
Que no dejen de estudiar. Todos los días debemos prepararnos y estar actualizados. Con disciplina, trabajo y constancia, los logros, sea cual sea el que tú definas, llegarán.
Mi recomendación para los estudiantes es que trabajen todo el tiempo, pues no puede entenderse un profesional, sobre todo del derecho, sin un área práctica. No podemos conocer o concebir a un licenciado en derecho, que no continue diariamente trabajando y preparándose, porque es una ciencia vida. Si no continúas preparándote, cada día eres menos abogado.