De la Mercadotecnia al Liderazgo Ecuestre: Una Historia de Inspiración y Acción

Karina Moguel Bouchez, Mercadotecnia 2010. Directora General de Centro Ecuestre KF, Hamburguesas Cleto y Restaurante La Herradura. "El liderazgo es comprender las necesidades y capacidades individuales de tu equipo o empresa, para llevarlos al siguiente nivel a través de la motivación, organización y ejecución de estrategias propias del líder, buscando un objetivo común positivo."

Egresada de la Universidad Anáhuac campus Xalapa, de la Licenciatura en Mercadotecnia. Actualmente empresaria de dos exitosos restaurantes y directora general del Centro Ecuestre KF, fungiendo como instructora de equitación y jinete activo, con entrenamientos especializados en pedagogía ecuestre, equinoterapia, etología y biomecánica del caballo. Karina es actualmente Presidenta del Consejo Consultivo del Centro Ecuestre de la Universidad Anáhuac Veracruz campus Córdoba-Orizaba, realizando una notable labor en la formación de líderes.

¿Por qué elegiste estudiar en la Universidad Anáhuac?

Elegí a la Universidad Anáhuac porque es una institución que te abraza y te apoya, no sólo en el ámbito académico, sino en el artístico, emprendedor, humano, etcétera. En todo momento estás rodeado de personas que te impulsan y no eres una matrícula más.

Una cualidad que caracteriza a la Universidad es la formación de líderes, pues somos empleadores con la noción de que tenemos que hacer, crear e inspirar a otros. Hasta el día de hoy siento el impulso por parte de la Universidad y percibo esta hermandad que se crea como egresado, donde te demuestran que no estás solo y te hacen sentir que eres parte de algo importante.

La Universidad Anáhuac es un trampolín donde la cercanía con sus alumnos y egresados te permite también desarrollar relaciones interpersonales que te ayudan a desenvolverte en cualquier ámbito, dándote además las herramientas necesarias para desarrollarte.

¿Cómo fue tu experiencia Universitaria?

Nuestro coordinador de licenciatura, el maestro Jorge Chávez, fue crucial en nuestra carrera, siendo una persona muy comprometida. En una ocasión viajamos a Argentina a un congreso de publicidad y estrategias de mercadotecnia y así como esta, tuvimos oportunidad de vivir experiencias que nos acercaban al mundo real de la mercadotecnia, permitiéndonos alcanzar niveles muy altos de experiencias que regularmente no están al alcance de los alumnos.

Estas vivencias que te permiten aprender de primera mano, fueron logradas por la vinculación de la Universidad con otras empresas. En su momento no lo dimensionábamos, pero tuvimos contacto con empresas transnacionales muy bien posicionadas y eso fue maravilloso para mí, aunado a que en el aula realizamos actividades enfocadas en el mundo real que te permiten tener una visión global de tu entorno en la mercadotecnia, partiendo desde lo más básico hasta lo más complejo.

La oportunidad de que, a temprana edad, nos rodeáramos de personas importantes en cada congreso, nos ayudó a crecer y a ampliar nuestro panorama y visión como personas y como profesionistas. La Universidad Anáhuac siempre puso a nuestro alcance aprendizaje significativo y en tendencia, lo cual nos permitía siempre estar actualizados.

¿Cómo ha sido tu experiencia profesional?

Me he enfocado en el emprendimiento, lo cual ha sido cercano a mí desde mi familia. Mi papá es empresario y siempre nos ha impulsado a hacer lo propio y generar no nada más para uno, sino para más personas, conscientes de la importancia de emplear, dar apoyo, crear y generar.

Desde muy joven me gustó trabajar y empecé con pequeñas ideas, ejecutándolas sin miedo porque eran proyectos en los que creía, que tenía bien planteados y con buena estructura y formato, lo cual considero sumamente valioso cuando deseas ponerte en acción.

Empecé mi camino emprendedor con una empresa de publicidad durante la Universidad, para después inaugurar mi primer restaurante cuando egresé. Hamburguesas Cleto tiene ya 14 años y desde entonces no he dejado el emprendimiento, recibiendo poco a poco los frutos que el esfuerzo, la disciplina y la constancia me han dado.

Hace cinco años abrí un segundo restaurante en Acajete, Veracruz, que se llama La Herradura. Este proyecto fue un parteaguas para el pueblo, porque está a 6km de La Joya, Veracruz, un lugar que se caracteriza por tener muchos restaurantes, a diferencia de Acajete que tenía muy pocos.

Tenía en mente hacer un concepto diferenciador, por lo que hice un proyecto de inversión muy estructurado que poco a poco he ido formando y llevando a la realidad. Este proyecto ha impulsado a la población por el flujo de nuevas personas que llegan a consumir y que son empleadas. Ahora Acajete cuenta con cinco restaurantes nuevos y dos más por inaugurarse.

Los emprendedores de la región pudieron notar lo mismo que yo noté, que es un área con un aprovechamiento exponencial que ha generado oportunidades laborales y derrama económica, por lo que ha sido muy interesante para mí ver cómo un emprendimiento puede ayudar a una población a crecer y cómo puedes dejar tu huella, haciendo las cosas bien, con constancia y estructura

¿Qué retos enfrenta la industria restaurantera y, de qué manera, a través de estos dos emprendimientos, los estás enfrentando?

Con respecto a Hamburguesas Cleto, mi primer restaurante en Xalapa, con los 14 años que llevamos, puedo decir que nos enfrentamos a una sobre oferta de restaurantes en la ciudad.

A partir de la pandemia percibo que se empezaron a ofertar nuevos servicios y alimentos, creando más competencia en la industria. Ahora el comensal tiene muchas posibilidades y eso hace que le sea más difícil la toma de decisiones.

Nosotros hemos hecho frente a esta competencia adaptándonos a las necesidades de los clientes, buscando innovar e involucrando la tecnología. Utilizar plataformas digitales y conocer todos los medios para acercarse al cliente, será importante para que te vean como la opción más conveniente. Si ofreces calidad, vas a recibir lo mismo y tus clientes serán siempre leales.

Con respecto a La Herradura, mi restaurante en Acajete, percibo la situación un poco diferente. En su momento busqué hacer un proyecto diferenciador para la gente que accediera a la zona de montaña, ofreciendo no sólo asaderos y merenderos, sino dando alimentos de calidad, buen servicio, con tecnología en la producción de sus alimentos, control de calidad y apegándonos a toda la reglamentación.

Poco a poco la gente empezó a reconocer ese valor y comenzaron a abrir nuevos restaurantes tratando de hacer algo similar, en lugar de crear nuevas ideas y proponer nuevas ventajas competitivas para darle a la gente lo que no va a encontrar en otros lugares. Considero que en poco tiempo Acajete tendrá muchas opciones de restaurantes, pero con gran similitud, lo cual podría sobresaturar el mercado de un pueblo pequeño con mucha afluencia de personas.

¿Cómo nació tu pasión por los caballos y cómo fu acercamiento a la equinoterapia?

Desde los 3 años mi papá me lo introdujo como deporte, iniciando con la charrería. Estuve ahí hasta los 16 años y empecé a practicar equitación. Me gustaba muchísimo, pero comencé a sentir que, en cuanto a deporte, no era lo mío.

Siempre me ha gustado encontrar el porqué de mis acciones, qué puedo aportar y por qué estoy en ese lugar, además de que en mi naturaleza siempre ha estado el poder ayudar a crecer a mi entorno.

Los caballos han sido de mucha utilidad para el ser humano, para su evolución e historia, y de alguna manera siempre me he regido por ellos. Su grado de sensibilidad es muy alto y fue algo que comencé a aprender y estudiar a través de mi yegua, tomando un diplomado en equinoterapia bajo el concepto Gronar. Este concepto está enfocado en la rehabilitación de jóvenes con síndrome de Down, parálisis cerebral, ataxia o espectro autista, e inclusive para tratar a adultos mayores o ayudar al tratamiento del estrés. Durante el diplomado aprendes mucho de pedagogía, del sistema muscular, óseo y un poco de neurología, viéndolo desde un punto de vista clínico.

Hay evidencia científica que comprueba que la equinoterapia puede ayudar a personas en esas condiciones, por lo que teniendo el conocimiento y teniendo a los caballos, esa era mi forma de aportar a la sociedad. Empecé a implementar el concepto Gronar y llegamos a tener 46 alumnos y pacientes, convirtiéndonos en una alternativa para su tratamiento y en un semillero de jinetes xalapeños.

El concepto de Gronar se basa en tres fundamentos. El primero de ellos entiende que el patrón de marcha del caballo, es decir, la forma en la que se mueven, es igual a la nuestra. Para personas que no pueden caminar o que tienen movilidad limitada, los terapeutas, al montarlos de manera correcta, imitamos en el paciente el movimiento del caminar, estableciendo nuevos patrones en cada terapia y logrando paulatinamente la rehabilitación.

El segundo elemento del concepto de Gronar se contempla que la temperatura corporal del caballo es 2 grados más alta que la nuestra, por lo que podemos relajar los músculos de los pacientes de forma más rápida. Mientras que el tercer elemento indica que, montándolo correctamente, los impulsos rítmicos del caballo se transmiten al paciente a través de la médula espinal, llegando hasta el corte del cerebro y ayudando a su tratamiento.

¿Qué satisfacción personal has logrado a través de tu pasión por los caballos y la equinoterapia?

Tengo muchas y algunas me han marcado mucho. Tengo una niña paciente que tiene parálisis cerebral y no podía caminar, teniendo la necesidad de ser asistida en todas sus actividades. Con el paso del tiempo y con ayuda de las terapias, empezó a montar sola y aunque fuera resguardada lateralmente por nosotros, ella podía montar sin necesidad de ser sostenida y podía darle indicaciones al caballo para ir al frente, detenerse, ir a la izquierda o a la derecha.

Al preguntarle qué sentía cuando montaba, decía que sentía libertad. Eso fue muy fuerte para mí, pues realmente no somos conscientes de la libertad que tenemos de ser autónomos y autosuficientes, y ella lo experimentaba a través del caballo.

Tenía otro paciente que llegó con una parálisis lateral del lado izquierdo y al realizar la evaluación y su historial clínico, noté que no había mucho avance a pesar de que ya estaba asistiendo a terapia ocupacional, fisioterapia, natación y otras terapias. Comencé a fomentar en él, el uso de su lado izquierdo y ayudarlo a sentir, pues en la equinoterapia no sólo se trata del movimiento, sino de sentir, sentir tu cuerpo, sentir a tu caballo, el aire, tu entorno, lo cual muchas veces hacemos por inercia y sin realmente percibirlo conscientemente.

El paciente empezó con sus terapias y con la idea de sentir, logrando que poco a poco comenzara con la sensibilidad de su lado izquierdo y que comenzara a caminar. Actualmente, aunque todavía tiene algunas dificultades, ya puede mover su lado izquierdo.

Tuve también un paciente que tenía espectro autista y no hablaba. Empezó con sus terapias y de repente un día, arriba del caballo, empezó a gritar "¡mamá!". Su mamá estaba en la pista, llorando, porque su hijo antes no hablaba y no había una razón médica por la cual no pudiera hacerlo.

En ese momento me di cuenta de cómo esas pequeñas cosas pueden desarrollarse a través del caballo, que les da la seguridad, la fortaleza, la determinación y elevación de la autoestima para lograr lo que se propongan y que todo lo que imagines puede suceder.

La equinoterapia, además del beneficio neurológico, psicomotriz, o psicológico que les brinda a los pacientes, los ayuda al autoconocimiento y autoaceptación, lo cual es muy importante. Creo que es importante que como sociedad aumentemos la sensibilidad y la forma de ayudar a los niños con condiciones diferentes para poder entenderlos, pensando en cómo podemos integrarnos a su mundo en lugar de querer traerlos al nuestro. Creo que de esta forma he logrado el éxito y grandes satisfacciones.

Siendo egresada de la Universidad Anáhuac campus Xalapa y Presidenta del Consejo Consultivo del Centro Ecuestre del campus Córdoba-Orizaba, ¿cómo has vivido el ser parte importante en la formación de nuevos líderes?

Contribuir a la Universidad es una actividad que va de la mano con mis ideales. Siempre me ha gustado mucho la forma en la que en la Universidad se relacionan los profesores y alumnos, y para mí ha sido fácil involucrarme porque me parece maravilloso. Creo que si en nuestro entorno, en el país y en el mundo, fuéramos más empáticos y colaborativos sin buscar un interés más que el de ayudar, todo sería diferente.

Es un cargo con mucha responsabilidad, sin embargo, es algo que me fascina. Me apasiona cómo a través de los centros ecuestres se pueden implementar tantas maneras de ayudar y contribuir a la comunidad. Es un gran reto, pero busco que el Centro Ecuestre de la Universidad Anáhuac Veracruz campus Córdoba-Orizaba sea autónomo y un distintivo de la Universidad, exaltando la parte humana en la que no sólo se impulse a alumnos y a maestros, sino a toda la sociedad.

Sé que el Centro Ecuestre será un éxito y que podremos compartir los espacios con alumnos maravillosos y con capacidades impresionantes, además de egresados y empresarios de gran nivel que también podrán contribuir y de quienes también se puede aprender.

¿Cuál es el mejor consejo que le puedes dar a los recién egresados o estudiantes próximos a egresar?

Les diría que el trabajo constante, la disciplina, la capacitación y el compromiso es fundamental para lograr los objetivos que se planteen. Hacer las cosas bien no es fácil, pero amar lo que haces siempre te dará la oportunidad de lograr los objetivos que te propones.

Les diría que sean persistentes y determinados y que tomen todas las oportunidades, que asistan a conferencias, eventos, empresas, que conozcan la opinión de expertos y siempre tengan un criterio propio fundamentado en su propia investigación y experiencia.